Una nueva especie ha surgido luego de que el roce de una estrella que atravesó todas las constelaciones zodiacales extinguiera a los humanos... Sin embargo, no todos se extinguieron, los más fuertes siguieron habitando la tierra, considerándose una...
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Le dijimos todo a Anderson, sobre la plantación y lo que nos hacían en ese lugar. También, sobre nuestro escape y de como fuimos traicionados por ese estúpido Alex, que para mala suerte logró escapar saliéndose con la suya.
—¡Eso es horrible y no tiene perdón! —Anderson golpeó la mesa y se puso de pie bruscamente —. ¡Debemos ir al centro de cabañas y hablar con los mediadores! Debemos decirle lo que esos Homoelementals están haciendo y salvar a sus amigos.
—¿Y los mediadores son de confiar? —le pregunté.
Anderson me observó afirmando con la cabeza.
—Estoy seguro de que ellos no se quedaran con los brazos cruzados. Los mediadores se encargan de mantener el orden, saben que ningún Homoelemental quiere ser como el antiguo humano y ellos se encargan de asegurarse de que nadie esté haciendo cosas malvadas. Así que sí, son de confiar.
—¿Vas a llevarnos a ese lugar? —nuevamente pregunto. Realmente no sé si es buena idea, los guardias de la plantación me han demostrado que están corrompidos por los antiguos pensamientos del humano, y ahora no sé si confiar o no en los demás.
—Por supuesto que lo haré, no las dejaré solas... Prometo que las ayudaré —Anderson nuevamente se sentó en su silla.
Anelly y yo asentimos sonriendo, alguien, por primera vez está decidido a ayudarnos.
—Aunque —él se tocó la barba pensativo —. Creo que los mediadores están en una expedición por la montaña, ellos no estarán mañana en el centro de cabañas.
—Pues, entonces nos podemos quedar aquí a esperar. ¿Se puede? —sugirió Anelly.
El hombre asintió y sobó la cabecita de mi pequeña riéndose.
La confianza comienza a florecer entre los tres...
—¿Por qué tú no vives en el centro de cabañas? ¿Por qué vives aquí sólito? —preguntó Anelly y reposó su cabeza sobre sus manos, ella no aparta la mirada de Anderson.
—Me gusta estar solo, o bueno, prefiero estar en medio del bosque rodeado de naturaleza —responde conteniendo una sonrisa.
Me percaté de que los platos que están sobre la mesa permanecen ya casi vacíos, solo unos cuantos contienen restos de comida. Nunca antes había comido de esa manera tan maravillosa, comí mucha comida que mi estomago se siente como si estuviese a punto de explotar.
—Creo que ya están confiando en mí. Al principio se veían muy asustadas por mi presencia, pero no se preocupen. No soy un hombre malo como ellos que las tenían esclavizadas. Yo prometo ayudarles —dijo.
Reí y me toqué el cabello nerviosamente.
Ya no quiero tener dudas, quiero darle mi confianza pero para ello no deben haber preguntas sin responder.