50 - .: Dejarla ir :.

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Solo necesitas la luz cuando se está consumiendo
solo echas de menos el sol cuando empieza a nevar
solo sabes que la amas cuando la dejas ir.

Let her go - Passenger

***


CLARA

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CLARA

Alex me mira como si yo fuera un fantasma y enseguida sacude la cabeza y trata de sonreír, pero es obvio que no esperaba ver lo que está viendo y me pregunto qué tan impresionante estoy. Porque bien lejos de su ya conocida expresión de embelesado al verme, más bien ha sido una reacción de sorpresa e impresión.

—¿Tan mal estoy? —murmuro y oprimo el almohadón contra mi costado porque así es como menos me duele.

—No, bella —dice y siento que me pongo roja porque es la primera vez que me lo dice en la cara—. No luces tan mal...

—No me mientas. Necesito que alguien me diga la verdad —sonrío yo y por su expresión veo que se lo toma muy en serio. Alex no es un chico que entienda mucho de ironías. Es más bien literal. Y creo que lo que le pida, lo hará.

—Bien. ¿Recuerdas cuando el lobo de Crepúsculo llega y la encuentra a ella embarazada de un vampiro en el sillón? Pues, así. —Dice con las cejas alzadas y me deja pestañeando a diez metros bajo tierra, pero a la vez me hace mucha gracia su explicación, porque en el fondo siento que es de lo más acertada.

Como Bella en Amanecer (¿me dirá «Bella» por ella?), he bajado varios kilos, se notan todos los bordes y las puntas de mis huesos, tengo ojeras moradas y no estoy embarazada de un vampiro, pero el dolor físico y emocional me está comiendo por dentro desde hace cuatro días y no hay nadie ni nada alrededor que pueda hacer algo para disminuir eso. «Gracias, lo siento, perdón, te amo» me repito un par de veces ni bien detecto mi pesimismo, como me enseñó Carmen, la terapeuta que trajo papá para mi tratamiento del dolor. Carmen dice que combata los pensamientos negativos o el mismo dolor con esas palabras o las que me salgan. Y aunque el Ho'oponopono es lo más extraño que escuché en mi vida, parece surtir efecto:

—No me siento tan destruida —declaro y sonrío para desviar el tema—: Pero no puedo creer que hayas visto todas esas películas

—Las vi con una ex. Motivo de separación —bromea él y se sienta sobre la mesa ratona. Pero a pesar de su tono ligero se nota que está haciendo un esfuerzo por lucir así, y me mira demasiado preocupado para ser alguien que pasa de todo y de todos. «Menos de mí», pienso, y le dedico una sonrisa que me sale como puede, porque sé que yo no puedo responderle igual. Al menos no ahora. «Gracias, lo siento. Gracias, lo siento. Lo siento. Lo siento...».

—¿Te duele mucho?

Meneo un poco la cabeza pero una punzada me arranca un gesto de dolor. Alex se revuelve en su lugar y se pone en guardia como si tuviera que saltar a socorrerme. «¡Hielo azul, hielo azul, hielo azul!» grito por dentro mientras recupero el aire y el dolor remite un poco. No sé si es magia o qué, pero funciona.

El viaje de ClaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora