tres

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Me dormí rápidamente y por la mañana desperté con la última visión de un sueño palpitando en mis pupilas. Aquella imagen de unas manos que me sostenían sobre un abismo,me hicieron ir por mi cuaderno de dibujo para tratar de reproducirlas,mas mi hermano me interrumpió con su llamado a desayunar.

Mientras comíamos le conté el asunto con del concurso y el corrector de libros. A mi hermano le pareció muy bien que yo hubiera aceptado. Él siempre me apoya en todo mis planes,excepto en los que dice están destinados al fracaso. Nunca se equivoca al vaticinar mi desempeño. Toda la charla iba bien hasta que mi teléfono celular timbre,alertandome de un mensaje. Era muy temprano para que alguno de mis amigos se comunicara conmigo,por eso me levanté para ir a ver.

Con sorpresa,descubrí, era un mensaje de Tannat, pidiéndome enviará el borrador completo a su correo electrónico, cosa que hice cerca de las diez de la mañana, porque medite un poco más si debía hacerlo o no,pero una vez lo hice me olvidé de ese asunto encontrando la distracción en mi música.

Dos días después,a media tarde, me llamó pidiéndome que fuera a un café cerca del parque para hablar respecto a mi libro,que había terminado de corregir. Aquello me tomo por sorpresa. Eran casi 180 páginas que si bien puedes leer en dos días,conlleva una buena cantidad de tiempo lograr tal cosa más si también debes señalar sus errores. Quizá como era un trabajo gratuito,
Tannat quería acabarlo lo más rápido posible-pense-y sin prisa me dirigí al lugar señalado.

Estaba sentado en una mesa apartada,con las piernas cruzadas, leyendo un libro de tapa roja,puesto sobre su regazo. Llevaba unas gafas de descansó que se quitó cuando me vio para poner se de pie y recibirme. Todo un caballero,sin duda,pero claro él,era un hombre y no un muchachito impertinente como los chicos de mi edad.

-me sorprende que me llamara tan pronto-le digo después de responder su saludo y sentarme.

-el sorprendido soy yo-me dice y pone ese libro rojo sobre la mesa para,de su portafolio,sacar una carpeta negra y ofrecermela-su historia es mejor de lo que creí,si apartó los errores de novato,
pero si soy honesto,comercial no es y usted lo sabe.

No respondí y abrí la carpeta encontrándome las páginas,de mi libro impresas y llenas de anotaciones. En la primera de las páginas,sobre un párrafo,estaba escrita la palabra "innecesario" y destacado en color anaranjado. Deje de oír lo que decía para leer todas esas palabras que señalaban mis errores y repentinamente mis ojos se nublaron por las lágrimas. Mi obra,que tantos meses me llevo escribirla,estaba sucia debido a mi incapacidad de retener cierta información visual e ignorancia.

-¿se encuentra bien?-me pregunto y seque mis lágrimas con mis manos para mirarlo dandole un "sí" con la cabeza-bueno,como le decía,la protagonista es demasiado realista y lo recalca varias veces dando al lector un panorama desalentador y...

-es una mujer está muriendo-le digo y lo interrumpo-¿a visto a alguien así? Pues no se ven como los modelos de "bajo la misma estrella"

Me mira serío,pero paciente.

-por supuesto que no,pero no es a eso a lo que me refiero,sino a que debe darle esperanzas al lector,independientemente del final-me dice-ahora bien,como se trata de un concurso,puede que tenga más posibilidades,pero eso también depende mucho de los jurados y sus criterios subjetivos.
Ganar un concurso no le dirá que es buena escritora,sólo que a unos sujetos,que saben del tema,les gusto más su obra que otras. Siempre digo que deben verlo de esta forma y no dejarse llevar por la soberbia.

Lo mire en silencio. Tenía razón y aunque estaba triste,sus palabras me llegaron.

-¿puedo saber que la motivo a escribir esta historia?-me pregunto viéndome a los ojos.

-mi madre-respondi en voz baja- quería entender que paso con ella y ...

-comprendo-me interrumpió e hizo una pausa bastante larga antes de llamar a la mesera y pedir un café-¿desea algo?

Negué con la cabeza.

-por favor,yo invitó-me dijo gentil.

-un té-respondí.

Durante los cinco minutos que le tomo a la mesera volver,no hablamos. Yo leí una veinte veces esas palabras: "innecesario" "redundante" "sinónimo" etc. Cada una era como una aguja en mi ojo. Para cuando tuve el té ante mi,ya había repasado esa página unas veinte veces. 

-muchas autores jóvenes se venden por el éxito,usted no-me dijo mientras giraba la cuchara al interior del café-por medió de la prosa se puede percibir al autor y lo que su libro me dijo es que su escritora está llena de dulzura,pero se a puesto una armadura a prueba de todo que la hace ver discreta y sería. Su armadura impone respecto,pero debajo de ella hay una joven flor de campo deseosa del sol. Cuando se lleva en este trabajo, tanto tiempo como yo,se aprende a reconocer a las personas y desde que leí las primeras páginas de su libro sólo tengo una cosa en mente.

Hizo otra larga pausa antes de continuar.

-Belén,quiero ayudarla a alcanzar el éxito ¿me lo permite?

El corrector de libros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora