Capítulo 19

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No sé en que momento de la noche logré dormirme, me quedé pensando y dando vueltas en la cama

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No sé en que momento de la noche logré dormirme, me quedé pensando y dando vueltas en la cama. Lo cierto es que a lo que me enfrento ahora es muy diferente a mi vida en la plantación, todo está dando vueltas en mi cabeza provocando un dolor que no parece terminar ni con dudas resueltas. El asunto de Anderson sobre ser humano no es la excepción, hubo un momento en la fría noche en que imaginé teorías acerca de su especie ya extinta y las ansias de saber un poco más tampoco me dejaron descansar. Ni hablar de mi lloriqueo al terrible vacío que siento en mi pecho al haber perdido a las personas que más amo, Richard, Adam y Nancy. ¿Qué será de ellos ahora? ¿Realmente podré rescatarlos acudiendo a esos tales mediadores del centro de cabañas? No tengo opción, no lograría vencer por si sola a la multitud de guardias de la plantación.

Me incorporé sentándome en la cama con las piernas cruzadas, la habitación y todo lo que me rodea está iluminado por la fuerte luz de la mañana que se filtra por la ventana abierta, las cortinas de esta juguetean en el aire moviéndose de un lado a otro y de pronto siento una briza helada que pone mi piel de gallina. Desde aquí puedo escuchar el cantar de las aves.

—Anelly —pronuncio el nombre de mi hermana y miro hacia el otro lado de la cama, está vacía —. Demonios. ¿Dónde se habrá metido esa pequeña?

Me levanto rápidamente organizando un poco mi cabello que de seguro está hecho un desastre y salgo de la habitación rápidamente, me encuentro en el pasillo, la puerta del baño está abierta y no hay nadie allí. Sigo avanzando y veo que tampoco hay rastro de Anderson o de mi hermana. En la cabaña no hay nadie, eso es seguro.

Las sillas con almohadas coloridas tienen una sabana, lo que indica que Anderson durmió allí anoche. Se supone que esta es su cabaña, él es el que debería dormir en la cama, no nosotras. Me percato que la puerta de entrada está abierta, y escucho el crujir de la madera a cada paso que doy.

—¿Dónde están todos? —me pregunto en voz baja mientras observo a mi alrededor.

Traspaso la puerta de la cabaña encontrándome en el porche y de inmediato me encuentro con mi revoltosa hermana, que justo ahora está acostada en la hamaca hecha de bambú mientras se columpia divertida.

Cruzo mis brazos sobre mi pecho y produzco una tos intencional, sus ojitos grandes y negros se topan con los míos y de inmediato hace una mueca.

—¿Es este el momento en el que me regañas, cierto?

Me reí y di un paso hacia ella.

—No te regañaré ni me enojaré contigo, pero sabes que cuando despiertes debes avisarme. Ya hablamos de esto en la cueva, no te separes de mi lado ni aunque yo esté dormida ¿entendiste? —le dije.

Ella asintió con una sonrisa.

Se ve preciosa, la falda y la camisa con diseño de flores combinan perfectamente con su color de piel y con su pelo negro. Si Richard la viera en este momento se sentiría orgulloso, yo diría que la mayor prioridad de Richard era mi hermanita y verla así de reluciente sería como...

Signos Elementales #TA2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora