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ASÍ DEBE SENTIRSE MORIR

NARRADOR OMNISCIENTE

El miedo se apoderó de Ada mientras estaba sentada dentro de aquella camioneta que se sacudía por una descuidada vía, su secuestrador le tapó la boca y la nariz con un paño impregnado de químicos hasta que perdió el conocimiento.

Despertó con los ojos aún vendados, respirando agitadamente, atada de manos hacia arriba y sentada en algo firme y duro lejos del piso.

Pasos se aproximan a ella y le retiran la venda de los ojos, su mirada se queda clavada en el cuerpo de su novio recostado y atado a una viga, ella no ha visto muchos muertos en su vida, pero él luce como uno.

Rogó al cielo que solamente estuviera inconsciente, que abriera los ojos y le regalara una de sus resplandecientes sonrisas, pero no pasó.

Había estado tan ocupada en sus cavilaciones qué no se percató de que estaba sentada en una mesa, inspeccionó su entorno, sus brazos eran sujetados por una cuerda atada a una viga en el techo. El sitio es gris y frío, la única luz proviene de una claraboya en el techo.

Los pasos detrás de ella volvieron y la personificación de todos sus temores caminó al centro de la escena.

—¿recuerdas cuando te juré que te tendría para mí? —interviene con la voz áspera, acercándose a ella—el momento llego preciosa.

Las lágrimas se le escapan sin que pueda hacer mucho para retenerlas, recuerda que tiene el teléfono con ella y ruega para que aquello sea suficiente para salir a salvo de esto.

Las manos del tipo le acarician la cara delicadamente, logrando que por su columna corra un escalofrío.

—eres tan hermosa—suspira, le habla casi en susurros—coopera y no le pasará nada a tu precioso rostro—la amenaza.

Ada está en shock, cada pesadilla que ha tenido desde que le conoció parece estar haciéndose realidad. En aquel silencio, una cadena se mueve ruidosamente llamando la atención de tan odioso hombre que se da la vuelta encarando a su némesis que aún está en el suelo.

—ya despertó tu amorcito—escupe con amargura—¿cómo durmió el señor dos Torres? —pregunta con burla.

—déjala, por favor—Christian logra levantarse luciendo un poco confundido aún—no la dañes, te lo pido.

—¡con ella haré lo que quiera porque nadie puede impedirlo! —vocifera Liam con la ira saliéndose por cada poro de su piel, haciendo que a Ada se le encoja el estómago.

Vuelve hacia ella y la besa, Ada no tarda mucho en morderlo para que se aparte, Chris no entiende muy bien porque el tipo se toca la boca como un idiota.

Ella jura para sus adentros que prefiere morirse a ser tocada por aquel repulsivo hombre.

—¿te gusta rudo, preciosura? —mira sus dedos manchados de sangre—okey, juguemos—levanta su mano y la estampa contra el rostro de Ada que no alcanza a retener el grito.

La morena sabe mejor que nadie que su sufrimiento puede matar a su novio. Él por su parte siente aquel grito haciendo eco en lo más profundo de su Alma.

—compórtate, zorra—vuelve a acercarse a ella que le escupe la sangre que se le cuela en la boca.

—púdrete, maldito imbécil.

—controla tu hermosa boquita—otro golpe seco le impacta el rostro, Christian fuerza las cadenas y ella la soga que le araña las muñecas.

—yo no te hice nada, ¿cuál es tu maldito problema?

AL FINAL SOLO ERA ELLA -LIBRO 1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora