Batir de Alas

LA REALIDAD

Tan solo unos días pasaron desde que la familia de Sam se fue del castillo. Estaban vigilados por todas partes pero aún no descubríamos lo que estaban tramando. La fuerza y el número de rebeldes aumentaba con el tiempo y yo a cada segundo me sentía más impotente. La gente se siente insegura y acude a estos grupos con el afán de afianzarse. Dar vueltas a la cabeza es lo único que podía hacer ¿Qué pasaría si se supiera la verdad al completo? ¿Cómo reaccionaría la gente? Puede que incluso se rebelaran contra mi madre y mi familia. Y por parte de Luzbel igual. La piel se me pone de gallina nada más de pensarlo. Mi madre ha intentado explicarme lo que tendríamos que hacer pero... era demasiado complicado y los resultados no se sabían con exactitud. Para colmo Sam se casaba. A veces hasta me quedaba pensando en qué pasaría cuando esos 3 meses y medio pasaran ¿Se casaría de verdad o haría algo en el último momento? Temía que terminara por casarse de verdad solo por complacer a su familia ¿Qué tanto les debía a ellos para que tuviera que hacer algo así? A penas le podía ver, mi madre le pidió que acompañara a su familia en todo momento sin discusión alguna. Era importante que todo pareciese normal y que no se diesen cuenta de que les vigilábamos. Pero tras varios días de estar fuera, llegaba al castillo y ni se acercaba a mi. Como mucho un saludo y una venia, pero no más. El corazón se me aceleraba con verlo pero... se me enfriaba al observar cómo se alejaba por el pasillo. Ya no le hablaba a mi madre del tema, estaba demasiado preocupada con el futuro del reino que no necesitaba que yo le hable más de mis problemas.

- Creo que es una buena idea majestad. - Afirma Xarien, el hombre de confianza de mi madre. Un hombre mayor de unos cincuenta años aparentemente. - Es necesario comunicárselo en persona a las familias más influyentes. Estoy seguro de que si se enteraran de otra forma serían más escépticos. Porque hay que reconocerlo es una noticia que no se sabe como la vayan a tomar. Ya se están extendiendo rumores, es mejor hacerlo cuanto antes. Usted sabe que yo y mis hombres hemos comprendido la situación y apreciamos mucho a su alteza, pero es hora de actuar, las personas cada vez están más intranquilas y eso puede ser perjudicial. 

- Te entiendo amigo mío - contesta mi madre. Estaba sentada en su despacho pensativa como siempre. - Creo que ya es hora de ir convocando la reunión. Hay que anunciar a las familias, confío en que tus hombres vayan a sus domicilios lo antes posible. En dos semanas se celebrará el evento. - Aparto la vista de la ventana y me acerco a Xarien cogiéndole de un brazo cariñosamente. Una de las personas del castillo que más paciencia ha tenido conmigo. Me ha tenido cariño desde el primer momento y me ha demostrado su amistad y comprensión.

- Gracias Xiaren - digo sonriéndole.

- De nada alteza - me guiña un ojo y se da la vuelta para salir de la habitación.

- Me alegra ver cómo de bien te llevas con todos. - mi sonrisa se desvanece al instante al pensar en el evento que tendrá lugar en dos semanas. Llevarme bien con las personas del castillo era una cosa, llevarme bien con todo el reino es otra. Y ya finalmente ir a Luzbel y convencerlos a ellos también es el boom de todo. - A ver, cuéntame qué te pasa...

- Tengo mucho miedo mamá... una cosa es el castillo y otra el mundo entero ¿Y si nadie me quiere como princesa? - mi madre se levanta de su asiento lentamente y se acerca a mí con entusiasmo.

- Tienes miedo y es normal pero... puede que la gente te sorprenda.

- Ojalá, pero eso no me quita el miedo.

-Tú sigue siendo tú misma y ya verás que las cosas salen bien. Solo confía. - abrazo a mi madre y posteriormente salgo de la habitación para dar una vuelta aunque es la cabeza la que más vueltas da. Estaba lista para empezar con la preparación para la presentación de dentro de unas semanas, para lo que no estaba preparada era para ver la reacción de la gente.