La burbuja

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Flavio abrió la puerta de su apartamento e hizo pasar a Samantha antes que él, cerrando la puerta una vez que ambos estaban dentro. Parte del equipo le había dicho si quería ir a tomar unas copas para celebrar el concierto, pero él tenía otros planes. Samantha era el plan y todos se habían dado cuenta de eso cuando los vieron salir a ambos de la mano, un gesto que les salió natural. Por otro lado, la chica había avisado a su amiga de que no la esperara ya que se iba con Flavio. Maialen no pudo evitar reírse, en parte se lo esperaba.

La chica se quitó su chaqueta vaquera y la dejó en el perchero que había en una esquina de la entrada del apartamento

- ¿Has cenado? Bueno, supongo que no, ¿quieres algo? – preguntó el chico yendo por hacía la cocina mientras ella lo seguía

- No he cenado nada, pero tampoco tengo hambre – respondió y vio que él sí que iba a comer cuando sacó un par de rebanadas de pan - ¿Eso es lo que vas a cenar?

- Sí, es lo más rápido, tu no vas a comer nada, es peor – el chico fue hacía la nevera y sacó un poco de queso para ponerle al pan

- Ya que vas a cenar, come otra cosa más sana que eso – dijo sentando en la encimera de la cocina mientras observaba los movimientos del chico

- Menos sano es no comer nada – el murciano dejó las coas sobre la encimera y se acercó a ella rodeando su cintura con sus brazos, ella abrió sus piernas para hacerle hueco y que pudiera pegarse a ella con más facilidad

- No tengo hambre, de verdad – rodeó su cuello con sus brazos hundiendo su rostro en el cuello del chico

- No pasa nada, Samantha, no comas si no tienes ganas – la abrazó aún más fuerte haciendo que la chic rodeara su cintura con sus piernas y comenzara a darle pequeños en el cuello – Samantha – se quejó, pero la chica no paró - ¿Me vas a dejar cenar?

- No – la chica siguió bastante entretenida en su cuello y Flavio no puso mucha objeción a sus besos, se dejaba hacer, ¿a quién le importaba cenar?

- Samantha, me va' a deja' marca – se quejó en un acento murciano bastante pronunciado – la rubia rio en su cuello y no paró – SamanTHA – volvió a decir

- Ay, Flavio, no te estoy haciendo nada, no seas quejica – dijo separándolo de ella

- No me estoy quejando, es que me va' a deja' marca – el chico se tocó el cuello

- Si, a ver – tiró de él para volver acercarlo a ella – uf, está rojo eh

- SamanTHA

- ¿Qué? – lo miró con cara de inocente – no hice nada – el chico se separó de ella y se dirigió a donde estaba las dos rebanadas de pan – Ven aquí – lo llamó alzando sus brazos para que fuera con ella, pero este la ignoró y comenzó a untar un poco de queso en el pan – Flavio

- Samantha, voy a cenar – le informó cogiendo una de las rebanadas de pan y llevándoselas a la boca

- Vaya mierda de cena, podrías haberte hecho una pizza o algo

- ¿Una pizza es sano?

- No, pero mejor que eso...

- Esto se llama comer algo rápido – el chico se rio

- ¿Tienes prisa tú? Vaya... ¿qué vas hacer? ¿has quedado? – preguntó de forma seductora abriendo puerta al tonteo que tanto les gustaba

- Sí, he quedado – respondió siguiéndole el juego mientras untaba queso en la segunda rebanada

- ¿Con quién? ¿es una chica? Cuéntame – cruzó sus piernas y puso pose de interesada

Remo a tu favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora