El mensaje

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Al cabo de dos días Samantha decidió que iba aceptar la colaboración. Seguía pensando que era una idea terrible y estaba segura que nada bueno iba a salir ahí, excepto quizás una buena canción.

Cuando llamó a Roberto para decirle que aceptaba el trato, su cuerpo temblaba, se sentía estúpida porque era un trabajo más, con su ex, pero un trabajo más. Sabía que Flavio era bueno componiendo y aún recuerda aquellas canciones que componía, algunas para ella, las cuales nunca vieron la luz, se las guardó para él y se alegraba que fuera así. No hubiera soportado escuchar en todos lados una canción que era para ella y él hablando sobre esa canción con total indiferencia. Eran otros tiempos.

Esa misma tarde, después de haberle dicho a Roberto que aceptaba, fue a la oficina a firmar el contrato. Roberto siempre decía que todo era mejor si lo hacías de puño y letra antes que de forma telemática y allí estaba ella, firmando un contrato del cual ya estaba arrepentida de haberlo firmado.

- Me alegra que hayas aceptado esta oportunidad – le agradeció Roberto mientras guardaba los papeles en su carpeta – Flavio es un buen chico y muy talentoso, seguro que conectáis bien y lo vais a petar con lo que salga de vuestras cabezas.

Seguro que conectáis bien. Son las palabras que resonaban en su cabeza. Estaba segura que eso no pasaría. Probablemente acabarían discutiendo o algo por el estilo. Conectar... no lo veía tan claro, ni si quiera estaba segura de querer a conectar con él, aunque su mente negada decía que no pasaría. Su conexión se rompió aquel día en la que todo acabó y quedó tan perdida que ni siquiera una canción puede recuperarla. Era solo trabajo.

Al llega a su casa se tiró en el sofá deseando que no la molestara nadie, aunque eso no iba a ser posible. Maialen le había dejado un montón de mensajes preguntando si había hablado con Flavio, si él sabía que ella había aceptado. ¿La verdad? No tenía ni idea de si lo sabía o no. Roberto había dicho que el próximo lunes tendrían una reunión para terminar de cerrar todo, como por ejemplo hasta cuando tenían para componer, que es lo que exactamente estaban buscando, cosas formales que en realidad no se iban a tener muy en cuenta, salvo el periodo de entrega.

Mientras contestaba a Maialen recibió un mensaje de un número desconocido.

"Mi manager me dijo que has aceptado la colaboración... parece que nos volvemos a encontrar"

Y ahí estaba él, escribiéndole. ¿Cómo ha conseguido su número? Cogió aire y lo expulsó por la boca, ni si quiera sabía si contestar. No tenía planeado enfrentarse a él tan pronto, pero para su suerte no le estaba mirando a la cara. Si no contestaba iba a quedar mal y no era buena idea empezar con mal pie. ¿En qué estaba pensando cuando decidió aceptar la colaboración? No, no era buena idea y ya no hay vuelta atrás.

"Si, esta mañana he firmado el contrato. Nos vemos el lunes en la reunión"

Trató de responder lo más formal posible, era trabajo, no tenía por qué ser raro. Solo era eso, trabajo.

"¿Por qué el lunes? Estaba pensando que podríamos hablar acerca de todo esto antes de la reunión"

¿Hablar? ¿Sobre qué? La cabeza de Samantha iba a explotar y su mal humor estaba multiplicando por mil con tan solo un mensaje. ¿Estaba insinuando que quería quedar para hablar de la situación?

"En la reunión nos darán toda la información que necesitamos, no tiene sentido hablar antes, un saludo y nos vemos el lunes"

Leyendo su respuesta sonaba un poco un a la defensiva, pero no le importaba. No sabía si estaba jugando o cuál eran sus intenciones. Tampoco tenía planeado descubrirlas.

"No me refería a eso. Creo que sabes perfectamente a lo que me refiero, pero no quieres tener esa conversación conmigo"

¡Maldito Flavio! Definitivamente estaba jugando y no le gustaba este juego, no quería jugar. Y no, no quería tener ninguna conversación con él de ningún tipo. Puede que pareciera inmaduro y poco profesional ya que tendría que trabajar con él, pero no estaba preparada para enfrentarlo cara a cara, no quería hacerlo, aunque sabía que algún día, no muy lejano, tendría que hacerlo.

