#29

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ARE YOU STILL A VIRGIN?

ADA

La palabra lunes debería ser el sinónimo de infierno, el sueño, el estrés y las ganas de nada son otro nivel de sufrimiento, estoy hablando con Emma, no sé ni siquiera que está explicando la maestra de química.

—Ada, debo preguntarte algo—Emma me mira y yo intento desesperadamente pensar en lo que podría preguntar, sé que podría tener que ver con el fin de semana.

—a ver—le digo, girándome para mirarla—que quieres saber.

—¿cómo te lo digo?

—en inglés entonces—cuando no sabemos cómo decir algo lo decimos en otro idioma.

are you still a virgin? —pregunta Emma, siento la sangre correr escandalosamente por mi cara, bajo la cabeza y pienso la respuesta, es mi mejor amiga así que, debo decirle la verdad.

—no—mi voz es casi un susurro

¡que maldita vergüenza!

—no te sientas mal, es algo normal— Emma toma mi mano—espero que sea un bonito recuerdo.

Le sonrío apretando su mano de vuelta.

Pasamos el día con sueño y durmiendo en algunas clases, el frío de la capital tampoco ayuda.

¿Qué no se piensa acabar el día de hoy?

por fin salimos de clases, estamos parados en la acera de la escuela.

—¿aún tienes la marca? —Zoé señala mi cuello cubierto por el uniforme—¿te duele?

—aún se ve, pero no duele.

Odio que mi piel se marque tan fácilmente.

Alguien me toma de la cintura y me voltea, es Chris, me abraza contra él y besa mi cabeza.

—chicos, necesito hablar con ustedes— Christian luce preocupado, pero aun así se ve tan guapo.

Caminamos al café cerca de la escuela, nos sentamos y pedimos algunos capuchinos, Christian por fin habla.

—tengo un problema que creo, les compete a todos—luce estresado, pasa su brazo por mis hombros y me abraza con fuerza.

—lo que necesites, solo dinos—dice Simón mirando a Christian, sí que le agrada.

—ayer cuando llegué a mi casa, recibí una llamada, era un número desconocido, pero su voz sí que la conocía, era Liam—me tenso bajo el brazo de Christian—solo dejo un mensaje, él quería que yo supiera que voy a pagar lo que le hice.

Silencio...

Nadie es capaz de pronunciar una palabra, mis pensamientos son arrastrados a horribles imaginativos de Christian siendo torturado o asesinado, mis ojos se llenan de lágrimas, Christian me trae hacia su pecho y acaricia mi cabeza.

—¿tienes idea de a que podría referirse? —pregunta Félix mirándolo.

—la verdad no creo que el hijo de un mafioso quiera arreglar sus problemas con duelos de baile—dice Emma revolviendo su café.

—¿ese hombre tan sensato era un mafioso? —pregunta Nía abriendo los ojos exageradamente.

Christian me separa de él y los mira a todos de nuevo.

—no se los digo para que se preocupen por mí, sino por ustedes mismos, la verdad no me lo perdonaría si a alguno le pasara algo—Christian me mira y resopla— deben cuidarse.

—creo que quien más debería preocuparse es Ada—dice Teo mirándome—después de todo, eres la única debilidad de Christian.

El corazón me late deprisa, maldición, Teo tiene razón, todo esto es mi culpa.

—lo siento—balbuceo sin siquiera controlar lo que digo—esto es mi culpa, yo los metí en esto.

—no, ¿crees que hubiéramos preferido ver cómo te dañan a enfrentar esto? — Beth me mira con dulzura—ninguno estaba dispuesto a eso.

—Simón—dice Christian con seriedad— ¿crees que podrías traer tu auto a la escuela?

—sí, pero ¿por qué?

—creo que desde ahora, no deberían caminar mucho, yo puedo venir todos los días por algunas de las chicas, pero tu auto es más grande, así que podrías llevar al resto.

Siguen hablando de seguridad, pero no puedo prestar atención, mi mente se quedó en el oscuro lugar del miedo, por mí, por Christian, por mis amigos.

Salimos del café, Emma y Nía deben ir al estudio de danza, Will necesita extras para un número de baile en la obra, el resto de los chicos siguen su camino, yo subo al auto con Chris, me siento en el asiento del copiloto, Christian se sienta a mi lado, me abraza y yo lloro con todas mis fuerzas.

—si tan solo hubiera usado otro vestido, esto no estaría pasando.

—no bonita, ni lo pienses, no cambiaría el recuerdo de ti con ese vestido por nada, te veías hermosa—se acerca más a mí, como si tuviera que hacerme la mayor confidencia del mundo—Pero, debo admitir, que quitártelo fue mejor.

¿pero qué clase de motivación es esa?

Su comentario me saca una carcajada, más por nervios que por diversión en sí, limpia mis lágrimas con gentileza.

—sabes que no dejaré que él te haga daño, ¿verdad? —me mira muy fijamente.

—sé que estarías dispuesto a morir por mí, pero, francamente me preocupa mucho lo que pueda hacerte ese desquiciado, no sé cómo viviría si algo te pasara.

—nos vamos a vivir mutuamente, ¿recuerdas?

Si, lo recuerdo.

Me abraza de nuevo, me pone el cinturón de seguridad y arranca el auto, conducimos en silencio, mis pensamientos son un cúmulo de pánico, sostengo la mano de Christian mientras conduce, al llegar a mi casa, me besa y le doy un largo abrazo.

Pasan los días y los nervios me consumen, el sábado se presenta el musical, he ensayado demasiado, pero esta semana ha sido dos horas cada noche, estoy muy cansada, pero feliz porque me encanta como está quedando la obra.

Estoy en el estudio, Christian, Emma, Nía y Simón están sentados en el suelo, William me da indicaciones y yo las sigo, hoy mis pensamientos están más a la deriva que cualquier otro día, estoy tan preocupada por la situación del lunático que Christian me ha recogido cada día de la semana.

Hoy es viernes, así que estaré en este estudio por tres horas, tal vez ese loco esté allí afuera, esperando, doy un salto y al caer mi pie se desliza y caigo ruidosamente al suelo, el golpe me lastima una rodilla, Christian corre hacia mí y me levanta en sus brazos.

Do you get déjà vu?

Sí, claro que lo tenía, la primera vez que Chris vino a verme bailar también corrió hacia mí cuando caí.

—¿estás bien? —pregunta mientras me sienta en una de las sillas.

¡Bien lenta estoy!

—solo es un golpecito—miento, duele mucho—no es para tanto, lo haré bien esta vez.

Seguimos allí por mucho tiempo, salimos y todos subimos al auto de Christian, me recuesto en su regazo y me duermo allí, el me levanta y me pasa atrás con Emma, Simón toma mi lugar y yo me recuesto de nuevo, despierto y estamos en mi casa, Christian me lleva a mi habitación, no quiero dormir sola, mis padres están en otra ciudad.

—quédate, por favor.

—está bien.

Volvemos al auto, llevamos a los chicos a sus casas, vamos a casa de Christian para avisar a sus padres y para que traiga algo de ropa y regresamos a la mía, me pongo una pijama y me meto en las frazadas de mi cama, Christian viene a mi lado y me acurruco en su pecho, el acaricia mi cabello y poco a poco, me quedo dormida.

AL FINAL SOLO ERA ELLA -LIBRO 1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora