Remo a tu favor

Remo a tu favor FINAL

- Entonces, Flavio y tú volvéis a estar juntos oficialmente, ¿no? Eso he entendido de toda la historia – dijo Maialen buscando una afirmación después de oír toda la historia de su amiga. Samantha le había contado todo con detalles, desde Roberto, hasta su ataque de pánico, hasta que ya se había cansado de jugar y habían retomado su relación de nuevo.

- Así es – afirmó la rubia tomando un trago de su cerveza – Ya basta de perder el tiempo – rio – Creo que nos va bien – Así era, les iba bien, aunque solo había pasado una semana desde que habían vuelto oficialmente e internet había asumido que estaban juntos después de que Flavio subiera aquella foto, desde entonces subieron alguna que otra cosa sin pudor alguno. – Me hubiese gustado contártelo antes, pero estabas demasiado ocupada – acusó la chica a su amiga provocando que esta se riera tontamente

- Lo sé, perdón, debí de estar aquí, así como tú debiste de haberme llamado, sabes que te hubiera escuchado fuese la hora que fuese – Mai había estado de viaje con su novio Bruno, ya que este tenía un par de conciertos en algunas salas pequeñas y este le había conseguido un par de actuaciones a ella también, así que estuvo un poco desconectada de la vida de su amiga

- No pidas perdón, sabes que me alegro mucho que hayas podido dar esas actuaciones, he visto que te han subido los seguidores, espero que te sigas acordando de mi

- Titi, tienes más seguidores que yo, por supuesto que me voy a seguir acordando de ti, al menos que te supere algún día – la chica puso su mano en la barbilla fingiendo que pensaba – puede que ahí sí que me olvidé – rio – Es broma, no podría olvidarme de ti, nunca

- Menos mal – suspiró entre risas – Sin contrato discográfico no sé qué va ser de mi

- Tú lo tienes todo hecho, tienes un público que te ama, una voz increíble y canciones compuestas como para tres discos, ¿qué más puedes pedir? Todo va ir bien, ya lo verás

- Bueno, canciones compuestas tengo, para tres discos no, ni si quiera sé si son buenas...

- Seguro que sí, confía más en lo que haces, yo lo hago y muchas personas también lo hacen y están dispuestas a comprarte todo – la rubia se encogió de hombros y dejó su lata de cerveza, ahora vacía encima de la mesa – Además, nombraste a Luis, ¿qué pasó con eso?

- No demasiado. Se enfadó lógicamente, no entendía como alguien puede hacer algo así, pero también dijo que no se sorprendía, este mundo es así y a veces la ambición puede más que ser buena persona y preocuparte porque una carrera funcione... así que nada, eso es todo

- ¿Y la gira que te habían dicho que harías por tu colaboración con Flavio?

- Eso es lo único seguro que tengo, se va seguir haciendo, pues las fechas ya están concertadas y Luis tomó el absoluto control de eso, ya que Roberto se desentendió completamente

- Y menos mal, que pedazo de hijo piti – dijo tratando de suavizar el insulto – Yo creo que estás mejor sin él, no los necesitas, sin embargo, ellos si te necesitaban, ellos han perdido y tú has ganado

- Bueno, ganado... sigo en una especie de limbo, pero es lo que toca ahora, seguiré componiendo o al menos intentarlo

- Nada de intentarlo, lo vas hacer. Se me ha ocurrido una cosa que podrías hacer mientras – la rubia la miró confusa con un poco de miedo por saber la ocurrencia de su amiga – Podrías enviar algunos de tus poemas alguna editorial, quizás te pueden publicar ese poemario que tenías en mente, es una posibilidad

Samantha tenía al menos dos libretas completas llenas de poemas que escribía cuando se sentía mal especialmente, lo hacía como método de descarga, aunque no todos eran así, había algunos que hablaban de felicidad, de lo que sentía acerca del murciano, en si... un popurrí de sentimientos hecho palabras. Solo Maialen los había leído, además de Flavio, al que le había enseñado alguno, pero no todos, le costaba mucho enseñar lo que tenía escrito, ya que era una parte muy personal de ella. No es que no confiara en él, sino que prefería guardar esa parte para ella, sobre todo porque muchos de los poemas hablaban de él, algunos antiguos y otros nuevos, pero casi siempre presente.