Capítulo 21

32 4 0
                                    

"Conversaciones importantes"

La magia ha acabado, y la realidad caótica de mi vida me espera con todo y lo que ello conlleva. Me ha tocado caminar una cuadra desde donde me ha dejado el autobús y ahora estoy frente de la vieja bodega donde está nuestro rehén policial.

Asegurándome de que no hay nadie a mi alrededor, me encamino hacía la puerta y la abro con premura, una vez he quitado el seguro, me adentro sin dejar ver mucho del oscuro lugar al mundo exterior.

Guio mis pasos en la penumbra con la lámpara de mi móvil, tengo que rodear varias máquinas, que generan mucho ruido y demasiado calor, solo espero no sudar demasiado, arruinaría mi chaqueta favorita y frisaría mi cabello. Ya de por sí no ha estado mi aspecto en sus mejores días este último tiempo.

La habitación comienza a iluminarse, así que apago la lámpara del teléfono y lo guardo en mi bolsillo. Me encuentro dos figuras en el centro de la habitación. La primera que noto, está en medio del lugar, justo donde la deje la última vez que estuve aquí, aunque Javier ya no está sujeto a la silla con cuerdas. La segunda figura, está recostada en una pared, quien observa, con los brazos cruzados y con total fijeza, a la primera persona.

—Kellen, ¿cuánto llevas allí? —. Cuestiono, mientras me hago visible bajo la luz.

—El suficiente para creer que no es humano—. El rubio es quien habla, lo observo de reojo y puedo notar que su aspecto es incluso peor que el mío.

—Deberías ir a casa, de ahora en más puedo ocuparme yo—. Comento en cambio, dirigiéndome únicamente a la otra persona en pie. Humberto levanta la mirada hacía mí.

— ¿Estás segura que puedo dejarte sola? —. Desvío la mirada al notar una pregunta no pronunciada en su mirada, al igual que una pizca de... preocupación.

—Claro que sí, puedes irte Kellen, yo me quedaré con ellos. Tenemos cosas de las que hablar—. Mis manos van a parar a mis caderas, al tiempo en que me giro para encararlo. Un leve asentimiento de cabeza como agradecimiento y más nada que decir con referente a lo ocurrido el día anterior.

— ¿No quieren dejarme ir a mí también? —. La voz de Javier me hace girarme hacía él. Le sonrió sin una pizca de gracia.

—Claro, en estos momentos Kellen puede sacar su arma y puede regalarte un lindo agujero en la cabeza, ¿eso quieres?

—C.J. —. El tono que usa Chase es de reprimenda—. No—. Y con esa simple silaba me hace fastidiar y rodar los ojos.

—Púdrete—. Musito en voz baja, tal niña berrinchuda luego de un regaño, y me encamino hacía la silla para dejarme caer sobre ella.

—Como bien entenderás, no podemos dejarte ir porque eso nos colocaría en peligro...—. Comienza Jara.

— ¿Y por qué no me regalan el agujero en la cabeza tal como ha dicho Chiara? —. Le dedico una mirada de muerte desde mi lugar a Javier.

¿Por qué mierda me comporto así?

"Ya lo hablamos, eres bipolar".

—Sería contraproducente, más por el hecho de que no has hecho nada que más que meter tus narices donde no debías. Tenemos códigos, no podemos matarte sino has hecho nada en verdad... grave—. Me concentro en escuchar a Chase.

—Además de que la familia está entre los límites inquebrantables—. Me muerdo el labio al escuchar a Kellen. La idea que se sepa no me agrada, pero sabía que era la única forma en que Chase consiguiera que el viejo nos ayudara en esto. Montiel en definitiva no puede enterarse de la situación, a Kellen solo se le gana con la verdad.

Destinada A Matar [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora