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¡AY, MI AMOR!

ADA

Vamos en el auto y siento náuseas, intento respirar, pero Chris nota mi tensión por que trae su mano en mi muslo.

—estas bien amorcito—niego con la cabeza—¿quieres que frene?

—sí, por favor.

En el auto vienen con nosotras Emma, Nía e iris, el resto está en la camioneta de Simón, Emma les llama para que paremos en el centro comercial.

—Simón, aquí Emma, para en el centro comercial, Ada no se siente bien.

Christian entra en el estacionamiento y frena el auto, nos quedamos allí.

—niñas—dice Christian—pueden salir a buscar a los otros, Ada y yo los alcanzaremos en un minuto.

Las chicas se bajan del auto, me desabrocho el cinturón y me lanzo a los brazos de Christian y respiro, me siento realmente mal, el me abraza y siente mi cuerpo temblar debajo de él.

—bonita, ¿qué te sucede? —Chris toca mi frente—estas ardiendo, y no en el buen sentido.

Eso me saca una risita, pero no me siento nada bien, Christian sale del auto y abre la puerta, me saca del auto con cuidado, como si fuera una porcelana muy delicada y me da su mano para que me apoye, Dios, no puedo ni siquiera caminar, el mundo me da vueltas, el resto de los chicos están al lado de la camioneta blanca de Simón, todos me miran, traigo una lycra negra con líneas blancas a los lados y el hoodie Vinotinto de Christian, sé que debo verme horrible, porque así me siento.

entramos al ascensor y me recuesto en el pecho de Chris, quisiera llorar porque me duele la cabeza y hacer berrinche, pero ya no tengo seis años así que debo comportarme.

hay un café de Starbucks aquí, así que entramos, todos piden bebidas llenas de azúcar y cosas deliciosas, pero sé que no podré tomar algo como eso sin vomitar, pido agua y me siento con Christian, el acaricia mi cabello, cuando los chicos vuelven, empiezan las conversaciones.

—¿tus padres están en casa? —pregunta Nía mientras me tiende la botella de agua.

—no, están en Barranquilla mirando un hotel que papá diseñó, así que estoy sola en casa hasta el martes.

—no puedes estar sola en tu casa en ese estado, nos quedamos contigo—Emma me sonríe y saca su teléfono—¿quién más se queda?

Eso no pasará.

—nadie, mañana hay escuela—corto a Nía que estaba por hablar, la miro a ella y después Emma.

—¿pía no te lo dijo? —Emma me mira—mañana van a fumigar la zona verde y no hay escuela el resto de semana.

—okey, ustedes sí—miro a Christian—pero tu si tienes escuela.

—no iré, papá puede arreglarlo.

Lo sé, él todo lo arregla.

—es increíble que siempre hagas lo que quieres—me sonríe mientras yo lo desaprueba con la mirada.

Quedamos en que Nía, Emma y Christian están llamando para avisar que no llegarán a casa, terminamos de tomar algo en el Starbucks y salimos al estacionamiento, ya me siento un poco mejor, camino de la mano de Christian, es hermoso, tiene el cabello frondoso de color negro, los ojos azules y una sonrisa perfecta, nota que lo estoy mirando.

¿Dónde está todo el aire del mundo?

—¿en qué piensas? —pregunta mientras busca las llaves del auto.

—sólo no puedo creer que Dios haga personas tan hermosas.

—pienso en lo mismo cuando te miro.

Christian besa mi mano, y encuentra las llaves, me abre la puerta y me sienta en la silla del copiloto, me abrocha el cinturón y besa mi cabello.

Es tan dulce.

De camino a casa pongo música, "fuentes de Ortiz" suena por el auto y sé que las chicas aman esta canción, así que todos cantamos el coro, incluso Christian, eso me sorprende, pero se ve tan tierno.

"Y en la noche que las estrellas hablen yo pienso en ti mi amor
Que me hiciste, de mi cabeza no sales
Y no lo digo por mamón
Si me dices para ti que soy, no dudaré en hacerte tan feliz

Eres especial para mí
Dime por qué me haces sufrir
Yo te olvidaré desde las Fuentes de Ortiz."

Llegamos a la entrada del complejo en el que vivo, Christian baja del auto y a nuestro lado se estacionan los chicos, todos bajan del auto así que las chicas y yo bajamos también, todos nos despedimos y nosotros volvemos al auto sin Iris esta vez.

Ya frente a l casa bajamos del auto, entramos y todo está en silencio, Christian pone mi maleta en el sofá, subimos las escaleras y buscamos en el sótano uno de los colchones inflables, cuando lo encontramos, vamos a mi habitación y lo inflamos, le ponemos frazadas y está listo, yo me pongo los shorts de pijama y me dejo el hoodie de Christian, les presto unos pijamas a Emma y Nía, y me meto en las frazadas de mi cama, Christian se sienta a mi lado.

—¿puedo usar tu computadora? —asiento con la cabeza y él toma la Mac del escritorio—duerme un poco.

Cierro los ojos y respiro profundo, poco a poco me quedo dormida.

Me despierta un toque en mi frente, es Chris, aún tiene la computadora en las piernas, miro el reloj de encima del escritorio, son las tres de la mañana.

—¿no has dormido? —le pregunto mientras me siento a su altura.

—no quería dejar de vigilarte, así que no.

¡Ay, mi amor!

—ya me siento bien, ven a dormir.

Christian apaga la computadora, y se quita los zapatos, se recuesta a mi lado y me retiene entre sus brazos, acaricia mi cabello y con eso, vuelvo a dormir.

Una notificación nos despierta, es el teléfono de Emma, es nuestro grupo de salidas, los chicos quieren ir a el parque de diversiones mañana por que hoy Teo tiene que irse a visitar a su abuela.

Hoy no hay empleada, así que preparamos el desayuno nosotros, después pasamos todo el día viendo series.

Fue un día de relax, cuando todos se van, escucho pasos arriba. Eso me asusta, pero lo ignoro y subo la escalera, cuando entro a mi habitación, quedo helada al sentir una mano en mi boca, la persona saca mi teléfono del hoodie de Christian y me suelta, me volteo para verla y me asusto mucho, Evan está de pie frente a mí, con los ojos inyectados en sangre, la mirada perdida y para mi desgracia, está bloqueando la puerta.

AL FINAL SOLO ERA ELLA -LIBRO 1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora