Una nueva especie ha surgido luego de que el roce de una estrella que atravesó todas las constelaciones zodiacales extinguiera a los humanos... Sin embargo, no todos se extinguieron, los más fuertes siguieron habitando la tierra, considerándose una...
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Lo planeado era permanecer en paz, estar en convivencia con los demás de esta especie, sin guerras ni maltratos, simplemente vivir en armonía sin retomar los pensamientos destructores del humano ya extinto varios años atrás. Pero todo comenzó con un signo de elemento desconocido, este retomó pensamientos que ponían en prioridad sus lujos, pensamientos de ser el más superior en poder que todos los demás y de conseguir todo lo que él quisiera, manipuló a varios más haciendo que estos lo apoyaran, y que dieran inicio, nuevamente, a la esclavización.
Construyeron una enorme plantación de esclavos en donde secuestraban a varios signos de diferentes o iguales elementos, no les importaban si eran niños o ancianos a punto de morir, ya que no les importaba, solo querían aprovechar nuestras nuevas habilidades respecto a los elementos de la naturaleza para que les brindáramos comida a partir de los frutos y cultivos, vestimentas, agua, entre otros factores...
Un enorme muro rodea gran parte de territorio, este ha tomado varios bosques, ríos, quebradas y praderas para convertirlos en zonas de trabajo, lo que significa que la plantación es realmente extensa, y para su adecuada organización, separaron la plantación de esclavos en cuatro sectores, donde los trabajos de cada uno varían según la porción de territorio correspondido. Lamentablemente estamos custodiados por guardias egoístas y de varios elementos.
Es un poco difícil de entender y asimilar lo que son capaces de hacer estos Homoelementals solo para su propio cuidado, construir un lugar de esta magnitud significa que ellos harían cualquier cosa para mantenernos bajo su control.
En la actualidad, somos setenta y dos esclavos que somos divididos de a dieciocho personas por sector y cada uno está sometido a esta prisión, sin fuerzas para siquiera escapar...
Sumergí la prenda de vestir en el agua y pude ver como la suciedad se despegaba de ella formando una mancha café, la dejé por unos momentos allí abajo y luego la saqué escurriéndola, la enrollé un poco y cuando ya no estaba tan húmeda la coloqué en la canasta que se encuentra a mi lado.
Como signo aire, mi trabajo es lavar prendas de los responsables de nuestra esclavización.
Un sonido llamó mi atención, provenía del agua, miré a mi alrededor en la búsqueda de mi pequeña hermana que estaba cazando peces en la quebrada.
Me puse de pie y permanecí allí en su búsqueda, observé a través del agua cristalina pero solo logré ver piedras y unos cuantos peces que pasaban por allí.
Sentí como mi corazón se aceleraba, hasta que por fin vi su silueta, ella salió del agua con una tierna sonrisa en su rostro y en ambas manos traía dos peces, ella los sostenía de sus colas mientras estos se movían bruscamente en un intento inútil de escapar.
—Hola hermana —me dijo y se acercó a la orilla, para luego meter los peces en otra canasta.
Suspiro aliviada, había olvidado por completo que mi hermana es perteneciente al signo cáncer, correspondiente al elemento de agua, y su única habilidad es que puede soportar lo que desee bajo el agua, sin tener que preocuparse de subir a la superficie para tomar aire.
