EL REGRESO

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Afortunadamente, el mareo que tuve anoche solo fue un pequeño e insignificante susto. Me fui a dormir para evitar las náuseas y las horribles arcadas.

Al levantarme de la cama poso mis pies con mucho cuidado en el suelo, y temo que los mareos vuelvan, pero en el momento en que me pongo en pie no pasa nada, ni mareos ni arcadas. Una oleada de tranquilidad me recorre el cuerpo. Lentamente e intentando no moverme mucho, me preparo para un día lleno de trabajo, y con trabajo me refiero literalmente a mi nuevo trabajo. Un sentimiento de felicidad y entusiasmo hace que me olvide de lo que estuvo a punto de pasar la otra noche. Bajo las escaleras rápidamente y me dirijo a la cocina. Antes de entrar por la puerta veo a mi padre y corro a darle la noticia.

-Estoy muy orgulloso de mi pequeña - dice mi padre después de haberle contado lo que pasó ayer - Y, ¿Qué tal se encuentra Mike? Si le vuelves a ver dile que hace tiempo que no le veo y que se pase un día a cenar con nosotros. El sábado por ejemplo - sonrío y me relajo, a mi último novio no le fue muy bien con mi padre...No es que Mike sea mi novio ni nada parecido, pero quién sabe lo que nos depara el futuro...

-Claro, cuando le vea le invito a casa. Papa, ¿vas a venir verdad?, a mi primer día de trabajo digo.

-No me lo perdería por nada del mundo.

Entramos juntos a la cocina y le pedimos a Margaret unas tortitas. Después de haber comido nos despedimos y yo cojo mi bolso y me dirijo hacia el garaje.

Al llegar a clase busco a Cat, pero no la veo por ninguna parte.

-Hola - Mike me rodea la cintura con los brazos y me susurra al oído tan bajo que casi no puedo oírlo - Estas preciosa -me da un beso en la mejilla y hace que me gire para mirarle a los ojos. Esos ojos azules de infarto.

-Hola - digo sonrrojándome - Gracias - precisamente me vestí así por él, con un vestido corto con flores estanpadas. Con la espalda al aire y unas plataformas Mary Jane.

-¿A quién esperas? -dice cogiéndome de la mano.

- A Catherine, hemos quedado de vernos aquí, pero no la veo - Mike frunce el ceño tan rápidamente que, incluso, puedo pensar que me lo he imaginado.

-Bueno, entonces eso significa que te tengo toda para mí - se acerca a mi cara y me da un beso suave en los labios.

-Puede - digo riéndome. Le doy otro beso y nos adentramos entre la gente. Mike me deja justo en la puerta.

- Yo ya me voy -dice cuando veo que no me acompaña.

-¿No das clase?- digo perpleja.

-No, terminé el año pasado - dice acercándose para darme un último y largo beso.

-Ah claro - digo cuando se aparta - Una cosa más, mi padre quiere que vengas a cenar el sabado a casa ¿Qué te parece?

- Claro. Será un placer - sonríe y me guiña un ojo.

Cat no vino a las primeras cinco clases y ya me empezaba a preocupar cuando a la hora de filosofía llegó, algo despistada.

- Eh ¿Dónde has estado?- pregunto preocupada.

- Bien - responde.

-Cat... ¿Te encuentras bien?- digo tocándole un brazo.

-¡Ah! Si claro. Pero estaba pensando, nada más. Perdón por no avisar que faltaría a clase pero surgió un imprevisto y ¡buf!- suspira y sonríe. A continuación me pregunta qué es lo que hemos hecho hoy y si habian mandado algo importante.

-No, pero si quieres esta tarde después de que salgamos de trabajar... - le empecé a decir al salir de clase - ... te pudeo pasar los apuntes.

-Madre... estoy muy emocionada, ¿Cómo te sientes tú? Que eres la que se exibe en el escenario esta tarde - acompaña a sus palabras recorriéndose el cuerpo con las manos de arriba abajo.

Batir de AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora