– Te dije que los postres de ese lugar eran deliciosos.
Habian ido a la cafetería favorita del menor, KyuHyun no era de frecuentar esos lugares, pero después de un par de días sin nada que hacer, dio con ella y desde entonces la frecuentaba muy seguido.
– Tenías razón, estuvo muy rico – Le sonrió con timidez el más bajo.
– De alguna manera, me pareces muy tierno.
– ¡Yah! No digas eso, no hay manera de que pueda verme tierno – Reclamo con un puchero.
– Oh, claro que la hay – El castaño tomó entre sus dedos los labios del mayor y tiro de ellos haciendo que el moreno se quejara. Era verdaderamente adorable.
– Pero bueno, tu no me has dicho a que se debe tu regreso a Seúl – Le miró de soslayo mientras caminaban sin rumbo fijo.
– Creí que Sungmin te había dado los detalles – De inmediato noto su error al ver al mayor desviar la mirada – Lo siento, no quise decirlo de esa manera, es que él siempre va divulgando por todos lados lo que hacemos. Como si a la gente le importara todo eso – Bufó con algo de molestia.
– No te preocupes, entiendo que es un chismoso – Soltó sin remordimiento.
El menor no pudo evitar reírse ante lo dicho por el moreno, parecía que conocía esa faceta de Sungmin. Por el contrario, JongHoon sentía que su mente había salido a volar muy lejos de ahí cuando escucho al menor reírse. De alguna manera había logrado relajarlo.
– Lamento que todos tengan que conocer a Sungmin por ese mal hábito – Habló tratando de controlar su risa.
– No debes disculparte por él, ya todos sabemos la clase de persona que es.
En ese momento JongHoon captó que de quien estaba hablando era nada más y nada menos que el esposo del sujeto que iba a su lado. “Alguien prohibido”, susurro su mente. Sintiéndose incómodo llevó su mirada hasta la cachorra que los acompañaba, había sido un alivio que en ese lugar dejaran entrar animales pequeños.
– A mí me interesa saber que clase de persona eres tú – Su voz salió algo ronca, lo que provocó escalofríos en el cuerpo de JongHoon.
– No creo que eso esté bien – Desvío su mirada.
– ¿Porqué? – Cuestionó curioso – No le veo lo malo en querer conocer a alguien que es de tu agrado.
– ¿Soy de tu agrado? – Preguntó rápidamente provocando un leve sonrojo en sus mejillas.
– Lo eres, quizás un poco más allá del agrado, pero eso es algo que debemos descubrir de buena manera.
JongHoon se tenso al entender el trasfondo de esas palabras, ellos no podían ser más que simples conocidos, lo sabía muy bien.
– No pienses tanto las cosas.
– ¿Disculpa? – De repente sintió que la conversación se estaba saliendo de sus manos.
– ¿Está mal querer ser amigos? – Se detuvo frente al mayor y le hizo girar a verle.
– No – Susurro con un adorable sonrojo – Supongo que no está mal.
– Entonces, ¿porqué lo piensas tanto?
Observó al menor frente a él, normalmente no solía pensar en las cosas que hacía, pero KyuHyun era alguien de quien debía cuidarse si no quería que las cosas se salieran de control.
– Tienes razón – Le miró con una sonrisa – Seamos amigos, KyuHyun.
Siguieron caminando mientras hablaban de diversos temas, desde su vida social hasta lo que más les gustaba hacer cuando estaban solos. JongHoon podía notar como al menor se le iluminaba el rostro cada vez que hablaba sobre videojuegos. Era todo un adicto a ellos.
– ¿Qué te parece si te invito a almorzar en casa? – Pregunto al notar la hora que era. El tiempo había pasado muy pronto entre los dos.
– Me encantaría aceptar, pero no quiero ocasionar problemas en tu hogar.
– ¿Problemas? – Preguntó divertido – De ninguna manera. Además, Siwon ni siquiera está en casa.
– ¿Eso es una invitación indecorosa? – Bromeó viendo al mayor molestarse.
– Claro que no, sólo quería invitarte a comer. Eres un mal pensado.
– Está bien – Sonrió KyuHyun – Vayamos a tu casa.
Ambos iban caminando en completa tranquilidad, ni siquiera notaron cuando llegaron al hogar del mayor.
– ¿Así que aquí es donde vives? – Dio una vista rápida por el lugar – Ni con mis dos riñones en buen estado podría comprar una casa como esta.
– Las casas en este lugar son hermosas – Sonrió mientras dejaba entrar al menor – Ponte cómodo.
– Creo que utilizas palabras que fácilmente podría malinterpretar – Mantuvo su mirada fija en el moreno.
– Tu les das un doble sentido – Se defendió un tanto divertido por lo que el menor decía.
Estaban por seguir hablando cuando vieron a Ryeowook ingresar a la casa con un montón de bolsas. Al parecer había sido día de compras para llenar la despensa.
– Ryeowook, me alegra verte. Te presento a Cho KyuHyun, el esposo de Sungmin – Susurro lo último con algo de incomodidad al mencionar la relación que había entre esos dos.
– Un gusto conocerlo – Hizo una ligera venia ante el menor.
– El gusto es mío – Le regresó el gesto.
– KyuHyun comerá con nosotros – Aviso el pelinegro.
– ¿Lo hará? – Se giro a ver al susodicho.
– JongHoon me invitó y no pude decir que no – Intento excusarse mientras notaba la mirada de aquel chico.
Ryeowook se giro hacia el nombrado intentando pedir explicaciones, pero este simplemente se alzó de hombros y se giro a ver al menor.
– ¿Porqué no vamos a la sala? – Trató de aligerar el ambiente que se había formado.
– Claro, vamos.
Cuando estaba por seguir al castaño sintió su mano ser halada hacia atrás.
– ¿Qué hace él aquí? – Preguntó algo alterado.
– Ya te lo dije – Le respondió en un susurro – Lo invite a comer con nosotros.
– ¿A qué estas jugando JongHoon?
– No estoy jugando a nada – Se zafó algo molesto por lo que el menor insinuaba.
– No puedes estar cerca de él, es un hombre casado al igual que tú.
– Lo sé, no necesitas repetirlo siempre – Se alejo dejando solo al menor en la entrada.
– ¿Sucede algo? – Preguntó al ver al moreno llegar algo molesto.
– No ocurre nada – Le sintió de nueva cuenta – Mejor hagamos algo en lo que está la comida.
– ¿Qué te parece si jugamos? – Propuso el menor.
– ¿Jugar?
– Si, juguemos a ver quién cae primero ante los encantos del otro.
JongHoon abrió sus ojos sorprendido ante tal disparate, desde luego que no aceptaría algo como eso.
– Casi podría asegurar que serás el ganador – Habló de nuevo el menor – Es sólo un juego hyung, nada podría salir mal.
Y aunque aquello fuera un simple juego o no, sus acciones los llevarían más allá de lo permitido.
“Creo que yo también perderé”
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Destination Crossing
FanfictionEl amor a veces suele estar en la persona más prohibida, pero no siempre significa que debes dejar de luchar por ella.