29. El local

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Ventura se fue rápidamente a cumplir mis órdenes y entonces me di cuenta de que no tenía nada que hacer hasta el momento en que me llamase y nos viniera a buscar para llevarnos hasta el lugar de la reunión.

—¿Nos vamos a comer algo o qué? —pregunté yo, ya que mi transformación en diablesa me había abierto el apetito.

—¡Claro que sí! —exclamó Emma con un gran entusiasmo, pero tuvo que venir el aguafiestas de Marcus a decir:

—¿Estáis hablando en serio? ¡No! No vais a comer de nuevo...

—Joba... —murmuró Emma, poniendo morritos.

—Claro, como tú no puedes comer ya le vienes a fastidiar la juerga a los demás —le dije, un poco molesta: lo cierto es que la transformación me había dado bastante hambre y tenía ganas de tomarme algo más.

—Se nota que trabajas para el infierno... —agregó Emma, con una cara que parecía el entierro de sus padres.

—Ya, ladrad todo lo que queráis. ¿No os dais cuenta de que nos vamos a meter en la boca del lobo? —preguntó él.

—¿Te refieres en la reunión? ¿Y qué quieres? ¿Pedir refuerzos o qué?

—Me gustaría, pero es absolutamente imposible —dijo Marcus.

—No, yo tampoco puedo —dijo Emma sin alegrar la cara—, no es que esta sea una misión importante...

¡¿Qué no era una misión importante?!Me estaba jugando el cuello con todo ese rollo, pero tampoco es que pudiera cabrearme con Emma porque ella solo era una mandada y además estaba aquí conmigo.

—Pues ya ves que mucha ayuda no podemos obtener ahora mismo... —dije yo, sintiéndome inquieta por esa infiltración próxima.

Es decir, íbamos a estar rodeados de los malos y mis habilidades de combate eran cercanas a inexistentes. ¿Cómo íbamos a hacer para parar al sujeto ese?

—No podemos pedir ayuda a nuestros jefes, pero sí a los que gobiernan el lado oculto de New Eden —me dijo Marcus.

Yo fruncí el ceño, no tenía ni idea de a lo que se refería.

—¿Se puede saber de qué estás hablando? ¿Qué lado oculto? ¡Pero si en esta ciudad no hay lado oculto ni nada! —le dije y Marcus lanzó una risa despectiva.

—Pero qué poco sabes, niñata... los jefes del lado oculto sí que existen y los podemos encontrar en un club nocturno que se llama "Entre cielo e infierno" —hizo una pausa dramática, para proseguir—, ¿Qué me dices? ¿Les vamos a pedir ayuda?

—¿Un club nocturno? ¡Yo nunca fui a uno! ¿Podemos ir, Fani? —preguntó Emma, con sus ojos fulgurantes y esa sonrisa que me despertaba tantas sensaciones.

—Vamos... pero no para divertirnos, Emma... —le dije, dejando claro que íbamos a pedir ayuda.

—¿Qué hay de malo en divertirse? De todas formas, puede que te mueras al final de la noche...

La miré con tal cara que ella se apresuró a decir:

—¡Lo siento, no pretendía ser cruel como Marcus! —me contestó.

No tardamos demasiado en llegar hasta la entrada del local "Entre cielo e infierno". Estaba situado en una zona de la ciudad a la que yo no solía ir y el sitio no parecía gran cosa: era como un edificio de unas dos plantas cuadrado y no demasiado grande, de color negro y con el nombre del local sobre la puerta. El de «cielo» era de color azul y el de «infierno»  de rojo, lo cual era de lo más normal. Franqueando la entrada había un par de hombres grandes y brutos, con ese tipo de caras que parecían más de gorilas que de persona. Me daba en la nariz que no nos iban a dejar pasar...

 ✅ La Diablesa del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora