Capítulo 2

144 21 6
                                    

                     •. La Táctica Perfecta .•

En resumen; estoy atrapada en una especie de calabozo, con miles de preguntas en mi cabeza y solo una solución. Tengo que salir de aquí. Pero, no sé cómo. He intentado contar los días que llevo aquí dentro, pero es imposible. El sol no entra en la habitación. Podría medir las horas con las diferentes temperaturas de un día completo, pero este lugar es simple y llanamente frio. Pero, aun así, logro contar los días con una cosa. La alimentación.

Según tengo entendido, diariamente me dan aproximadamente dos comidas, no tengo presente si pertenecen a un desayuno, un almuerzo o una cena, pero, leer libros de cocina me ha ayudado a distinguir a cuáles de estas tres categorías pertenecen.

Un desayuno balanceado incluye verduras, proteína y carbohidratos saludables, por ende, cuando me traen huevos, panqueques con miel o un sándwich integral, imagino que ha de ser temprano en la mañana.

Para resumir, me dan el desayuno y el almuerzo. Es una buena técnica para distinguir las horas y los días han pasado.

Han pasado 5 días. Y, al parecer se han compadecido de mí. Porque al principio quien me traía las comidas era Jake. Aunque no me incomodara tanto su presencia me reservaba hablar con él. Tiro mi teléfono en el retrete. Pero, aun así, no me hacía mal verlo de vez en cuando.

Por otro lado, ahora la que me trae las comidas es Lissette. La amable sirvienta de mis hermanos. Nos llevamos de maravilla luego de que la salve de ese golpe. Siempre me expresa su tristeza por verme en esta situación. Últimamente sus visitas se han extendido a 10 minutos, lo cual me da la esperanza de no quedar loca estando aquí dentro todo el tiempo.

Mis hermanos nunca bajan a verme, ninguno de los 5. Pero, en vez de estar triste y sentirme desatendida (Como les hago pensar que me siento) eso me ha dado una gran idea, la manera perfecta de conseguir información sin salir de aquí. La cual le comentare a Lissette cuando me traiga el almuerzo.

(...)

—¡Buenos días, Aly! Te traje tu comida. —Al escuchar la melodiosa voz de Lissette me levanto de la cama.

—Diciéndome eso parece que fuera un perro. – Mi forma de hablar siempre hace reír a Lissette, dice que es más informal de lo que ella está acostumbrada a escuchar en esta familia.

—Jaja... Tú siempre con tus chistes Aly. Pero, anda cuéntame, ¿Qué tal pasaste la noche?

—Fatal, no saber la hora me hace sentirme más agotada de lo normal.

—Es una pena verte así, si tan solo pudiera hacer algo por ti. —Yo sonrió al escuchar esas últimas palabras.

—Realmente si puedes hacer algo por mí. —Sonrió al terminar la oración, lo cual hace que Lissette me vea de una forma extraña. —¿Estarías dispuesta a ayudarme si tuviera plan? —La miro con ilusión.

—Creo que sí. Mientras no me hagas perder mi empleo, no sabes lo difícil que se me hizo conseguirlo con mi reputación.

—¿Reputación? —Veo su cara apenada al ver que reitero en la palabra.

—¿Guardarías un secreto?

—Claro. —Respondo segura.

Lissette suspira antes de hablar.

—Era prostituta hace unos años. Trabajaba en un Burdel no muy lejos de aquí. Uno de tus hermanos iba muy seguido allá y era su preferida. Lo extraño era que no me reservaba para lo evidente. Me reservaba para que escuchara sus problemas y servirle de desahogo.

Abro los ojos como platos a medida que me contaba. Tengo la curiosidad de saber cuál de mis hermanos es del que me habla, pero prefiero dejar que prosiga contándome su pasado.

Hasta Caer En Tus Mentiras (Saga de Los Hermanos White)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora