Capítulo 12

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*La canción puesta en multimedia es la que será la que se supone Erick tocará. Les digo para quién le interese escucharla*

"Cumpleaños de la presa"

-Kellen, necesito tu ayuda, enserio...-. La apacible voz del hombre me interrumpe.

-Niña, ya hablamos de esto, Chase está en una misión, la jefa lo confirmo-. Repite, y yo suspiro cansada de la misma respuesta.

-Llevo dos semanas sin tener noticia de él, y estoy necesitando un favor que le pedí. Sandra tampoco me contesta desde hace un par de días para acá, parecen estar evitándome-. Comento, girando en la silla de mi escritorio y alzando la vista a la pantalla del computador donde se muestra la actividad que ocurre en el apartamento de los chicos. Justin está jugando videojuegos en la sala mientras Erick está buscando algo en su armario.

-C.J., él está bien, no es la primera vez que se pasa días sin comunicarse con nadie, además si le hubiera pasado algo, Mónica ya estaría como una demente buscando a su hijo. Al final de cuentas es la persona más importante para ella.

-La persona más importante para Montiel es ella misma-. Rebato, asqueada por el hecho de que me recuerde el pequeño detalle sobre la consanguinidad entre una de las pocas personas que me cae bien y mi jefa, la arpía de sangre fría.

-No seas así, niña...

- ¿Sabes que, Humberto? Tienes razón, debería dejar de preocuparme tanto y esperar a que el imbécil ese se ponga en contacto conmigo-. Y lo golpee por gilipollas-. Ahora me concentrare en esta noche, que sin duda espero me dé un muy buscado regalo.

-No siempre vas a poder librarte de todo cuanto se te antoje, C.J. -. Ruedo los ojos exasperada por el hecho de que me conozca tanto, o por lo menos lo más que se puede llegar a conocer de mí.

-Tengo que ir a alistarme, tengo una fiesta en un par de horas en una casa que registrare de inicio a fin, cosa que parece mucho más interesante que escucharte querer darme una lección de vida o una de esas mierdas, Kellen. De verdad no estoy de humor-. Agrego, y aunque una chispa de ira se ha encendido en mi interior, trato de mantener mi voz sosegada y neutral.

-Suerte, niña-. Se despide, y luego lo único que se escucha es el silencio. Mantengo el celular contra mi oreja aun así, también mantengo mi vista fija en la pantalla del computador. Soy vagamente consiente de que Erick se está desnudando, pero mi subconsciente no parece interesado en ese detalle, solo se centra en divagar entre los miles de pensamientos que invaden mi cabeza de golpe.

Me siento saturada, me siento un computador que no puede con más información y esta al punto de un colapso. Y que cuando eso ocurre lo único que se le ocurre a su dueño es reiniciarla una y otra vez, pero su "solución" no termina siendo efectiva, porque después de un tiempo el aparato se vuelve a sobrecalentar hasta que hay un punto en que ya no hay más opción que llevarlo con un técnico.

Hasta el momento no he llegado a ese punto final, pero me siento casada de tanto caos que es mi cabeza. No recuerdo haber tenido una etapa más desastrosa que la actual, estoy alterada y eso no es bueno. No cuando todo apenas está comenzando.

Salgo de la habitación secreta y me aseguro de cerrarla, cuando termino de salir del armario cierro también la puerta de este y me acerco a la cama, donde yace el vestido que me colocaré esta noche y al lado los zapatos.

El vestido es azul rey, aterciopelado y mantiene un perfecto equilibrio entre lo casual y lo sofisticado. Tiene un escote en V y dos tiras delgadas son las que lo sostienen en mis hombros. Se ajusta a mi cintura y la falda cae en pliegues verticales hasta varios centímetros por encima de mis rodillas. Los tacones son beige, altos y con una serie de correas que se entrelazan por los dedos y mi tobillo.

Destinada A Matar [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora