Estragos.

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Él nunca había sido una persona con suerte y eran precisamente momentos como esos que se lo confirmaban. Apretó el agarre que ejercía sobre sus pantalones y vio con odio hacía su amigo el mono, juraba cobrar venganza de eso.

Conforme el juego había avanzado, había perdido su camisa y sus amigos igual, pero, para su mala suerte, había perdido nuevamente y lo único que se le había ocurrido a Hyuk era pedirle que se quitará el pantalón. Claro, como no era él quien estaba en una situación incomoda con el esposo de su mayor rival.

– Vamos hyung, no tenemos todo el día – Le molesto su amigo con cara de mono.

– Creo que te pasaste este vez Hyukkie – Susurro un poco temeroso DongHae al ver la mirada amenazante de su hyung. Sin duda pagarían por esa ocurrencia.

– ¡Oh vamos! – Exclamó HyukJae – Tarde o temprano terminaríamos desnudos y lo sabían. Además, somos personas adultas capaces de responder por nuestros actos por estúpidos que sean.

HyukJae no lo sabía, pero sus palabras habían calado en dos personas en ese momento. Dos personas que se debatían entre lo que estaba bien y lo que querían hacer.

– El mono tiene razón – Esta vez fue KyuHyun quien tomó la palabra – Esto iba a suceder en cualquier momento.

Que le llamaran loco, pero JongHoon sabía que esas palabras iban con doble sentido, por lo que no pudo evitar desviar su mirada. El juego empezaba a salirse de contexto y eso no era algo que pensaba permitir.

– Si recuerdan bien las reglas del juego – Habló mientas se ponía de pie – Decía que debíamos quitarnos una prenda por cada vez que perdiéramos.

Sonrió de medio lado al ver la mirada expectante de sus amigos y la, para nada, inocente mirada del menor. Este parecía estar listo para saltar y devorarlo en cualquier momento. Con calma tomó el cinturón entre sus manos y comenzó a quitárselo, parecía estar disfrutando de las reacciones de sus menores ante tal acto. La pareja Lee parecían asombrada por el valor que había tomado después de tantas negativo al inicio y luego estaba KyuHyun, los ojos del menor se paseaban por todo su cuerpo sin descaro alguno. Con una gran sonrisa y el ego por las nubes, se quito el cinturón, llevó su mirada hacia los presentes y cuando estaba por zafar el botón de su pantalón, se sentó nuevamente y les miró con diversión.

– ¡Oye, eso no se hace! – Exclamó molesto el menor al sentirse estafado por lo que acaba de hacer su hyung.

– ¿Y porqué no? – Cuestiono con la mirada fija en el menor – Nunca dijeron con precisión que tipo de prendas deberían salir de nuestro cuerpo.

– Eso es hacer trampa – Se quejo Hae con un pequeño puchero.

– Ustedes no deberían decir nada – Les miró de mala gana – Los de la idea fueron ustedes.

Se formó un pequeño silencio en el lugar, y es que para nada habían esperado que el mayor saliera con algo como eso. De verdad les había tomado el pelo a los tres, ni que decir de KyuHyun, se sentía decepcionado al no poder llevarse la gloriosa vista que esperaba tener del mayor.

– Dejen de verme de esa manera y mejor términos el juego.

– Tiene razón, no olviden que somos persona casadas y tenemos a nuestros esposos esperando por nosotros – Soltó arrastrando sus palabras.

– Habla por ti mismo.

Y cuando estaba por darle uno de sus mejores ataques al castaño bocudo, su teléfono comenzó a sonar sacándolo de quicio. Había alcohol en su organismo y que el menor le hablara de esa manera no lo hacía sentir mejor. Se alejo para responder la llamada y mientras lo hacía, podía sentir la taladrante mirada de KyuHyun, tan penetrante que podría jurar le haría un hueco si seguía viéndolo de esa manera.

Respondió la llamada sin percatarse de quien se trataba, como siempre, Siwon le llamaba para preguntar por su paradero y si volvería pronto. Era asfixiante ser controlado por el menor cuando claramente le pidió que dejara de hacerlo hace mucho tiempo, pero nadie parecía escuchar sus palabras.

