Somos amigos

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Samantha se despertó esa mañana con las ideas claras, iba a pedir algún tipo de explicación a Roberto, no sabía bien que iba a decirle, pero necesitaba asegurarse que su carrera no corría peligro. La noche anterior había estado hablando con Maialen y esta le había incitado a que fuese hablar con él para que se quedase más tranquila... Samantha no quería hacerlo pues pensaba dejar las cosas correr solas y pensaba que si hablaba con él las cosas podían complicarse, pero su amiga tenía razón, no podía estar todo el día pensando en que su carrera tenía fecha de caducidad.

Llegó a las oficinas y allí se lo encontró, para su suerte no tuvo que pedir hablar con él porque ahí estaba, hablando con una chica que le estaba entregando un paquete. Samantha se acercó a él y esperó que la chica se marcharse para poder hablar. Un punto para ella, ahora no podía huir de ella.

- Samantha, ¿qué te trae por aquí? – preguntó Roberto dándose vuelta – estoy un poco ocupado, así que te agradecería que fueses breve, podías haber llamado o algo – la rubia resopló ante la falta de simpatía de su manager

- Si te hubiera llamado no me hubieras cogido el teléfono o contestado los mensajes, por eso estoy aquí – trató de sonar lo menos enfadada posible ya que sabía que podía perjudicarle de alguna forma

- Bueno, ¿qué pasa? – abrió la puerta de su oficina y entró dentro invitándola a ella pasar – Cinco minutos, después tengo una reunión

- Perfecto – volvió a resoplar en busca de paciencia para no tirarle los objetos de la mesa en la cabeza – me gustaría saber si aún sigues interesado en que saque otro disco, en mi carrera en si... hace semanas que solo obtengo respuestas sin interés alguno, no vienen a la grabación de un videoclip de una colaboración que tú mismo casi me obligaste hacer... y ahora tienes un nuevo juguete con el que jugar, no sé Roberto, siento que estoy sola en esto y que en cualquier momento me vas a dejar sola y sin carrera – dijo casi sin tomar aire en lo que decía, realmente no había planeado nada de lo que había dicho, simplemente le salió así

- Ay, Samantha, Samantha – el hombro se rio al decir su nombre – estás un poco paranoica me parece – la chica arqueó su ceja en señal de confusión, ¿cómo que paranoica? – no tengo intención en dejarte sola, ni dejarte sin carrera, eres mi estrella y lo sabes, es solo que estas semanas he estado ocupado y puesto que tú estás en un descanso, nos tomaremos las cosas con calma y nos centraremos en la colaboración, después de eso trabajaremos más a fondo con el disco, tengo varias personas en mente que te pueden ayudar a la hora de componer

- No sé , Roberto, yo confío en ti y siento que me estás dejando...

- No tienes que preocuparte por nada, solo de prepararte para la promoción de la canción con Flavio y de seguir componiendo si te sale, pero no hay prisa para eso. Y si estás preocupada por Hugo, no tienes por qué hacerlo, la discográfica siempre están buscando caras nuevas, eso no quiere decir que vayamos a dejar a las ya conocidas

- Vale – dijo no muy convencida, pero sabía que esa era la única respuesta que iba obtener y presionarlo no tenía mucho sentido – Muchas gracias

- De nada, tranquila que todo está bien – volvió a decir el hombro – ahora si me disculpas, tengo que irme a una reunión

Samantha salió de las oficinas con la misma sensación de que algo no iba bien, pero no podía hacer mucho con eso, solo le quedaba creer en la palabra de su manager y centrarse en la promoción de su canción con Flavio. Sabía que venían entrevistas y se iba a tener que enfrentar a preguntas incomodas, le asustaba, pero a la vez estaba tranquila porque realmente ya no tenía nada que ocultar. Todos sabían que había una historia entre ellos y ahora eran amigos, era la verdad, eran amigos, aunque tuvieran intenciones de más, pero eso no tenían por qué saberlo.

Remo a tu favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora