Capítulo 16

36 2 2
                                    

"Apariciones"

— ¿Por qué lo dices, peque? —. Se gira a verme, mantiene la mirada unos segundos y luego solo vuelve una vez más la vista al televisor.

¿Enserio me acaba de ignorar?

"Sí, exactamente acaba de hacer eso".

Agarro una de los cojines y lo coloco encima de mis piernas, encima posesiono los brazos. A partir de allí alterno mi mirada entre mirar a la pequeña o a la nada. Hay un momento en que incluso me quedo mirando la película pensando en mis palabras. También puede que sea porque la película de caricaturas me distrae un momento.

¿Enserio tomaron y caricaturizaron de esa manera tan ridícula dos clásicos de la literatura?

Shakespeare y Arthur Conan deben de estar revolcándose en sus tumbas, o en donde sea que estén viviendo su vida después de la muerte.

Lo que sí no puedo negar es que la discusión entre los gnomos que hacen de Romeo y Julieta está interesante.

¿Qué te importa más? ¿El jardín o yo?

¡Ay!, ¿pero qué drama es ese?

Eso no es una respuesta.

El jardín no puede esperar, pero tú sí.

—Auch—. Digo en voz alta sin siquiera premeditarlo. La pequeña me mira y luego comienza a reír, no entiendo la razón; solo comienza a hacerlo, enseguida descubro que es uno de los sonidos más dulces que he escuchado en mi vida.

Es una risa leve, pero al mismo tiempo es estridente, de ese tipo de risa que te contagia una corta sonrisa en los labios, y es deleitosa de ver la forma en que sus ojos se entrecierran mientras que su rostro se levanta hacía el cielo.

— ¿Puedo saber que te causa tanta gracia? —. Le cuestiono, enarcando ambas cejas.

—Tu cara, fue muy chistosa, así como el cómo lo dijiste—. Responde mientras que trata de recuperar el aire perdido por su ataque de risa. Un vago destello del recuerdo donde estoy entrando en la cocina de Erick y burlándome de su cara de espanto tras aparecer de la nada me hace sonreír, y justificar un poco el arrebato de risa de la niña.

—Bueno, gracias, ahora puedo tachar chistosa de mi lista de adjetivos—. Musito con ironía y rondando los ojos—. ¿Sueles tener arrebatos de risa así a menudo?

—No, solo cuando como chocolate—. Responde ella.

— ¿Te gusta el chocolate?

—Demasiado—. Alarga la última vocal—. Erick usa eso y se la pasa chantajeándome, me compro de camino aquí cuando le dije que no quería quedare contigo.

— ¿Sigo sin caerte bien, cierto?

—Me caes mejor de lo que me cae alguna otra de las amigas de Erick, a excepción de Ava pues ella sí que es genial, pero sigo prefiriendo estar con mi hermano—. Suspira y baja la cabeza para mirar sus manos—. La verdad es que Cloe no ha tenido ninguna crisis, ha mentido porque yo quería estar con Erick hoy, pero no salió bien.

— ¿No y que mentir estaba mal?

—Papá también decía mentiras para que Erick estuviera con nosotros, y ahora que no está lo hago yo. Es una de las pocas cosas que, con algo de suerte, hacen que Erick pase tiempo conmigo.

—Yo también lo haría, y concuerdo con que tu hermano hace muchas estupideces. ¿No quisieras que te preste una silla para que lo golpees?

— ¿Eso para que serviría?

Destinada A Matar [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora