Alexander.
"El arte de hacerte sentir sin tocarte..."
M. Hasmihel.Otra llamada que iba directo a buzón de voz. Esta mujer iba a destrozar mis nervios. Desde que se fue de los Ángeles la preocupación se acento en mi pecho, nunca había visto a alguien tan desolada, tan asustada. Tuve que hacer uso de todo mi autocontrol para no llevarla a mi casa y no dejarla marchar hasta que supiera que estaba realmente bien. Me había devanado los sesos intentando comunicar con ella desde entonces y un molesto silencio seguía siendo la respuesta. ¿era demasiado trabajo decir estoy bien? O en su caso estoy bien idiota. No, Emma Cole no dejaba entrar a nadie en su vida era demasiado hermética y la preocupación estaba haciendo mella en mi estado de ánimo.
Me empecé a sentir ridículo cuando vi nueve llamadas salientes sin respuestas. A pesar de eso mi preocupación era mayor que mi orgullo. Lo mío rozaba el masoquismo, pero no podía dejar de reconocer que Emma me tenía absolutamente fascinado. Todo ella grita fuego, desde su lengua afilada hasta sus rizos rebeldes. Sin embargo, fueron sus bonitos ojos ámbar quien hicieron que su imagen no saliera de mi cabeza. Eran la calma dentro de la tormenta. Una puerta secreta a su interior y joder si me gustaba míralos.Llevaba demasiado tiempo escéptico a la idea de abrirme a alguien, pero con ella todas mis renuncias se fueron a un lado. Necesitaba saber más de la mujer cabezota que cuestionaba todo lo que hacía y decía. La idea de desbaratar sus absurdas reglas eran otro aliciente. Si todo ese fuego lo llevaba a la cama quedaría como un hombre inservible para otras mujeres. Y no estaba preocupado para nada con ese hecho.
Steve entró a la oficina interrumpiendo mis pensamientos y sonreí por su mal habito de no avisar su llegada. Algún día me encontraría desnudo, follando. Esperaba que fuera con Emma, doblada en mi mesa y gimiendo mi nombre.
-Otra vez soñando despierto con la pelirroja - se burló tomando asiento.
Levanté una ceja curioso.
-Te conozco Alex y se cuándo estas enganchado por una chica. Aunque déjame decirte que esa chica grita problemas. Es linda, lo acepto, pero por lo que ha contado lleva demasiado equipaje sobre sus hombros.
Resople sin nada que decir. Steve tenía razón Emma era una bomba de relojería a punto de estallar. El suceso de la última vez que nos vimos lo dejo más que claro, sin embargo, no estaba dispuesto a dar un paso atrás cuando lo único que podía pensar era en besarla.
-¿Desde cuándo tenemos conversaciones de chica? - me burlé.
-Desde que fuiste dominado. Lo siento chico, pero das vergüenza ajena. Pensé que después de tu ultimo desastre amoroso habías renunciado a conocer a alguien más.
-Y lo hice.
-Entonces que paso.
-Emma Cole, eso pasó - me mostró una
pequeña sonrisa y negué divertido.-¿Qué haces aquí de todos modos?
-Trabajo - explicó.
-Alguna novedad.
-Pude hablar con el abogado de Rebecca al parecer la custodia de Mia valdrá unos cuantos dólares.
-¿Que pide? - pregunté ansioso.
-La casa en Atlanta y una cuenta con varios ceros.
-Dáselo
-Te estas yendo por la vía fácil y tenemos pruebas y testigos que testifican lo poco capacitada que puede ser la modelo.
-No me importa, dáselo - pedí irritado.
-Dame tiempo Alex, puedo hace que el trato sea beneficioso para ti.
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Rompiendo las reglas
RomanceEmma Cole una mujer segura de lo que busca y eso es sexo. Sexo sudoroso y sin compromiso. Atormentada por un pasado oscuro no está lista para entregarse al amor y todo lo que eso conlleva. Crea tres reglas para llevar mejor su tormento. No salir con...