Capítulo 12
Nat se encontraba en su departamento, aquel que había alquilado cuando le informaron que debería trabajar en el hospital de aquella ciudad, a decir verdad no le gustaba mucho, solo lo había alquilado por la hermosa vista que tenía desde su balcón pero luego, era un lugar demasiado común, nunca le gustaron las cosas demasiado ostentosas pero si le gustaba que al menos los lugares donde vivía tuvieran una habitación extra, no para hacerla cuarto de invitados, sino para hacerla como sala de descanso, Nat amaba las películas y es por eso que tenía un televisor enorme en el salón pero le hubiese gustado tenerlo en una habitación aparte, un lugar en donde poder relajarse luego de un largo día de trabajo pero la ausencia de aquel lugar era compensado por el enorme cuarto de baño en donde tenía una bañera con hidromasaje, algo de lo que se había enamorado perdidamente desde el primer día que la utilizo.
La morena estaba entretenida en la cocina, esa noche venia de visita Pablo y la Mari, hacía mucho que no veía a su hermano, los diez años que estuvo lejos de aquella ciudad se mantuvo demasiado al margen de todo, para ella hablar o visitar a Pablo era algo que la llevaba a pensar en Alba y querer preguntar por ella, querer verla y esas eran cosas que no se debía permitir.
Luego de la charla que tuvo con Alba, Nat sintió un alivio demasiado grande en su interior, su idea nunca fue dejar pasar tanto tiempo, ni siquiera fue irse de la manera en que lo hizo pero los motivos estaban y eran enormes, con lo único que no estaba contenta fue en haberle dicho a Alba que todavía la seguía amando como el primer día, Alba estaba comprometida y ella no tenía derecho de meterse en el medio de su relación y mucho menos de haberle dicho lo que le dijo, por más que se haya sentido completamente bien haberlo hecho, luego de pensarlo, supo que no fue una buena decisión.
Nat preparo la mesa, puso un par de velas y abrió una botella de vino mientras esperaba a su hermano, miro su celular, ya eran las ocho, ni Pablo ni la Mari eran de llegar tarde así que asumió que en los próximos minutos estarían llegando. Sonrió cuando el timbre sonó, ya le había avisado al encargado del edificio que esa noche tenia visitas así que no le extraño que sonara el timbre de la puerta de entrada, cuando abrió su sonrisa se borró por completo.
- ¿Alicia?
Flashback
Alba se levantó con cuidado para no despertar a Natalia, fue al baño para lavarse la cara y los dientes, luego se colocó una sudadera y bajo hasta la cocina, suponía que sus padres ya estaban en la casa pero confiaba que ya estén durmiendo luego de la jornada laboral. Puso la cafetera en marcha y unas rodajas de pan en la tostadora, mientras preparaba la bandeja con las tazas y lo que iban a utilizar, la voz de su madre le hizo dar un respingo.
- ¿Qué haces levantada tan temprano pequeña?
- Hola mamá - Alba sonrió ampliamente
- ¿Por qué tienes dos tazas?
- Tengo ganas de mucho café.
- Albaa... - la rubia no dejaba de sonreír, como si eso hiciera que su madre le dejara pasar el hecho de que estaba preparando el desayuno para dos personas. - Alba... o me dices la verdad o subo a tu habitación ahora.
- No, no. Espera - suspiro - Nat...
- ¿Qué hablamos de eso?
- Lo sé... mamá... lo sé, es que vino anoche, a las dos de la mañana, caminando bajo la lluvia y casi sin abrigo ¿La iba a dejar afuera?
- Me hubieses avisado, Alba, sabes que debes pedir permiso y aparte nos dijiste que no se verían hasta el comienzo de clases.
