Flavio estaba nervioso. Estaba nervioso porque Samantha tocaría el timbre de su casa de un momento a otro. Había ordenado la casa, para dar buena impresión, no quería que después de que sabía que lo odiaba pensase que su casa era un desastre.
Dejó una libreta y un par de lápices sobre la mesa y se miró al espejo para arreglarse el pelo. ¿Qué estaba haciendo? Desde que había vuelto a ver a Samantha no ha podido dejar de pensar en ella, de pensar en todos esos momentos que vivieron juntos y en como todo acabó. Se preguntaba y trataba de entender sus pensamientos... pero era imposible hacerlo. Sabía que tampoco tenía mucho caso tratar de entenderlos, solo quería cerrar una etapa que creía tener cerrada. Ahora entendía porque ninguna chica consiguió entrar en su corazón en todos estos años... porque ninguna era ella, ninguna le hacía sentir lo que una vez sintió con Samantha y es que ahora todo eso no está. Quizás esta colaboración es la oportunidad perfecta para cerrar todo eso, quizás después de esto encuentre a alguien que entre en su corazón y pueda recordar con una sonrisa todo el pasado.
El timbre sonó y fue corriendo abrir la puerta y ahí estaba ella, tan guapa como siempre, tan bonita y tan fría cuando lo miraba, casi podía oír como su mirada le dolía. No es así como quiere cerrar etapa. Ni siquiera pensó que volvería hablar con ella, a pesar de haberla visto en diferentes eventos... pero la vida les dio esta oportunidad de nuevo, quizás para sanar heridas.
Samantha entró a la casa después de decirle un hola con un tono seco. Flavio deseaba derribar esos muros que se había puesto ella, deseaba poder entablar una conversación sin que a la mínima le saltara, quizás se lo merecía o quizás no... creemos que merecemos ciertas cosas por el simple hecho de no entender la situación, por no entendernos a nosotros mismos o no valorarnos lo suficiente.
- ¿Quieres algo de beber? – trató de ser cortés, es lo que se suponía que se decía a los invitados y era casi una pregunta por inercia porque sabía que respondería que no
- No – y tenía razón - ¿Empezamos? No quiero que se haga tarde, he quedado con mi novio para cenar luego – Por un momento a Flavio se le olvidó que tenía novio. Ella había sido capaz de rehacer su vida, de abrirle su corazón a otra persona, ¿por qué estaba tan a la defensiva si ni siquiera le importaba? No iba a mentir, odiaba que ella hubiera conseguido abrirle su corazón a otra persona que no fuera él, pero se odiaba más a él mismo por no haber sido capaz de hacerlo. Por eso daba imagen de fuckboy a las chicas porque ninguna era ella y prefería divertirse un rato que dar esperanzas a alguien y romperle el corazón.
- Lo suponía – dijo sentándose en el sofá – Supongo que como es el primer día y solo vamos hablar de las ideas... aquí estamos bien, más adelante podemos pasar al estudio para ver cómo suena aquellas ideas que se nos ocurran
- Aquí estamos bien, si – Samantha se sentó y sacó una libreta de su bolso junto a un bolígrafo color negro. Seguía usando exactamente el mismo, bueno, la misma marca, no exactamente el mismo. La marco y el color.
- ¿Por dónde empezamos? ¿de que te gustaría escribir? – preguntó acomodándose en el sofá – Si te soy sincero, yo no he pensado en nada
- No lo sé, la verdad que cualquier cosa – respondió indiferente y sin mirarlo, solo miraba las hojas de su libreta
- Cualquier cosa no... - sabía que ya había activado el modo muro y cualquier cosa que dijese le contestaría mal, ¿se divertía con esto? – no sé... podríamos escribir alguna frase... y ver si podemos usarlas o juntarlas – sugirió sin tener mucha idea de cómo hacer para tirar esos muros
- Cualquier cosa que escriba va ser muy dramático, no quiero que quieras eso, puedes empezar tu a escribir algo... aunque primero deberíamos decidir sobre qué queremos escribir. A mí me da igual

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Remo a tu favor
FanficDos cantantes famosos los cuales tienen un pasado juntos que nadie conoce, ¿qué pasa cuando te piden que hagas una colaboración con tu ex?