Capítulo 10

214 36 3
                                    

No busques al amigo para matar las horas, sino búscale con horas para vivir.
Khalil Gibran.

Sentía la ira burbujear en cada paso que daba hacia las oficinas de Alexander. Las profundas ojeras delataban la mala noche que había pasado, a pesar de que estruje mi mente para encontrar la forma correcta de llevar las cosas lo único que quería era matar al idiota. La voz de mi terapeuta repetía que estaba siendo precipitada al no saber todos los detalles, pero una vez más a la mierda con ella y sus discursos de aliento y superación. Si ser una persona normal requería pasar por alto que el hombre que me había coqueteado hasta el cansancio me había mentido estaba feliz de ser todo menos normal.

Me detuve al ver acercarse Rachel, una de las compañeras en el proyecto. Su rostro inocente me miró preocupados

- ¿Todo marcha bien?

-Sí, un leve dolor de cabeza - mentí con descaro

- ¿Has tomado algo? Tengo algunas pastillas en el bolso - me brindó preocupada

-Gracias ya me encargue de eso, dentro de poco estaré mejor - continúe con la mentira esperando que llegáramos pronto a la sala de reuniones.

Odiaba mentir y odie un poco más a Alexander por ponerme en tal situación. La mentira era como una bola de nieves que se incrementaba a segundos, lo que comenzaba con un simple me duele la cabeza podía terminar en urgencias analizando si tenía algún daño cerebral.

Suspiré agradecida al ver las puertas del elevador abrirse y caminamos hacia donde se encontraban los demás compañeros con el ambicioso cliente.
Detuve mis pasos cuando la rubia secretaria me llamó

- ¿Eres Emma Cole cierto? - Preguntó con una sonrisa cordial y asentí en respuesta mirándola expectante - el señor Jefferson llamó esta mañana para informar que le sería imposible asistir a la reunión, en cambio te deja a cargo

- ¿Dejó dicho algo más? - cuestioné irritada. Mi plan de mandar a la mierda al rubio idiota se escurrió por mis dedos dejándome insatisfecha y molesta.

Me tendió una carpeta oscura y espero a que la tomara.

-Cualquier duda puedes recurrir a esos papeles - señalo la carpeta - aunque confía en tu capacidad para llevar la reunión.

Me despedí con un murmullo bajo y tomé una gran bocanada de aire. Alexander había huido como una rata miserable imposibilitando descargar toda mi furia sobre él.

Di vuelta atrás cuando recordé lo que llevaba en mi bolso. Le entregué el moderno teléfono a la rubia y me miró curiosa.

- ¿Podrías darle un recado de mi parte al señor Jefferson? - Pregunté mientras tomaba el aparato en sus manos.

-Seguro, en cuanto llegue a la oficina se lo haré saber.

-Dígale que salude a su mujer de mi parte - solté sin poder contenerme - ah, y que algo tan costoso como eso, no debería perderlo de vista - señalé el molesto artefacto antes de caminar a la oficina.

Me senté presidiendo la reunión y esperé a que todos estuvieran dentro para darle inicio. El objetivo del día de hoy era encontrar una línea para dar publicidad y que fuera atrayente al público adulto. Durante días habíamos analizado todas las opciones pero era necesario que nuestro cliente formara parte de la decisión final. A fin de cuentas eran sus casinos.

-Decidimos que buscar modelos era la idea más satisfactoria - informé cuando terminamos con los formalismos - alguien conocido en el medio que las personas la miren y vean éxito en el proyecto.

-No sería eso un poco trillado

-Si lo viéramos como una simple modelo, sí, ¿pero, si ella representara todo lo que los locales ofrecen? alguien que englobe todo lo que podemos darle a los clientes. - Me levanté y miré al cliente directamente - seamos sinceros, los casinos no son para niños, son locales para los padres de esos niños que buscan sentirse adultos nuevamente. ¿Cómo les regresas la libertad a esas personas? - Pregunté con dramatismo para después responder - Dándole juegos donde invertir, con la promesa de que saldrán millonarios y la satisfacción de sentirse poderosos. Pero para eso necesitas seducirlos, atraparlos. Que estén tan enganchados en la historia que olviden que se irán con los bolsillos vacíos a sus casas. Y justo ahí entra la idea de una modelo, ella será quien les cuente esa historia, quien los lleve a las puertas del casino. - finalicé y volví a mi puesto.

Rompiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora