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ME LO ESTÁN HACIENDO MUY FÁCIL

LIAM

6/JULIO

He tenido unos días de verano fatales.

no pude dormir después de enviarle el mensaje a Ada, me siento terrible, no sé qué me pasa pero el insomnio se ha vuelto insoportable.

ya son casi las once de la mañana y una notificación rebota en mi teléfono, es un viejo amigo y me envía una foto con un mensaje.

"estos viajes si valen la pena"

reconozco a la mujer de la foto, pero se ve aún mejor, el traje de baño blanco cuya forma deja apreciar el cuerpo torneado, su cabello que se escapa del enorme sombrero gris que tiene puesto, se ve preciosa.

Me molesta que le importara tan poco mi advertencia, porque yo no estoy jugando, pero parece que ella sí, está de vacaciones mientras yo estoy de cacería, la miro con atención, después me percato que ese malnacido está en el fondo.

Se ven tan felices.

debo idear algo para amargarles el rato.

Malditos.

Me remuevo incómodo en el sofá, llevo horas aquí sentado mirando la foto, me molesta no poder pasar de ella, ignorarla y olvidar lo que significaría tenerla para mí, estaría derrotando a su novio, a la voluntad que ella cree tener y a mi propio padre, porque ellos convirtieron esto en un peligroso juego en el que sólo uno puede ganar y planeo ser yo, ahora es más que ella, es todo lo que representa para mí y para muchos otros, es ganar de la forma más amplia.

Me acomodo en el sofá y cierro los ojos, pero no me duermo al instante, caigo lentamente en el calor de la tarde, recordando mi promesa de arrebatársela a cualquiera.

7/JULIO

Despierto más irritado de lo normal, no me soporto ni a mí mismo, sigo en el sofá, pero ahora tengo una manta encima.

El recuerdo de la foto regresa a mí. Ella debe estar muy feliz en algún lugar hermoso con él mientras a mí me consume la ira, busco su número en mi teléfono, no tarda en contestar.

—aló—el sonido de su voz es lo más celestial que mis oídos han presenciado, se escucha mejor cuando no hay miedo incluido en ella.

—¿no te parece que el sombrero gris de ayer era demasiado grande? —quiero que piense que yo estoy allí, tan cerca de ella.

—déjame en paz—el miedo se cuela en su voz —yo no te hice nada.

—yo tampoco a ti—me río, porque sé que él también puede oírme—eso es lo que me molesta.

—¿cuál es tu problema? —suena firme, pero sé que debe tener la cara llena de lágrimas.

—resulta que cierto día, una zorra me provocó un no sé qué —evoco la sensación de su cercanía y suspiro—jamás había sentido tantas ganas de llevarme a alguien a la cama.

—¿qué es lo que quieres? —su voz vuelve a temblar.

—fácil, te quiero a ti, aquí, conmigo—una risa áspera escapa de mi garganta—sin novios imbéciles, amigos metiches, ni nadie de por medio, quiero cada centímetro de tu piel para mí, tu perfume, tu boca, serás mía, tarde o temprano, lo verás, todos lo verán, es una promesa —le cuelgo y me siento en el sofá, creo que es suficiente por ahora, algo me dice que cumpliré mi promesa muy pronto.

Recibo una llamada, un amigo me invita al cine y quedo con él, necesito distraerme para no entrar en crisis.

Salgo de mi casa y abordo el auto pensando en ella, a decir verdad, siempre lo hago, sus ojos se quedaron con una parte de mi alma y juro por Dios que voy a recuperarla.

19/JULIO

Mi teléfono suena en la oscuridad de mi habitación, lo contesto rápidamente para que deje de hacer ruido.

—tengo la información que necesitabas.

Aquella frase me despierta por completo, sé quién es—habla.

—mañana, a las diez de la mañana en la esquina del museo del oro.

Me lo están haciendo muy fácil.

—¿estás seguro?

—claro que lo estoy, puedes llevártelo porque ella siempre llega tarde.

—gracias por llamar, debo organizar un par de cosas para asegurarme de que nada puede fallar.

—recuerda tu promesa—me dice con firmeza—ella es intocable.

Ajá.

—por supuesto—le miento—la chica no me interesa.

Cuelgo y miro al techo por unos minutos, debo planear muy bien lo que voy a hacer.

Llamo a un par de "amigos" que pueden ayudarme en estos casos, preparo los vehículos y salgo en uno de ellos al lugar que tengo previsto, llego y ya están esperándome.

—¿cuántas personas son esta vez?

—solamente dos.

—juntas o separadas—me siento reservando una habitación de hotel.

—separadas.

—veamos cómo.

Recorremos el sitio pensando como acomodar el lugar, a ese imbécil lo encadenaré a una viga vertical del suelo al techo, pero a ella no, coloco una mesa.

—¿ahí está bien?

—no, más cerca, quiero que se sienta inútil al estar tan cerca y no poder hacer nada.

Todo está listo, es de madrugada y regreso a casa a prepararme para el momento más glorioso de mi vida.

AL FINAL SOLO ERA ELLA -LIBRO 1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora