El misterio del amor es más profundo que el misterio de la muerte.
Óscar Wilde.Estacionó el auto media hora después en una calle poco transitada. Lo mire expectante pero una sonrisa traviesa fue toda su respuesta antes de tomar mi mano y guiarme hacia la fachada de una gran edificio.
-¿Esta es tu sorpresa?
-Parte de ella
-No sé si quiera entrar ahí - informé un poco renuente.
El lugar se veía como una fábrica abandonada, las grandes paredes de ladrillo adornadas por el moho me hizo fruncir el ceño. Un letrero con pocas luces anunciaron la llegada a "Black" y su aspecto oscuro y peligroso le daba realismo a su nombre.
No frecuentaba sitios como este, prefería lugares más modernos y con bastante seguridad, estar presa en una pelea callejera no era mi concepto de pasar una buena noche. La música se escapaba por la rendija de la gran puerta de hierro y miré de soslayo a mi acompañante que a diferencia de mí se encontraba relajado y sonriente.
El sudor humedeció mis manos al pensar en lo fácil que sería perder el control ahí adentro. Estaba en una ciudad desconocida, caminando directo a un lugar que no tenía buena pinta y mi único conocido era un hombre que no confiaba del todo en él.
Alexander me dio una mirada comprensiva al ver mi rostro contrariado y apretó más fuerte mi mano dando una confianza que no tenía.Custodiando la puerta de la entrada había un hombre de piel oscura de unos dos metros de altura, su rostro osco y poco amigable me hizo estremecer ¿a dónde me estaba llevando? Pensé preocupada pero una sonrisa casi imperceptible afloro en los labios de guardia de seguridad y me relajé considerablemente. Alexander saludó al hombre con soltura y supe que se conocían de antes.
Otra vez las incógnitas inundaron mi mente ¿Por qué un hombre como él frecuentaba estos lugares? Su familia tenía el dinero suficiente para comprar una de las discotecas más famosas de la ciudad sin embargo el prefería un lugar poco glamuroso y de procedencia cuestionable. Intentar analizar su personalidad se estaba convirtiendo todo un reto.
Adentro el lugar no mejoraba mucho; la gran masa de personas acumuladas en la pista me hicieron estremecer y la poco iluminación impedía ver poco más que mis manos. El rubio me guio hacia una gran barra de madera y una joven con grandes mechas de color rosa intenso se nos acercó.
-Hola pajarito, hace mucho no venias por aquí - comentó la joven apoyándose en la barra. Sonreí por el apodo y decidí almacenarlo en mi mente, para posibles bromas.
-Asuntos de trabajo - suspiró el aludido - te presento a una amiga - me señalo -Amanda ella es Emma, Emma ella es Amanda- la escandalosa chica me dedicó una sonrisa agradable y le devolví el gesto. A pesar de su aspecto excéntrico parecía buena chica.
-Un gusto conocerte Emma. Pajarito es uno de los buenos, tenlo en cuenta - advirtió - ahora díganme que van a pedir, porque mi jefe anda cerca.
-Lo mismo de siempre - comentó Alexander y espero mi respuesta
Algo suave, por favor-¿Dulce o salado? - gritó Amanda acercándose a una gran vitrina con botellas en el fondo
-Dulce - pedí y la vi alejarse con una botella de vodka y otra de whisky. Seguí curiosa su recorrido dudando sobre qué tan suave seria mi trago
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Rompiendo las reglas
RomanceEmma Cole una mujer segura de lo que busca y eso es sexo. Sexo sudoroso y sin compromiso. Atormentada por un pasado oscuro no está lista para entregarse al amor y todo lo que eso conlleva. Crea tres reglas para llevar mejor su tormento. No salir con...