Prólogo

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"Nueva presa: Erick Rondan"

-No nos queda mucho tiempo, bombón-. Murmura, con voz alterada.

Eso me da cierta satisfacción, pero no permito que eso se muestre en mi expresión, solo me mantengo callada viendo su rostro que ya no se molesta en lo más mínimo en ocultar el terror que siento en aquellos momentos. Sus azueles ojos me transmiten todo lo que siente en aquellos momentos; miedo, desesperación, terror, confusión y furia. Le enloquece la idea de que yo permanezca tan tranquila incluso cuando a lo lejos se escuchan las sirenas de los autos de policía.

-Te equivocas, a mí me queda todo el tiempo del mundo-. Digo, usando un tono relajado que va perfectamente acorde a lo que mi rostro y semblante muestran en aquellos momentos. Levanto el arma de la mesa a mi lado, esa con la que lo había amenazado a inicio de la noche.

"Habla o te disparo", recuerdo al instante que le dije.

-La cosa es esta, Carson, prometí dejarte ir...-. Le saco el seguro al arma mientras hablo, y luego lo a punto con ella-, pero no puedo hacerlo...

-Hicimos un trato-. Recuerda, y la falta de sorpresa en su expresión me hace saber que en parte se lo esperaba

-Me lo agradecerás-. Aseguro, encogiéndome de hombros.

- ¿Cómo? Hasta ahora tengo entendido que el infierno no hay email-. El tono sarcástico no me pasa desapercibido, y eso coloca una sonrisa en mis labios. El hecho de que siga con esas bromitas incluso en estos momentos me muestra lo genial que es.

- ¡Demonios! Enserio me agradas tanto, y me da un poco de pesar hacer esto-. Musito, al tiempo en que oprimo el gatillo.

El sonido del estallido hace eco por todo el lugar abandonado, y después de eso todo se envuelve por un silencio casi insufrible. No pierdo de vista sus ojos en ningún momento, o al menos hasta que estos se cierran lentamente y su cabeza cae hacia adelante. A lo lejos escucho el sonido de gotas de agua impactando en el suelo, y las sirenas de los autos se escuchan más cerca, y después solo se detienen. Tomándome todo el tiempo del mundo vuelvo a ponerle el seguro al arma, y al mismo tiempo observo el cuerpo sentado y amarrado en la silla frente a mí.

La sangre de la nueva herida comienza a resbalar y manchar su ropa, no puedo evitar seguir y detallar el camino mientras me recojo el desordenado cabello en una coleta alta. Inconsciente, ido, sin vida... He dejado de ver su cara, pero el recuerdo de sus ojos lapislázuli se mantiene en el primer plano de mi cabeza.

- ¿Todo bien, C.J? -. La voz al otro lado del intercomunicador me hace que volver a la realidad. Me saco los guantes de cuero, llenos de su sangre, y luego llevo mi mano a la parte trasera de mi oreja. Presiono el botón del aparato para responder.

-Ven, este lugar es un completo desastre. Debes limpiar este lugar antes de que cualquiera pueda encontrarlo, asegúrate de que eso nunca pasé-. Objeto, mientras sigo con la mirada sobre el chico frente a mí, recordando con detalle de toda la conversación de esta noche.

- ¿Conseguiste lo que querías? -. Ella vuelve a hablar, y eso hace que una sonrisa curve mis labios.

- ¿Acaso lo dudas, cariño? Yo siempre obtengo lo que quiero-. Indico, mientras comienzo a guardar mis cosas en una mochila-. Ahora ven aquí y encárgate directamente de esto, recuerda que aún me debes ese favor-. Es lo último que digo, un silencio nos envuelve un instante.

-Cambio y fuera, maldita perra-. Habla, y no necesito más para saber que me ha comprendido-. Ahora vete a casa-. No se vuelve a escuchar más nada, así que sé que ya se ha desconectado y se prepara para venir. Yo, por mi parte, no tardo más de un segundo en girarme con dirección a la salida, para cumplir una última orden.

Destinada A Matar [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora