Un beso sin nombre.

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Después de los sucesos de ese día, JongHoon había llegado a un acuerdo con Siwon. Permanecería unos días al lado de Heechul y cuando se sintiera mejor, regresaría con el menor. Aunque eso último no era algo que el moreno deseara.

El problema había llegado cuando KyuHyun se había enterado de que mantenía contacto con su esposo después de lo que le había hecho. El castaño se había vuelto más arisco e inclusive se había alejado de él por el coraje que se cargaba. Afortunadamente había logrado controlar el mal carácter del menor.

Y ahora, se le presentaba de nuevo la misma situación. El menor había llegado justo en el momento en que JongHoon se encontraba hablando con Siwon, no era necesario decir que eso había logrado molestar al más alto hasta el punto de intentar arrebatarle el teléfono al más bajo para hablar con el mal nacido de su esposo.

– Si, no te preocupes... Claro, te llamaré cuando sea necesario. Adiós – El moreno corto la llamada y se giro en busca del menor.

Ese castaño le hacía las cosas difíciles, pero no podia negar que le había ilusionado con esos aparentes celos que el menor presentaba. Salió al jardín y pudo encontrar a un KyuHyun con los ojos cerrados recostado en uno de los árboles. Con precaución se acercó a él y lo detallo en silencio.

– Me harás un hoyo en la cara si me sigues viendo de esa manera – Abrió los ojos y observó a su mayor.

Lejos de avergonzarse por ser descubierto, el mayor le sonrió y acarició las mejillas del más alto.

– No debe molestarte la situación que se de entre Siwon y yo – Habló en voz baja cerca del rostro contrario.

– No estas tomando en cuenta el peligro que representa volver con él – Sujeto al mayor de la cintura y lo acercó a él.

– Llevó muchos años al lado de Siwon y se que no me haría daño.

– ¿Y que fue lo que intento hacerte el otro día? – Cuestionó sin dejar de verle – Intento abusar de ti, eso es lo que intento hacer.

– Eso fue porque estaba molesto – Intento justificar a su esposo.

– ¿Y tú crees que cuando vuelvas a negarte no se enojara nuevamente y te tomará a la fuerza? Reacciona JongHoon, todos tenemos un límite, y el de Siwon puede que este cerca.

– ¿Y el tuyo?

La pregunta del mayor descolocó al castaño. ¿Qué si el tenía un límite? Claro, y se había cruzado el día en que Siwon había intentado someter al pelinegro. Fue tonto de su parte pensar que JongHoon se alejaría de su esposo, el mayor parecía acostumbrado a ese tipo de explosiones por parte de su pareja, lo que le hacía preocuparse el doble.

– No tientes tu suerte, no sabes cuando está se acabará y tendrás que llorar por las desgracias que vendrán.

– Que serio – Se burló intentando aligerar el ambiente.

– Lo digo enserio, JongHoon. No podrás permanecer mucho tiempo al lado de Heechul y tendrás que volver con él.

– Se defenderme – Alegó el mayor.

– Se nota lo bien que te defendíste ese día.

Terminarían discutiendo si seguían de esa manera. Con calma, acercó sus labios a los del menor y depositó un suave beso en ellos.

– Te prometo que nada malo sucederá.

– Prométeme que no dejaras que te toque.

Aquello había provocado que el moreno abriera sus ojos con sorpresa. ¿Era eso lo que KyuHyun deseaba?

– Haré lo posible por cumplir esa promesa.

Esta vez fue el menor quien se acercó al mayor para iniciar un beso. Este distaba de ser como los anteriores, había algo más en ese beso que sólo deseo. Había algo más.

– ¿Tienes planes para esta noche? – Preguntó una vez terminado el beso.

– Pensaba comer helado y ver una película mientras Heechul y su novio tienen su tiempo de caridad.

– Ponte guapo, iremos a comer.

Los ojos del mayor se iluminaron ante esa clara invitación. Ese tipo de acciones lograban desestabilizarlo por completo.

– ¿Y Sungmin? – La pregunta había salido de sus labios tan pronto como la pensó.

– La cita será entre tu y yo, no metas a terceros en nuestra relación.

Nuestra relación, que bien se escuchaba eso. Más puntos a favor de Cho.

Cuando le dijo al menor que se fuera a cambiar para lucir a la altura de él, no espero que el menor regresará vestido como si de un dios griego se tratara.

– También te vez apetecible – Susurro en el odio del más bajo causándole escalofríos.

Subió al auto del menor y dejó que fuera este quien tomará el control por esa noche. No debía pensar en terceros, en eso tenía razón el menor. Tuvieron una cena exquisita en un pequeño restaurante cerca de un lago. El menor parecía conocer los lugares más hermosos en todo el país. Minutos después de haber salido del restaurante, el menor lo guió a la orilla del lago y lo hizo sentarse en el pasto. Cualquiera podría pensar que sería incómodo debido a la oscuridad, pero el lago se veía iluminando gracias a las luces que se reflejaban a lo lejos y de las casas aledañas a él.

– Debes tener algún don.

– ¿A qué se debería eso?

– Siempre me llevas a lugares tan hermosos como este.

–Mereces cosas que hagan justicia a tu belleza.

JongHoon estaba conmovido, verdaderamente conmovido. KyuHyun podía hacer que su corazón dejara de latir con tan sólo unas simples palabras y eso le hacía sentir increíble.

– Eres bueno con las palabras – Susurro acercándose al menor.

– En estos momentos no necesito de palabras.

Sujeto al mayor de la nuca y estampó sus labios contra los del más bajo. Habian miles de formas para expresar la atracción hacía un ser opuesto y esa era la que a Cho KyuHyun más le encantaba. Poco a poco fue recostado al mayor en el pasto y fue bajando sus manos hasta las caderas del contrario, donde incrustó sus dedos con algo de fuerza ante el deseo que sentía por el mayor. Lejos de llegar a algo de apariencia sexual, el menor se alejo del más bajo y depositó pequeños besos en la frente de este.

– En casa de Heechul, usaste la palabra relación para referirte a nosotros. ¿Es eso algún tipo de declaración? – Preguntó jugando con los mechones castaños.

– Creí que ya lo sabias.

– ¿El qué?

– Qué esto va más allá de un juego.

JongHoon se incorporó y encaró al menor.

– ¿Dices que no es un juego de amantes?

– Digo que aún no somos amantes.

– ¿Es eso mejor?

– Has sido la excepción para absolutamente todo lo que acostumbro hacer.

– ¿Por qué te contienes?

– Porque contigo quiero hacer las cosas bien – Se acercó al más bajo y sujeto sus manos – Quiero que si llegamos a usar la palabra amantes, sea para referirnos a algo más allá del sexo. Quiero obtener todo de ti.

No sabía si se debía a que nunca había estado en una relación de ese tipo, pero dudaba que para los amantes fuera normal decirse ese tipo de cosa.

– Yo también quiero que seas mi excepción – Sonrió antes de lanzarse a los brazos contrarios y fundirse en un apasionado beso.

Ya luego habría tiempo para descubrir lo que ese nuevo mundo tenía para ofrecer.

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