Una nueva especie ha surgido luego de que el roce de una estrella que atravesó todas las constelaciones zodiacales extinguiera a los humanos... Sin embargo, no todos se extinguieron, los más fuertes siguieron habitando la tierra, considerándose una...
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Me mantuve con los ojos cerrados esperando a dormirme nuevamente, pero Anelly seguía dándome palmadas en la espalda para que despertara. Estoy consciente de que me encuentro despierta, pero aún no quiero abrir mis ojos, deseo quedarme aquí en mi colchón acurrucándome con las cobijas, es muy temprano y el frio que está haciendo es insoportable.
—¡Vamos Tania! —exclama mi hermana impacientemente —. ¡Despierta! Nancy y yo debemos ir a la quebrada y dijiste que nos acompañarías.
—Quiero dormir un poco más, ¡está muy temprano! –repliqué.
Escuché risas masculinas, probablemente de Adam o Richard.
—¡Vayan ustedes solas! —exclamé enojada.
—Tienes que enseñarme a lavar prendas —esta vez fue Nancy quien habló —. ¡Vamos, despierta!
Sentí que dos manos me agarraban los pies, posiblemente son ellas, alguien está tratando de hacerme cosquillas con el fin de hacerme despertar, pero soporté, haría cualquier cosa para seguir durmiendo al menos cinco minutos más.
Esta vez escuché risas femeninas, y de pronto alguien jala mis pies, siento como todo mi cuerpo se separa de mi cómodo colchón haciéndome encontrar en una superficie incomoda.
Abrí mis ojos rápidamente, Richard y Adam estaban frente a mí aún sosteniendo mis pies, mientras que Nancy y mi pequeña hermana se burlaban.
—¿Qué están haciendo? —pregunté confundida —. ¡Quería seguir durmiendo!
Adam se acercó a mí y me golpeó en la parte trasera de mi cabeza.
—¡Tómala, me la debías!
Su padre se ríe.
Me levanto del suelo perdiendo la batalla, esta vez debo seguir con mis deberes de esclava. Anelly se levantó también del suelo y se acercó a mí brindándome un abrazo, ella es tan pequeña que solo llega hasta mis caderas.
—¡Por fin despertaste hermanita! ¡Ahora vamos a la quebrada!
Ella me sonrió tiernamente y aunque no tuviese ánimos le sonreí, aparenté frente a todos que no me había molestado en absoluto que me hubiesen despertado de esa manera, solo para no acabar con su momento alegre.
Richard se acercó a mí y me pellizcó el brazo como hacía todas las mañanas cuando despertaba, me quejé por el dolor pero al parecer a él no le importó.
—Me iré ahora, debo obtener frutos de los arboles. Tania, me alegro mucho que hayas decidido ayudar a Nancy con la maquina de coser —Richard se separó de mi lado para darle un cálido abrazo a mi hermana y se despidió de todos nosotros.
Adam salió de la cabaña en compañía de su padre, de verdad espero que hoy no les toque mucho trabajo...
Anelly abrió la puerta de madera y fue la primera en salir de la cabaña, seguido de ella salió Nancy y por ultimo yo, que me encontraba sin alientos de salir a caminar hacia la quebrada.