– ¿Problemas con tu esposo? – Una áspera pero seductora voz se escucho detrás de él.

– Debo volver – Se limitó a decir, no estaba dispuesto a entrar en detalles.

– ¿Quieres que te acompañe? – Se ofreció amablemente al notar el estado del mayor.

– ¿Se nota que bebí? – Preguntó mientras llegaba su mano hacia su boca en un intento por percibir si su aliento olía a alcohol.

– Toma – Le pasó una menta al moreno – Con eso no lo notará.

Y aunque al mayor le hubiese gustado decir más, la sonrisa tímida del menor le hizo frenar cualquier palabra que fuera a salir de su boca.

– Lo siento chicos – Se disculpo una vez más mientras se despedía de sus amigos.

– Está bien hyung, espero que puedas visitarnos más a menudo – Le sonrió el tierno e inocente castaño.

– Lo haré, lo prometo – Se acercó a abrazarlos antes de salir del lugar.

A los pocos pasos pudo sentir como alguien le seguía, una pequeña sonrisa asomo en su rostro.

– Pensé que te quedarías un poco más con ellos – Habló sin verle.

– También debo regresar a casa.

Eso hizo que los ánimos del más bajo decayeran, no debía olvidar que su menor también era un hombre casado. Mendiga vida la que les había tocado.

– Puedo entenderlo – Susurro sin muchos ánimos.

– ¿Estás seguro que no quieres que te lleve? – Preguntó de nueva cuenta.

– Puedo hacerlo solo, pero gracias por la oferta – Se giro a verle y una amarga sensación le embargo por completo – Debes cuidarte al volver.

No dejó que el menor respondiera cuando se giro y retomo sus pasos para llegar a su auto, pero esta acción se vio interrumpida cuando el menor le tomó de la mano y lo hizo girar sobre sus pasos. Ambas miradas chocaron expectantes de lo que fuera a suceder, ninguno se alejo y sólo se dejaron llevar. Los labios del menor apresaban con deseo los carnosos labios del más bajo. Todo parecía estar pasando demasiado rápido.

Las grandes manos de KyuHyun descendieron de la pequeña cintura del pelinegro hasta las esponjosa nalgas de este que ni dudo en apretar con gusto. El moreno dio un pequeño respingo ante tal acción y pudo sentir la llama del deseo arder en su interior. Al fin podía volver a sentir eso que ya parecía lejano a él.

Un sentimiento de odio le embargo al saber que Sungmin disfrutaba de eso. Maldito fuera por poseer lo único que él deseaba en esos momentos.

Con disgusto se separó del menor al sentir que el aire empezaba a ser necesario. Estúpida necesidad de respirar que tenían los humanos.

– Debes irte – Dijo con la respiración entrecortada el más alto, pero sin soltar el agarre que ejercía sobre el cuerpo del más bajo.

– No quiero hacerlo – Respondio tan rápido como se le fue posible, no deseaba volver a su triste realidad.

– Debes hacerlo, es lo mejor para los dos – Apretó el agarre en un intento por controlarse.

– ¿Porqué debo obedecerte? – Preguntó con los ojos cerrados mientras sentía embriagarse por el aroma del castaño.

– Porqué si no lo haces, esto podría salirse de control.

Le tomo de las mejillas y le beso nuevamente, era un beso mucho más intenso que el anterior, estaba seguro que le sacaría el alma si seguía así.

– Esta bien, me iré, pero no porque tu me lo pidas – Le aclaro mientras le señalaba con el dedo.

El castaño beso ese dedo y no pudo evitar la sonrisa de estúpido que tenía en su rostro en esos momentos.

– Espero verte pronto – Le despidió mientras le veía entrar a su auto.

Eso había sido intenso, muy intenso.

×××

Pero que intensas se están poniendo las cosas, ¿les está gustando? Si es así háganmelo saber.
Espero que se encuentren bien. ^^

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