"No sé de qué hablas"

Si, sabía perfectamente de lo que hablaba, pero no quería sonar obvia, aunque así estaba quedando como una estúpida que está huyendo de él.

"Samantha... sabes perfectamente de lo que estoy hablando. Personalmente me gustaría hablar contigo antes de empezar a trabajar y me gustaría que fueras un poco más receptiva porque si no esto no va a salir bien y tus contestaciones me dan más la razón de que tenemos que tener esa conversación de la que quieres huir."

¿En qué momento se volvió tan directo? El Flavio que ella conocía hubiera pensado mil veces antes de escribir ese mensaje o ni siquiera lo hubiera enviado. ¿Qué quería? No quería discutir antes de empezar a trabajar, pero, quizás tenía razón. Quizás deberían hablar y establecer unas normas de cordialidad. Quizás, solo por eso. Por un trabajo bien hecho. Y en su cabeza volvió a maldecir a la Samantha que hizo caso a su amiga y aceptó todo esto.

"¿Cuándo quieres que hablemos?"

Tiró el móvil en algún lugar del sofá y se llevó las manos a la cara. ¿Qué estaba haciendo? Nada de esto tenía sentido. Hubiera sido más fácil con no aceptar esta maldita colaboración y ahora no tendría el corazón a mil esperando la respuesta de su ex, respuesta que indicaría un día y quizás un lugar para verse.

Al cabo de unos minutos miró el móvil de nuevo y ahí estaba la respuesta.

"Mañana no tengo planes. Puede parecer algo violento, pero, ¿te parece bien si vienes a mi casa? No me gustaría y a ti tampoco te gustaría que alguien nos viese y sacara conclusiones... además, creo que vamos a estar más tranquilos"

¿Su casa? Estaba loco definitivamente. ¿Cómo iba ir a su casa? Aunque quizás tenía razón... quizás era el lugar más seguro por el momento, al menos hasta que tuvieran esa conversación, la cual no tenía ni idea de que decir... el que quería hablar era él, ella solo quería ser cordialidad y profesionalidad, no quería fingir una amistad que no existía y no iba a existir nunca.

"Ok"

Era una pésima idea, pero al parecer últimamente solo se limitaba a aceptar todas las malas ideas que se le presentaban por el camino.

"¿Te viene bien sobre las 19:00? Te mando ubicación"

"Las 19:00 está bien"

"Nos vemos mañana entonces, Samantha" y añadió un emoji guiñado un ojo.

¿Qué coño significaba ese emoji? Lo odiaba. Odiaba este juego y se odiaba a ella misma por aceptar.

Cuando se lo contó a Maialen esta le envió como tres mensajes de voz riéndose por los dramas de su amiga. Ella sabía que Samantha estaba creando un mundo de toda la situación y siempre se ponía muy graciosa cuando activaba su modo drama. 

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NOTA DE LA AUTORA: Holi, bueno, aquí está el segundo capitulo, súper corto, lo siento, pero de otra manera no podría actualizar seguido y es mi intención hacerlo. Obviamente no descarto hacer algún que entro capitulo largo cuando el momento lo requiera. Como os podeis dar cuenta le doy mucha importancia a lo que ellos sienten y piensan, ya que creo que así se siente mejor la historia... pero quizás tanto parrafo cansa y hay quien prefiere leer más dialogos, acepto opiniones. Por otro lado... siempre escribo en tercera persona porque estoy acostumbrada a leer así y así puedo intercalar sentimientos de ambos al mismo tiempo sin tener que cambiar ... pero no se que os parece, si se os gusta leer más en primera persona o como. 

Quiero agradecer los buenos comentarios y las estrellitas recibidas, es muy guay, espero que os guste la historia. Sé que igual puede que no sea tan elaborada como otras, pero a veces lo simple está bien. 

Como siempre, cualquier comentario es bienvenido. El proximo capitulo se viene EL ENCUENTR, ¿alguna teoria de como será? 

Un saludo. 

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