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ES TAN INOCENTE

CHRISTIAN

9/ABRIL/2021

Ver dormir a Ada me da paz, estoy despierto desde las cinco de la mañana por que mis padres tenían que viajar, así que deben estar aterrizando ahora.

Ella se ve tranquila, está acostada boca abajo, veo su espalda desnuda con algunas marcas, paso mi dedo índice por su piel, no se despierta y ya está amaneciendo, así que voy a ponerme la pijama con la que se supone debí haber dormido y camino por la enorme casa, no hay empleados y todo está en el más absoluto silencio, el sol sale poco a poco y se cuela por los enormes ventanales de la sala, abro la puerta y salgo al jardín, ya no está el desorden de la noche anterior, aspiro el aroma del campo y siento muchísima paz, detrás de mí, alguien camina.

—buenos días, Chris—dice Emma llegando a mi lado.

—buenos días Emmi—le digo y me giro para verla.

—¿cómo está Ada? —pregunta mientras camina un poco delante de mí.

—aún no ha despertado, así que no lo sé.

Caminamos por el sitio en silencio, y pasa el tiempo, ya se escucha ruido en la casa así que volvemos.

Comenzamos a preparar el desayuno, Ada trae un pijama negro, el top dice "Cherry" y el pantalón tiene estampadas un montón de cerezas, la tomo de la cintura y la traigo hacia mí, la abrazo y le susurro.

—buenos días bonita, ¿te duele algo?

—la espalda y el cuello, ¿por?

—no me refiero a eso.

Siento el cuerpo de Ada tensarse bajo mis brazos.

Es tan inocente.

—las piernas y el estómago un poco.

La separo de mí, le sonrío y veo el color subir por sus mejillas, la tomo de la mano y caminamos hacia la mesa.

—¿cómo durmieron? —nos pregunta Zoé mientras nos sentamos en la mesa.

—no, no, no, la pregunta es, ¿durmieron? —dice Simón, Ada se sonroja y Teo casi muere ahogado, estos chicos me hacen la vida feliz.

—dormimos muy bien, gracias por preguntar.

Todos nos miran, maldición, no hicimos mucho ruido.

¿o sí?

no creo que lo piensen en verdad, lo dicen por molestarnos solamente.

Terminamos de desayunar, debemos levantarnos de la mesa, Ada me mira con preocupación y se acerca a mí.

—cariñito, realmente no creo que pueda pararme de aquí.

Jesucristo, ¿y ahora qué se supone que haga?

—estás segura.

—definitivamente no puedo.

La tomo en mis brazos y la levanto, todos nos miran, Dios, por favor ciérrales las bocas.

—¿te pasa algo, Ada? —pregunta Nía mientras nos sigue con la mirada.

—me duele la espalda, eso es todo.

—¿por qué? —pregunta Teo mirándonos con sospechas.

—casi me destrozan la espalda contra una pared ayer y te atreves a preguntar—Ada contesta con más seguridad de la que sé que tiene.

—¿una pared o una cama? —pregunta Simón y nos sonríe con malicia.

Todos nos reímos, incluso Ada, creo que intenta relajarse un poco.

AL FINAL SOLO ERA ELLA -LIBRO 1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora