Capítulo 5

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"Un trabajo de vigilancia"

La primera vez que escuche su nombre me fue inevitable no reírme, y es que para ese entonces escuchar que el apodo de alguien era Blutman, que significaba literalmente "hombre de sangre", me resultaba sumamente ridículo –sigue pareciéndomelo–, hecho que no le hizo ni puta gracia a Montiel, quien cuando noto que no le prestaba la debida atención a algo que resultaba ser muy serio, me dedico una mirada asesina que me callo al instante, vale aclarar que para ese tiempo ella me asustaba en verdad (detalle que se me hace incomodo confesar, mas no resulta ser más que la verdad), pero era inevitable no temerle con todo ese estilo serio y frio que siempre se cargaba (que aprendí a copiar y mejorar con el tiempo), además de todo lo que de ella se decía por los corredores del edificio.

Nada bonito, pueden imaginarse ya por donde va.

Fue hace cinco años, para ese entonces estaba en toda la onda de "dulces dieciséis", y muy a pesar de que para ese momento mi vida –y trabajo– eran cercanos al estatus actual, mi mentalidad seguía teniendo un poco de inocencia y fe por la humanidad. Conocerlo, saber de su existencia, fue el punto del cambio desastroso en mi vida, por el cual me he convertido exactamente en lo que soy.

Recuerdo a la perfección muchos momentos de mi existencia, los que existieron antes de ese año los guarde con llave y no me he permitido abrirlos nunca, ni me lo permitiré en un futuro...

"Te odiarías al descubrir la verdad".

...y los que se recrearon después solo me han impulsado a seguir adelante. A luchar por mí, y por mis intereses, y a pensar que habían sido varios, largos y tortuosos los años que había ido tras su pista, tratando con todas mí fuerzas de dar con el jefe de la mafia más grande de toda Europa, tenía la certeza que no había sido en vano, sabía que me estaba acercando cada vez más para encontrarlo –o eso esperaba–.

Eso significaba que pronto podría ser...

— ¿Me entendiste, chica? —. La voz molesta de mi jefa me distrae del hilo de mis pensamientos.

A pesar de estar perdida en mi cabeza, si he captado lo que me ha dicho, es de hecho a que ella ha sacado el tema de Blutman que me he encontrado deliberando un poco en mi cabeza, así que para mí es imposible no prestarle atención cuando lo que dice resulta ser importante para mí.

El trabajo de mi vida, de hecho mi vida entera giraba en torno a dar por concluido esa misión. Todo lo que había hecho en los últimos años de mi vida, era reunir pistas para dar con él, hacerlo desaparecer en nombre de Montiel, cuyos motivos desconocía, y tampoco me molestaba en saber.

Yo cumplía mi parte del trato, y Montiel la suya. Era lo único que me importaba.

Era todo lo que necesitaba conocer.

—Te has enterado sobre el desembarque de un cargamento, Chase lo ha rastreado a las afueras de la ciudad, quieres que viaje el viernes por la noche y me encuentre con Carla, Allan y Kellen para poder interceptarlos—. Explico con rapidez, inclinándome en la silla—. Quieres que los matemos a todos, menos al hombre calvo que se supone está a cargo de esta entrega, con el simple propósito de interrogarlo, trabajo que me pido desde este momento—. Anoto, mientras comienzo a idear como empezare esta vez mi cuestionario—. Alan y Carla se llevaran el cargamento lejos de aquí, mientras yo me haré cargo de encajar la nueva información a la que ya tenemos, si es que la conseguimos, y Kellen volverá a su casa con su familia. Después de eso haremos como que nada ha pasado, y el lunes regresare a seguir vigilando a tu querido Erick—. Tuerzo la boca con gesto pensativo, y luego miro directamente a la pantalla—. ¿Se me ha olvidado algo? —. Cuestiono con mofa.

Destinada A Matar [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora