AL FINAL SOLO ERA ELLA -LIBRO 1 [✔]

#10

ESTO NO ES UN GUSTO

EVAN

Siento palidecer cuando Félix me confirma lo que tanto temí, ella luce realmente feliz al lado de ese niñito rico, se me hace conocido de alguna parte.

—Félix, ¿ese muchacho es hijo de alguien importante?—me atrevo a preguntar, lo miro y él me mira también.

—sí, de un banquero muy reconocido y adinerado, ¿por qué la pregunta?—Félix mira de nuevo al frente y ahora Teo y Simón están con ellos.

¡Mierda!.

Claro, el maldito salió en la revista que lee mi madre cada fin de semana con su padre y su madre, eran la portada y él tenía un artículo propio, el joven soltero más codiciado.

Ni tan soltero el tipo.

Algo me asombra más en el momento, ambos se toman de la mano y caminan en dirección a nosotros,  muchas de las chicas de la multitud miran al flamante Christian cuando atraviesa la calle,y eso me irrita.

Llegan a nuestro lado y Félix y yo miramos a Christian sin descaro alguno, el saluda a Christian y yo le hablo a Ada que esta muy distraída mirando al imbecil a su lado.

—¿no vas a presentarme a tu amigo?— digo con el enojo al tope.

—por supuesto Evan—dice Ada sin preocuparse—el es Christian, Christian el es Evan.

Esto no es un gusto.

¡pero que azules son sus ojos!.

Le sonrió con debilidad y estoy seguro de que la maldita sonrisa no llega a mis ojos, quiero tomar a Ada en brazos y sacarla de allí, estoy perdido en ese pensamiento hasta que otra voz me saca de ellos.

—vamos, bonita—dice Christian mirando a una Ada un poco sonrojada—tenemos prisa, un gusto conocerte Evan.

Lo miro con toda la intención de hacerle saber que no me agrada, pero eso parece no importarle mucho, se van con Félix y yo me reúno con Adam y Axel, empezamos a caminar y Axel me pregunta por el chico alto que estaba frente a mi hace un momento.

—¿recuerdan el día de verano en el que Félix fue al cine con nosotros?—les recuerdo.

—¿aquél día en el que estabas tan nervioso y triste?—dice Adam mirándome con curiosidad.

¿Es lo único que recuerdan?.

—sí, recuerdan que nos mencionó a un amigo de Emma que estaba muy interesado en Ada, que su nombre era Christian y que era flamante, guapo y super rico—recito rápidamente, haciendo énfasis en el muy.

—Sí —dicen al unísono y se miran mientras se ríen.

—ese muchacho que tenía en frente es el perfecto Christian dos Torres—digo con irritación.

Ellos me interrogan y sale mi exasperación en una sola frase—vamos bonita—lo imito—dijo el imbecil cuando se llevo a mi niñita.

Ellos se ríen y canturrean " estás celoso"  siguen así por algunas calles y me pregunto, quien es Christian y como conquistó a Ada si ella me amaba a mí.

Amaba, bien dicho.