20 - .: Lolita :.

183 10 3
                                    

Y mis manos han aplaudido al mundo
Por que el mundo es el lugar donde te ví
Donde te ví­, donde te ví­.

Dove ho visto te - Jovanotti 

***

Ya ha pasado casi un mes de mi llegada a Roma y solo pude hablar dos veces con Matías

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ya ha pasado casi un mes de mi llegada a Roma y solo pude hablar dos veces con Matías. Y encima, el último mensaje que tengo es tan frío que al otro día, cuando al fin logro comunicarme con él y escucho su voz, me tranquilizo y camino por el cuarto como si me hubieran salido alitas en los pies. Todo está bien. Más que bien.

Pero cuando me pregunta cuándo regreso y no contesto con certeza, Matías se empieza a distanciar, si cabe más distancia de la que ya existe, y no recibo más que monosílabos de su parte. Trato de levantar el ánimo contándole curiosidades de Roma, de Nápoles y hablando de todas las cosas que podemos hacer juntos si decide venir a visitarme antes de irse al Machu Picchu, pero él me escucha en silencio y al final, cuando habla, parece que ya está en China.

—Claramente va a pasar mucho tiempo antes de que vuelvas a Baires.

—Pase el tiempo que pase siempre voy a querer estar con vos —declaro, nerviosa.

—Y yo. Pero ahora no sé si puedo tener una relación a distancia. Estamos juntos o no estamos juntos. En un mes solo pudimos hablar dos veces y yo entiendo que estás viviendo cosas nuevas e increíbles, pero yo acá necesito seguir adelante.

Descubro que he dejado de respirar y cuando tomo aire creo que me voy a ahogar. Mi cabeza grita «¿¿¿Queeeeeeeeé???» y me tengo que sentar en la cama porque estoy mareada.

—¿Querés salir con otra persona? —Pregunto sin poder creer lo que pronuncian mis labios, simplemente porque no puedo creer lo que acabo de escuchar.

—No, Clara, no es eso. Mientras sigamos en esta situación puede cruzarse LA persona que no la voy a mirar. Y quizás a vos te pasa lo mismo. Pero no creo que sea justo ni para vos ni para mí. La vida sigue pasando mientras vos estás allá y yo estoy acá y no tiene sentido anclarse en algo que no está y que no tiene ni siquiera proyecto de fecha para estar. ¿Se entiende?

—Claro —miento descaradamente, porque no entiendo un carajo de qué me está hablando. Encima, siento que o lo está leyendo o se lo aprendió de memoria, porque nunca me dijo de corrido tantas frases incoherentes juntas. Bueno, lo de incoherente es mi forma de verlas, pero acepto que algo de coherencia, al menos en su cabeza, deben de tener.

—Ya hablamos la otra vez: si tenemos que estar juntos, vamos a estar juntos. Yo lo pienso así. Si nos vemos el año que viene y queremos estar, vamos a estar, pero en este momento no estamos, Clara. Y ninguno de los dos va a tomar buenas decisiones si estamos dependiendo de lo que hace el otro en la otra punta del mundo.

—Está bien. Te dije que entiendo —sonrío cuando logro tragar el manojo de llanto. Sigo sin entender, pero no quiero escuchar más argumentos matíasmente demoledores—. Igual podemos seguir hablando ¿no?

El viaje de ClaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora