Capítulo 23

30 4 3
                                    

"Un premio Óscar"

— ¿Ah? —. Su rostro es de consternación total, dejando de lado su usual sonrisa.

"La de todos. Nadie entiende que estás haciendo, no creo que ni tú lo entiendas".

Claro que lo sé.

—Creo que deberíamos dejar lo que tenemos—. Repito, y poco a poco su cara de confusión lo va abandonando.

"Ay, y tú que amas tanto esa sonrisa".

— ¿Y puedo saber por qué? —. Cuestiona, cruzándose de brazos y adquiriendo una postura bastante erguida e imponente.

"Se ve sexy el condenado".

El día de hoy estás irritante.

"Esa es la faceta tuya con la que tengo que lidiar siempre, ya sabes lo que se siente".

—Porque creo que esperas más de lo que puedo darte—. Respondo, manteniendo una postura serena, y tratando de hacer desaparecer a la voz de la "razón" en mi cabeza.

"Te aviso que no me gustó nada como lo has dicho. Recuerda que soy la única que te dice las verdades, y ¿sabes algo; si lo que quieres es quedar como estúpida? Déjame decirte que lo estás logrando".

—Entonces se debe a que "crees" algo—. Hay un toque de sorna cuando Justin habla, me mantengo apacible, mostrándome por completo segura ante lo que estoy haciendo—. ¿Qué te hace creer eso?

—La cita—. Ambas palabras las digo como si significaran todo, un pizca de compresión se muestra en sus facciones.

— ¿Por nuestra cita? —. Inquiere, parece creer que no le estoy hablando enserio, asiento confirmándoselo con bastante seguridad.

—Conmigo el sexo y los sentimientos no van—. Expongo, mientras que muevo las manos conforme hablo para hacer más énfasis—. No niego que fue divertido salir contigo, pero me han hecho caer en cuenta de que conocernos, a un nivel más privado...

— ¿Quiénes? —. Bingo.

— ¿Qué? —. Frunzo el ceño fingiendo demencia.

—Haz dicho "me han hecho caer en cuenta" ¿Quiénes te han hecho caer en cuenta? —. Tras su pregunta enarco una ceja, mostrándome interesada.

— ¿Eso importa? —. No le permito contestar—. Justin, ese no es el punto—. Objeto, siguiendo con el movimiento de manos—. Dijiste que querías que fuéramos amigos.

—Y lo quiero—. Interviene.

—Pero intentar serlo, mientras también tenemos sexo, no resulta ser una idea muy inteligente...—. Explico sin apartar la mirada de su expresión—. Se ve por todos lados, nunca funciona. No se puede ser dos cosas a la vez. O es una o es la otra—. Concluyo.

"Te das cuenta de que te pareces al cuarteto de lunáticas en estos momentos, ¿no? Yo solo digo".

No quiero ni preguntar porque lo dices.

El chico abre la boca, pero se mantiene en silencio. Lo observo mientras parece analizar mis palabras. A ver, puede que mi actitud parezca confusa, pero solo trato de hacer lo que más le conviene a él, es por su bien. Puedo ser una perra es muchos sentidos, puedo usar a las personas en cierto sentido, pero nunca a un nivel emocional; a menos de que sea extremadamente necesario. Y en este caso, con este hombre en particular, no lo es. Por esa razón he decido dejarlo libre, me es más fácil investigarlo –por todo el cuento con Anastacia– desde las sombras.

Destinada A Matar [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora