Capítulo 5

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La masturbación está hecha de lo mismo que la literatura: imaginación y soledad.
          Armando Doroz.

Estaba de vuelta en casa y suspiré aliviada. El último día en Los Ángeles había sido todo un desafío, el juego consistía en evitar a Alexander y lo superé con creces. Temía volver a coincidir y que mi pequeña lista mental quedara a su favor, aunque muy dentro de mí, me gustaba que tuviera la suficiente paciencia como para intentar entenderme. Aún en 25 años seguía siendo un misterio para mí misma y la curiosidad de saber como lo lograría era demasiado tentadora.

-Necesito que me lo cuentes todo – gritó Daniel entrando en mi relajante burbuja

-No hay mucho que contar – murmuré feliz por verlo – aunque si hay algo que tengo que darte

-Oh no, si es mi regalo de cumpleaños renuncio a ser tu amigo y me largo

-Me conoces bien Dani – sonreí caminando hacia mi cuarto.

El pequeño obsequio se encontraba aun en mi maleta. Me decidí por camuflarlo en una sencilla caja para que no fuera tan obvio.

-¿No puedes ser una persona normal y dar los regalos en su fecha? Eres una asesina de ilusiones – oí que gritó desde la sala

-No es divertido ser normal – me burlé, entregándole la pequeña caja color marrón – vamos ábrelo te va a gustar

-¿Y si lo guardo y lo abro el día de mi cumpleaños?

Lo mire alzando una ceja incrédula, ambos sabíamos la tentación que supondría y terminaría abriéndolo

-No es justo – se quejó rasgando el envoltorio

Una gran sonrisa sincera se dibujó en su rostro y el alivio recorrió mi cuerpo mientras que mi conciencia me alabo por dar justo en el clavo. Me sentía feliz, Daniel se merecía lo mejor, era mi amigo por las razones importantes; me quería, me cuidaba y me apoyaba en mis proyectos por más locos que fueran. Siempre había estado para mí y si podía devolverle un poco de todo lo que me daba quedaría satisfecha.

-Es realmente hermoso – ensancho su sonrisa aún más, a este punto parecía el gato de Alicia en el país de las maravillas.

-¿A que soy la mejor amiga del mundo?

-Ven aquí diablillo – me tomó de la mano y me guio hacia un cálido abrazo – eres la mejor, pero no por darme un regalo fabuloso sino porque eres lo suficiente increíble como para conocerme y darme exactamente lo que quiero. Así que ahora para que continúes siendo la mejor amiga del mundo me quedo a cenar y tu cocinas.

-Solo por hoy y porque te extrañé en Los Ángeles – aclaré con fingida resistencia – ve a por el vino.

Dani se fue más tarde de lo previsto. Después de la cena, terminamos el vino mientras me ponía al tanto de lo que había pasado en estos últimos días.
Fuimos desde los nuevos chismes de la oficina hasta los detalles de su más reciente cita. Al parecer pronto conocería a un trigueño de bonitos ojos azules que traía loco a mi amigo.

Dormí como una niña pequeña y solo el despertador fue capaz de levantarme anunciando un nuevo día de trabajo.

***

¿Chris como fué todo en mi ausencia?

-Bastante bien Emma aunque un poco abrumador. Te juro que no sé cómo lo haces. Mi teléfono ha estado recibiendo más llamadas en estos días que los últimos  años – se quejó

-Ese es mi súper poder – me burlé pasando frente a su escritorio entrando a mi oficina

Aún tenía que revisar los pendientes pero estaba segura que todo estaría en orden. Chris era buena en lo que hacía, por eso no dude en dejarla a cargo.

Rompiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora