Capítulo 30

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Una semana después...

Ya ha pasado mucho tiempo desde que el grupo de rebeldes partió a la plantación, para enviar el significativo mensaje que lo decidirá todo. Si los guardias ceden a dejar ir a los esclavos de ese lugar, no sucederá nada que ponga en riesgo sus vidas. Pero si es al contrario, partiremos rumbo a una guerra.

La ansiedad carcome mi interior, cada día trato de estar lo más tranquila posible pero al paso de las interminables horas, mi miedo se intensifica. Y el hecho de que aquel grupo de rebeldes aún no haya llegado no significa nada bueno en absoluto.

—¿Cuánto tiempo seguiremos esperando? Ya pasó una semana, joder —se queja William.

—Tardará lo que tenga que tardar, la plantación está muy lejos por lo que es posible que esa sea la razón por la que tardan tanto —le contesta Lisu mientras extiende su mano para agarrar una de las galletas que reposan sobre la bandeja.

La mayoría de nosotros estamos reunidos alrededor de uno de los escritorios del estacionamiento. Es tarde, ya es momento de almorzar, y galletas con leche es nuestro único alimento por ahora. Esta comunidad actualmente vive una intensa escasez de alimentos, pero según Edward, poco a poco las cosas mejoran, solo que todo lleva su tiempo.

—La plantación no está demasiado lejos, creo que debe de haber otra razón por la que se demoran tanto en volver... ¿Y si los guardias de ese lugar ya han liberado a los esclavos? —sugiere Anderson rascándose la barbilla.

—No quiero ser pesimista, pero de todas las posibilidades, esa es la menos acertada. Construir una plantación de esa magnitud costó tiempo y esfuerzo, ellos no los dejaran ir así de fácil —le contradice Mark.

Tomo una de las galletas mientras escucho el extenso debate de todos los presentes. Lo cierto es que ninguno de nosotros cree que los guardias serán tan bondadosos como para liberar a aquellos Homoelementals, excepto por Anderson. La idea de que siempre se puede cambiar y que los errores se pueden rectificar no se despega de su mente. No estoy en desacuerdo con él, pero si hablamos de los horribles Homoelementals de ese lugar, no hay mucho que decir ya que es obvio. La maldad siempre irá con ellos, y si las lágrimas y las suplicas de todos aquellos esclavos de la plantación, no los hizo cambiar de opinión, ni ser piadosos, menos lo hará un mensaje proveniente de un grupo limitado de Homoelementals, que se hacen llamar rebeldes.

—¿Y tú qué opinas, Tania? —me pregunta Lisu con una de sus cejas entre alzada.

Me perdí por completo de la conversación, ahora me encuentro boquiabierta sin saber que decir y todas las miradas se posan sobre mí.

—Lo siento, no-no sé de qué hablaban.

Ella me sonríe y asiente con la cabeza comprendiendo mi situación.

—Los guardias son malvados y siempre les gustó vernos sufrir a todos los que estábamos en ese lugar... Lo siento, Anderson. Pero no estoy de acuerdo con tú opinión, la bondad no existe en ellos —dice mi hermana y devora plácidamente una galleta, dejando caer harinas en la camiseta que le prestó Lisu.

—Niña inteligente —Mark pellizca la mejilla de Anelly y hace un puchero.

Nuestra conversación se ve interrumpida por la forma repentina en la que Edward entra en el estacionamiento, a su lado se encuentra Charlie y los rodea un enorme grupo de rebeldes, que varían entre hombres y mujeres, y cada uno lleva consigo una expresión de angustia en su rostro.

El ambiente se torna intranquilo y por la forma en la que Edward nos observa, deduzco que algo malo ha pasado, solo espero que no sea tan grave.

—Padre, ¿todo está bien? —Mark rompe el silencio y se posiciona a mi lado tomándome de la mano. Aún no hemos dado nuestro primer beso, pero ahora se puede decir que estamos en una... ¿Relación?

Signos Elementales #TA2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora