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YO TAMPOCO LO SÉ CARIÑO

ADA

Mis amigos me miran y me sonríen con orgullo, camino hacia la escalera en la que me espera la rectora, me sonríe y  cuando ya estoy cerca de ella me habla bajito.

—¿quieres decir algo linda?—pregunta con dulzura y yo asiento.

—estoy muy feliz de formar parte de la junta escolar—le doy una sonrisa socarrona a Karina que me mira con desprecio—si alguno nesecita de mi ayuda para exponer algo ante la junta escolar, no duden en usarme como su medio de comunicación directa, muchas gracias por la oportunidad a la señora directora y a al resto de la mesa directiva.

Pía nos indica que volvamos a los salones, así que camino junto a mis amigos hacia mi aula entre felicitaciones y palabras de admiración, cuando alguien me intercepta y me abraza, es Karina, detrás de ella Kara y Ann, me miran con odio y respiro conteniendo la rabia que hierve dentro de mí.

—felicidades cariño—dice en voz alta mientras me alcanza, tirando de mí, apenas me tiene cerca, escupe el veneno—no se lo que haces maldita, pero no entiendo por que te encuentran tan fascinante.

¿Enserio vamos a comenzar el tira y afloja el primer día?.

Sí, con ella nunca se debe bajar la guardia.

—yo tampoco lo se cariño—digo lo más dulce que puedo—deberías preguntarle a Evan, creo que el podría decírtelo.

Me separo de ella, miro a sus secuaces
Y tomo del brazo a Emma para seguir mi camino.

Entramos al salón y todo transcurre normal, de vez en cuando tengo la sensación de que alguien me mira, se quienes pueden ser así que no presto mucha atención.

Es la última hora y el maestro en turno me felicita por ser la presidenta de la junta escolar, esto provoca el enojo de Karina y sus amigas pero no les presto atención. Hoy voy a ver a Christian, vendrá por nosotros a la escuela,  iremos a mi casa a recoger mi maleta ya que pasaré el fin de semana en casa de Emma y después iremos a su casa a tener nuestro almuerzo, tenemos cerca de sesenta invitados  y quedan apenas diez minutos para que sean las dos treinta y suene la campana. El almuerzo es a las cuatro, así que tenemos algo de tiempo, me sobresalto por el ruido que hace la campana, este nos indica que podemos salir.

Caminamos por los pasillos hasta llegar a la puerta, salimos y por fin lo veo, sus ojos se encuentran con los míos y ese azul me inunda la mente.

Christian, mi Christian.

AL FINAL SOLO ERA ELLA -LIBRO 1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora