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Capítulo 25

- ¿Natalia?

- Hola, Alba... ¿Puedes hablar?

- Sí, ¿Qué sucede? ¿Estás bien?

- Sí, sí. Es que me ha surgido algo y sinceramente no tengo a quien más llamar.

- ¿Qué necesitas?

- ¿Podrías venir a casa? – silencio – es que prefiero hablarte en persona pero si prefieres te digo por aquí...

- No... en unos minutos estaré.

- Gracias, Alba.

Alba corto la llamaba y tiro el celular sobre el asiento trasero del auto, se masajeo las sienes con los dedos mientras asimilaba que había cambiado cierta parte de las cosas solo porque Natalia se lo había pedido. Suspiro pesadamente y giro en U, retomando el camino de vuelta a la ciudad.

Manejo hasta el edificio donde estaba Natalia, estaciono el auto y le mando un mensaje a Nat para que bajara a abrirle, miro a Queen quien la observaba expectante moviendo su rabo.

- Tú te quedas aquí, Queen. No tardaré, lo prometo.

Bajo del auto dejándole la ventana un poco baja para que no se sintiera tan encerrada, camino con paso firme hasta la puerta de entrada y espero paciente a que Natalia bajara. Suspiro cuando la vio, se odiaba por partes, en realidad odiaba que la morena le hiciera sentir cosas con el simple hecho de verla.

- Hola Alba.- le sonrió

- Hola Natalia.

- Ven, pasa.

El corto camino hasta el apartamento de la morena fue en completo silencio, de esos silencios que se formaban cuando estaban las dos juntas pero que en realidad no eran para nada incómodos. Ni bien Alba cruzo la puerta Lana fue a saludarla, demasiado contenta, Nat no entendía como su pequeña Doberman había tomando tanta confianza con Alba siendo que solamente la había visto dos veces.

- ¿Te vas? – Alba frunció el ceño al ver unos bolsos cerca de la entrada y su corazón latía a mil por hora no podría ser le había dicho que no se iba, se estaba empezando a montar películas en su cabeza.

- Sí, por eso quería hablar contigo. –Nat se rasco la nuca, la cara de Alba la había dejado un tanto descolocada.

- ¿Para siempre? - la voz de Alba contenía un claro signo de tristeza, al igual que su rostro, Natalia se acerco a ella pero la rubia dio un paso atrás.

- No, Alba. Tengo una convención de pediatría en Madrid.- luego de escuchar esto el rostro de Alba se relajo completamente.- me voy por dos semanas y necesitaba si... bueno... ¿Podrías hacerme un favor?

- ¿Cuál?

- Maria y mi hermano se fueron no se adonde y no tengo con quien dejar a Lana y Figa, no pretendo que te quedes con ellas aquí, solo si podrías pasar a dejarles comida y agua... y bueno, pasear a Lana, solo hasta que la Mari vuelva, luego ya lo hará ella. – la morena suspiro.- te lo pido a ti porque sinceramente eres la única persona que estuvo aquí con anterioridad y al parecer a Lana le caes bien y no intenta comerte cuando cruzas la puerta.- Nat frunció el ceño – y no la quiero dejar en esas guardias para perritos, me da cosa que le hagan algo o la duerma para que no moleste y esas cosas y entonces prefiero, bueno si tu... ya sabes ¿Podrías cuidarla? – en el medio del monologo de Natalia, Alba había comenzado a sonreír, antes cuando Natalia se ponía nerviosa comenzaba a tartamudear ahora al parecer comienza a hablar demasiado casi sin tomar aire entre oración y oración.

- ¿Puedo quedarme aquí? – pregunto de repente la rubia.

- ¿Quieres quedarte aquí? – la rubia asintió.-

It's not too late... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora