Capitulo 29

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"Puedes querer mucho a alguien. Pero nunca puedes querer a nadie tanto como puedes echarlo de menos"
   Green.

–Dices que no has sabido nada de el – pregunta Dani mientras busco información en la laptop.

–Estoy trabajando.

Resoplo por quinta vez desde que llego y mi paciencia está pendiente de un hilo.

–Responde.

–Vale, me escribió cuando llego a los Ángeles. Luego silencio. - suspiro porque realmente no quiero hablar sobre esto. No ahora, no en un futuro próximo.

Continuo con el trabajo e ignoro a Dani quien me mira incrédulo. Suspiro y sus ojos se acentúan un poco más.

–Necesito llevar esto a edición. - hablo mientras elijo algunos documentos.

–¿Emma? – insiste Dani quien continua en su asiento como si el trabajo se hiciera solo.

–¿No tienes cosas que hacer?

Niega.

–Déjame poner eso en duda.

–¿Emma?

–Dime – casi gruño.

–¿Estas bien con eso?

–No sé de qué hablas- me hago la distraída a pesar de que puede que me haya saltado un latido con su pregunta.

–Si lo sabes- dice con obviedad- es la primera vez que te involucras con un chico. No intentes rebajar eso cariño porque viniendo de ti es algo grande.

–Tuvimos sexo Dani, no es algo a lo que soy ajena, no soy virgen sabes.

–Oh no, no te atrevas Emma Cole. Ambos sabemos que no fue solo sexo. Ustedes tienes una conexión real fuera de eso. Tú lo sabes, él lo sabe, yo jodidamente lo sé.

–El bueno de Dani está diciendo palabrotas. Muy mal dulzura.

–Eres insufrible.

–Seguro, algo más antes de que continúe trabajando, necesito terminar con esto.

–No huiste, eso es algo de lo hablar.

–Bueno, huyó el- bromeo a pesar de que la risa nunca llega a mis labios. Mi querido amigo tampoco ríe y hoy más que nunca quisiera que desapareciera. – esta bien, Alexander fue algo bueno, él tuvo que irse y yo estoy bien con ello.

–¿Seguro?

–Daniel ¿a que quieres llegar con esto?

–A nada – dice con una sonrisa maliciosa y es mi momento de mirarlo con sospecha – solo curiosidad.

–y…

–también me interesan los detalles.

–Bien, los tendrás, pero no ahora.

Lo arrastro fuera y me dirijo hacia la
siguiente oficina.

–¿Tenemos una cita?  – grita y asiento aun caminando.

–A las 7 en tu casa.

–Lleva vino – respondí y sentí su risita alejarse por el pasillo.

Merecía un maldito premio por mi paciencia.

Entendía a Dani, o eso intentaba, pero mi extraña relación con Alexander no era algo que quisiera analizar. El hombre estaba bien. Mierda, eso era una gran mentira, él era una jodida bomba y yo… pues estaba feliz de participar en la explosión. Sería tonto decir que no disfruté el sexo, era una chica grande. Amaba el sexo y Alexander era bueno en ello varios orgasmos lo afirmaban.

Rompiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora