20 - Naranjas enteras 🍊

1.7K 104 38
                                    

Luisita y Pablo habían subido aquellos 5 tramos de escaleras siendo una pareja consolidada de cara a los demás, pero nunca lo fueron según Luisita. Ahora bajaban aquellas escaleras como amigos, como amigos de cara a los demás, pero era impensable mantener una amistad para Luisita.

Entraron de nuevo en el apartamento. Luisita, esperando que fuera la última vez que Pablo pisara aquellas baldosas; Pablo, con la intención de darle tiempo y espacio para recapacitar a la que aún consideraba su novia.

El chico recogió su regalo y su abrigo azul y, justo antes de abrir de nuevo la puerta, se paró en seco dejando que Luisita viera como se le derramaban las lágrimas. No eran lágrimas de dolor, eran lágrimas de rabia e impotencia ante la situación, de no haber conseguido lo que él quería.

-¿Estás segura de lo que vas a hacer? ¡Pero, si no la conoces de nada! -Pablo se llevaba las manos a la cabeza, desesperado.

-He pagado el alquiler hasta finales de febrero, tenía un dinero ahorrado. -respondió Luisita sin prestarle mucho interés a la conversación, mientras iba recogiendo la casa.

-¡Para nuestro viaje! ¡Nuestro viaje a Méjico, Luisita! ¡No puedo creer que esto esté pasando! -Pablo cada vez subía más el tono de voz.

-No puedo explicarlo, es algo...

-¡Te has encaprichado de esa mujer! ¡Pareces una colegiala! -gritó Pablo.

-No es un capricho, me he enamorado de verdad, nos hemos enamorado de verdad. -esta vez Luisita contestó mirando directamente a los ojos de Pablo.

-¿Sabes qué creo? Que dentro de dos semanas estarás deseando que... Sabes que se cansará de ti y estarás deseando no haberme dejado.

-Tú no lo entiendes.

-Pues claro que lo entiendo, claro que sí. Estás embobada.

-Estoy muy lúcida, estoy más lúcida que nunca.

-¿Estás segura que quieres terminar conmigo?

-¿Por qué iba a querer estar contigo si no haces más que discutir? ¡Déjame en paz!

-Yo comprélos billetes de avión. Yo te ofrezco algo mucho mejor. Te he conseguido el trabajo de tu vida. Te pedí que te casaras conmigo. ¡Por el amor de Dios! ¿Quieres entrar en razón?

-Yo no te obligué a hacerlo, nunca te he pedido nada. Quizá ese sea el problema. Y más vale que te busques un buen psicólogo que te diga en qué mundo paralelo me has pedido tú a mí matrimonio.

-Sabías perfectamente que iba a hacerlo, así que es lo mismo.

-No, no es lo mismo. Una propuesta de matrimonio se tiene que verbalizar. No vale dar las cosas por supuestas.

-Pero tú eres mi media naranja, siempre lo has sido. Has sido mi amiga, mi compañera y al final resultaste ser la chica perfecta para mí.

-¿Pero tú qué piensas, Pablo? ¿Que vivimos en una película romántica y que buscamos a nuestra media naranja?

-En dos semanas me estarás suplicando que olvide todo esto.

-¡Pablo, Pablo! No acabemos así.

-¡Que tengas un feliz viaje, Luisita! -Pablo salió del apartamento dando un fuerte portazo.

Tal y como Pablo salió por la puerta, Luisita se olvidó de él, de la conversación que habían tenido y de toda su relación. La joven decidió desearle feliz Navidad a su mejor amiga y vecina. Así que abrió la conversación de What's Up de Marina:

[Luisita] ¡Hola, vecina de abajo! ¿Qué haces? Por cierto, ¡Feliz Navidad! ¿Qué excusa has puesto este año para quedarte en Madrid durante las fiestas?

Carol, una historia Luimelia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora