LA CENA

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-De verdad abuela, no me pasa nada - digo metiendome más en la colcha.

-Anna, tenemos que llevarte a un hospital. Has vomitado sangre y pretendes que no esté preocupada... - mi abuela se sienta en el borde de mi cama. Hank la llamó para decirle que me encontraba mal y ella tuvo que venir con mi padre y mi abuelo dejando la cena que tenían en ese momento. Parece muy preocupada y mi abuelo también. Pero mi padre en cambio está muy serio. Está apoyado en el marco de la puerta con la mirada perdida, pensativo. Solo me preguntó si necesitaba ir a un hospital, desde entonces no suelta palabra alguna.

-Creo que me sentó mal la comida nada más - digo mirándolos uno a uno.

- Bueno entonces le preguntaré a Margaret si los productos eran frescos o habían caducado, nunca se sabe - mi abuela se levanta y me da un beso en la frente , cosa que hacen mi abuelo y mi padre antes de salir de mi habitación y desearme buenas noches.

...

A la mañana siguiente, me despierto algo mareada. Después de prepararme, bajo a la cocina en busca de Margaret. Ésta me mira disgustada.

-¿Qué pasó anoche Anna?-pregunta apenada.-Te juro que yo verifiqué las fechas antes de comprar los productos. Además las verduras son frescas.

-Lo sé Margaret, no te pongas así que no pasa nada - sonrío amablememte para que se dé cuenta de que estoy bien.- Solo me sentó un poco mal la comida, nada más.

-Vale...¿Quieres desayunar?- pregunta amablemente mientras me mira con una pizca de duda.

-No gracias, es mejor dejar descansar un poco al estómago después de lo de anoche. Espero que hoy prepares la comida con tu nuevo regalo.

- Claro que lo haré, pero ¿no te quieres llevar algo para comer luego? - Margaret se preocupa mucho por mi y se lo agradezco pero por ahora no quiero forzar el estómago.

-No, de verdad. Bueno, me tengo que ir, no quiero llegar tarde a clase - cojo mi bolso y me dirijo al garaje, no sin antes despedirme de Margaret y mi familia. Subo al coche y enciendo el motor.

...

-¡Vaya mierda! Y yo que quería estrenar mi camisa turquesa...-se ríe, coge las bolsas de ropa y se dirige hacia su Fiat 500.- No me puedo creer que no me acordara de coger las malditas bolsas. Por cierto...-la interrumpo antes de que me reproche el no haber vuelto para darselas.

-Vale, vale... sé lo que vas a decir. "Tenías que haber vuelto Anna"- digo tristemente.

-¡No!, lo que quería decir era que ¿Porqué no te has puesto algo de lo que te compraste ayer? Todo era muy bonito. Además, da igual que no me hubieses traido las bolsas, no me hubiese puesto nada hoy.- a Cat no le gusta llevar la ropa justo al día siguiente porque la lava, dice que nunca se sabe quién se la habrá probado.

-Hola Anna - miro detrás mío y veo a Mike sonriéndome con las manos en los bolsillos de los vaqueros.

-Hola - me sonrrojo al momento. Mike siempre me mira a los ojos, y la verdad es que me incomóda mucho, para mí es muy inquietante.

-¿Puedo hablar contigo un momento? - mira a Cat como pidiéndole que se vaya.

-Cat, luego nos vemos - esta se marcha al instante pero noto algo raro en ella, es como si hubiese mirado a Mike con asco u odio, pero puede que haya sido mi imaginación. Sonrío y me giro para ver qué es lo que quiere

-Bueno, dime - digo ilusionada. Me enfado conmigo misma por ser tan tonta y comportarme como si fuese una niña pequeña cuando está Mike delante.

-Quería saber si tienes algo que hacer esta noche.- Parece tranquilo, ningún chico que haya conocido hasta ahora se había comportado así a la hora de pedir salir a alguien.

Batir de AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora