Mi mundo al revés

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Desde aquel encuentro con Flavio no había vuelto hablar con él, tampoco quería forzar las cosas, simplemente no tenía nada de lo que hablar, ya que aún no se habían puesto a trabajar seriamente. Se preguntaba que iba a pasar cuando tuviera que pasar más tiempo con él... cuando tuvieran que decidir de que iría la canción.

Llegó el lunes y ahí estaba ella, esperando a Roberto mientras revisaba twitter. Sus fans le deseaban los buenos días como siempre y le ponían videos de suyos randoms, su cabeza estaba totalmente absorbida por los cientos de tweets, cuando noto una presencia frente a ella, levantó la vida y dio un respingo.

- Ay, Flavio, me has asustado – dijo quitándose los auriculares. El chico sonrió, no había cambiado, se seguía asustando por lo más mínimo y era algo que le causaba entre risa y ternura. Samantha no le devolvió la sonrisa, ¿quién se pensaba que era sonriendo así? Su cabeza pensaba en lo mucho que le gustaba esa sonrisa y en que no era legal ir por la vida sonriéndole así a la gente y menos a ella.

- Lo siento – se disculpó intentando aguantar su risa – buenos días, llegas pronto – miró la hora para comprobarlo – si, efectivamente, llegas muy pronto, Samantha Gilabert siendo puntual, ¿por qué no es noticia? – trató de bromear para suavizar la evidente tensión.

- La gente cambia – contestó en tono defensivo, no estaba para sus bromas y menos a las diez de la mañana cuando ni si quiera ha tomado un zumo porque llegaba tarde – Te recuerdo que fuiste tú quien llegó tarde la otra vez – le acusó

- Ya – rio al notar la defensiva de la chica. Iba a ser difícil si ella no bajaba la escopeta cargada que parecía llevar siempre contra él. – Solo era una broma – se defendió y entendió que no era el momento para bromas. Samantha lo miró y no dijo nada más.

En ese momento llegaron Roberto y Luis con algunas carpetas en la mano y entablando una conversación entre risas.

- Lo que queremos exactamente es una canción con fuerza, nada bailable, pero que si pegue en la gente... confío en vosotros – les comentó Luis

- Los dos sois mucho de escribir con mucho sentimiento, por eso, esperamos una letra que exprese eso, mucho sentimiento. Podéis escribir sobre lo que queráis, aquello que os inspire. Un tema de amor, desamor, una crítica, un mensaje de apoyo, lo que vuestra mente creativa diga – dijo Roberto casi tan deprisa como un correcaminos, estaba emocionado y se podía notar en su voz – esto va ser genial chicos, estoy muy contento de que ambos hayáis aceptado

- ¿Cuándo se supone que tenemos que tener la canción lista? – preguntó Samantha. Esa era su única preocupación, el tiempo. Cuanto antes la escribieran, menos tiempo tenían que pasar solos... luego ya se trataba solo de cantarla y ya está, no era tan grave.

- Cuanto antes. La idea es lanzarla antes del verano para presentarla en directo en los festivales – contestó Roberto con su efusividad tan característica – Hay mucha gente que apuesta por vosotros, estoy seguro que no vais a defraudar.

Samantha sonrió sarcásticamente. No terminaba de entender por qué esta apuesta por ellos. En realidad, si lo entendía, sus voces siempre han empastado bien, tenían una química increíble, en el escenario y fuera de este... pero eso nadie lo sabía... excepto las personas que alguna vez los vieron cantar en aquel pequeño bar de Madrid donde solían ir a cantar, a compartir su música, en ese bar llamado "Do's", el lugar donde se conocieron, el lugar donde se enamoraron y desde que todo acabó, ninguno volvió a ir, ni siquiera sabían si seguía abierto.

...

"¿Entonces vas a colaborar con el tal Flavio ese?" – preguntó Alex, su novio cogía un poco de comida china con los palillos. Después de la reunión Samantha se había ido a su casa, todos sus conocidos estaban ocupados y ella solo quería descansar, pero acabó escribiendo cosas que se le venían por la cabeza hasta que su novio decidió hacerle una visita con comida china incluida.

Remo a tu favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora