Pequeños aprietos.

149 22 8
                                    

Ryeowook les sirvió el desayuno a ambos, no pasó ni tres segundos cuando intento devorar su desayuno. Estar cerca de Siwon comenzaba a ser asfixiante y no deseaba seguir ahí, tenía mejores cosas que hacer.

Pará su suerte, Siwon recibió una llamada de la empresa y tuvo que salir sin terminar de comer. Suspiro aliviado ante eso ganándose una mala mirada de su amigo.

– Ayer se pudo haber dado un serio problema – Comentó mientras llevaba algunos platos al fregadero.

– ¿Lo dices por KyuHyun?

– Lo digo porqué le diste demasiada confianza – Se giro a verle – No sólo fue el hecho de que estuvieras con él, le permitiste entrar a esta casa, la que compartes con tu esposo.

JongHoon desvío la mirada un poco molesto, sabía muy bien a lo que se refería, pero le molestaba que se lo repitieran de aquella manera.

– Se que no estuvo bien, pero no le vi lo malo de invitar a un amigo a casa.

– Tu ni siquiera tienes amigos.

– Los tengo – Levanto un poco su voz – Pero no suelo traerlos ya que Siwon siempre se molesta de verlos aquí.

– Y aún así te permitiste traer a KyuHyun a este lugar, aún sabiendo que tu esposo y él se odian a morir.

El pelinegro no dijo nada ante eso, no había reparado en ese pequeño detalle. Él nunca llevaba a nadie a su casa, pero con KyuHyun había sido diferente.

“Esto está mal”.

KyuHyun no es buena compañía, aléjate de él.

– ¿De qué hablas? Solo somos amigos – Intento levantarse pero el menor le tomó de las manos.

– Note las miradas que te daba, ese tipo de miradas no se le dan a un amigo, él te desea como un hombre desea a su amante.

– No soy su amante – Se defendió al sentirse ofendido.

– No, pero ese chico puede hacer lo que sea para convertirte en uno. Se nota su experiencia, hazme caso y aléjate de él – Le pidió aun con las manos del mayor entre las suyas.

– Puedes estar tranquilo – Apretó un poco las manos del más bajo – Entre KyuHyun y yo no pasará nada.

Se soltó del castaño y se dirigió a la salida de aquella mansión, sentía que se ahoga en aquella casa.

– ¡Volveré más tarde! – Grito para que quien le escuchara, también le avisara a su esposo como siempre parecían hacer.

Se suponía que ayer visitaría a sus amigos, pero gracias al encuentro con cierto castaño terminó tirando esa idea a la basura.

– Increíble, cambié mis planes por un completo extraño – Susurro para sí mismo.

Llegó a la cafetería de Hae, el menor había abierto ese pequeño local y lo había convertido en un lugar cómodo y agradable. Era el lugar indicado para dejar sus pensamientos de lado.

– Buenos días, bienvenido a Haru... ¡Hyung! – No dudo en salir corriendo a los brazos del mayor.

– No creo que ese sea el nombre de la cafetería, pequeño pez – Acarició las mejillas del menor.

– ¡Yah! Que no te había visto – Hizo un tierno puchero – ¿Qué te trae por acá? Creí que ya te habías olvidado de mi.

– ¿Cómo dices esas cosas? Yo jamás me olvidaría de ti – Apretó las mejillas más bajo y tiro de ellas un par de veces.

Destination Crossing Donde viven las historias. Descúbrelo ahora