El sube y baja del amor.

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– ¿Changmin?

Vio a Sungmin asentir en respuesta. Le parecía ilógico que sospechara sobre el menor, pero ya que parecía ser uno de los mejores amigos de KyuHyun, no veía tan descabellada esa idea.

– Tu fuiste amigo de ellos en la universidad, debes saber algo sobre eso.

– Changmin jamás saldría con KyuHyun, y menos para ser su amante. – Aunque había estado nervioso al inicio, terminó molesto ante las suposiciones de Sungmin.

– ¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?

Sintió sus palabras tambalear en la punta de su lengua ante esa pregunta. No podía decirle el motivo de la seguridad de sus palabras.

– Tu lo has dicho, somos amigos desde la universidad. – Se felicito mentalmente por lo bien que le habían salido esas palabras.

– Como siempre, veo que no sirves para nada. – Le vio de forma despectiva y salió de la habitación.

¿Quién se creía ese sujeto? Iba a su casa, le hacía preguntas estúpidas y al final lo insultaba. Era un cretino.

– Lamento el incidente – Su esposo ingresó de nuevo a la habitación y le vio con culpa.

– No debiste dejarlo entrar.

– Él iba a venir de todas formas y entonces sería peor.

Quiso seguir discutiendo con su esposo, pero su teléfono empezó a vibrar en su bolsillo y le puso los pelos de punta al ver de quien se trataba.

– Iré a la cafetería de Hae, quedé en verme con ellos este día y ya me están llamando.

– ¿Quieres que te lleve? – Se ofreció amablemente.

– No gracias, iré caminando.

El menor le vio con rareza ante lo que acababa de decir y no dudo en aclarar la situación.

– Es que me acostumbre a caminar cuando estuve con hyung, disfrutas más de esa manera.

Siwon terminó asintiendo y se hizo a un lado para dejarle salir.

– Vuelve pronto – Le despidió dejando un beso en su mejilla.

– Haré lo mejor que pueda.

Se apresuró a salir de la mansión y comenzó a caminar un buen tramo hasta divisar el auto del menor.

– Tardaste mucho – Se quejo tan pronto como lo vio.

– Solo fueron un par de minutos, no es la gran cosa – Le resto importancia e ingreso al auto.

– Debemos hablar.

– Si que debemos hacerlo.

– Sungmin sabe que tengo un amante en Seúl, pero piensa que es Changmin.

– Lo sé, justo hace unos minutos salió de casa después de interrogarme sobre eso.

Sungmin se acercaba a pasos agigantados a la verdad y temía que eso llegara a suceder.

– Así que hizo eso – Murmuró para después poner en marcha el vehículo.

– ¿Adonde me llevas? – Preguntó alarmado mientras veía que pasaban frente a la mansión, por intuición decidió esconderse lo más que mas pudiera en su asiento.

– Te llevaré a mí casa – Respondió con tranquilidad.

– ¿Estás loco? Sungmin me matara en cuanto me vea poner un pie en su preciado hogar.

– ¿Acaso no escuchaste bien? Dije, a mi casa, no a la de Sungmin.

El mayor decidió no preguntar, ya bastante tenía con lo que había sucedido con Sungmin como para agregar más cosas por ese día. Un par de minutos después, logró divisar un complejo de departamentos, lo que le hizo girar a ver al menor.

– Es aquí donde vivo – Respondió a la mirada inquisitiva del mayor.

– ¿Y Sungmin?

– El tiene su propia casa, ¿no es eso suficiente?

Quería darle un golpe en la cara, ¿no podía ser un poco más gentil? Era de su esposo de quien estaba hablando.

– ¿Quieres pasar? – Preguntó al ver a mayor tan distraído.

– No tengo opción.

Se adentraron al departamento y rápidamente su cuerpo fue apresado contra el del menor mientras sus labios eran reclamados casi con violencia. Parecían deseosos de más.

– Debemos parar – Sujeto al menor por los hombros y trato de normalizar su respiración.

– ¿Por qué siempre te detienes?

– Quiero hacer las cosas bien, ¿no es eso lo que quieres? – Vio al menor asentir y trato de llevarlo hacía los sofás, pero el menor cambio su rumbo hacia su habitación – ¿Qué crees que estás haciendo?

– No haré nada malo, lo prometo. Solo quiero enseñarte algo.

Ingresaron a la habitación del menor y pudo ver que no habían muchas cosas ahí, al igual que en la sala.

– El departamento fue un regalo de mis padres, pero nunca llegué a ocuparlo, hasta ahora.

El mayor solo asintió y se dejó guiar por el menor que lo hizo sentarse sobre la cama para después colocar una pequeña cajita sobre sus piernas.

– Ábrelo – Le indicó al ver la confusión en sus ojos.

Y así lo hizo el mayor, abrió la pequeña caja encontrando un hermoso dije en ella. Era un tortuga.

– Puedes ponertelo.

– ¿Qué?

– Es un collar, Jong – Tomo el pequeño accesorio entre sus manos y le hizo señas al mayor para que volteara.

JongHoon sintió un pequeño calorcito alojarse en su pecho ante esa acción, pero lo que más le sorprendió fue ver una foto de ellos en la mesa de noche del menor. Con asombro se acercó a la mesa y tomó retrato en sus manos.

– Fue de la noche que estuvimos en el lago – Susurro el menor sobre el odio del más bajo. Abrazando su cuerpo de forma posesiva.

– ¿Por qué?

– Aún no tengo una respuesta a eso, digamos que fue un deseo de hacerlo.

El mayor sonrió y giro en los brazos del menor para plantarle un apasionado beso. Amaba lo impredecible que podía llegar a ser el menor.

– ¿Te quedas a dormir? – Preguntó haciendo un puchero.

– Deberás convencerme si deseas que lo haga.

– ¿Eso es un reto? – Preguntó divertido.

– No lo creo.

– Que lástima porque amo los retos – Beso superficialmente los labios del mayor – Y nunca he perdido uno.

Con delicadeza, fue depositando el cuerpo del mayor sobre la cama. Quería demostrarle cuanto le importaba.

– KyuHyun – Susurro contra los labios del memor.

– ¿Si?

– Bésame – Ordenó atrayendo al menor hacia él.

Quizás valdría la pena estar en ese sube y baja de emociones si de Cho KyuHyun se trataba.

×××

¡Hasta que al fin se me iluminó la mente! Creo que me sirvió de mucho el haber publicado Corazón de lágrimas, para quienes la están leyendo, sabrá que se creó de la frustración que estaba teniendo en el momento debido a esta historia. Agradezco a quienes me tienen la paciencia de leer y esperar lo que escribo. Se que no es perfecto, pero lo hago con la mejor intención y deseo.

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