El día estaba oscuro y el frío aumentaba conforme la tarde moría,era el clima invernal de esta ciudad manifestándose y alejando a las personas de las calles. Los puestos de la exposición eran víctimas de esta condición y estaban desprovistos de curiosos. Aunque los que vendían cafés y pastelillos tenían varios clientes,claro que yo prefería pasaerme viendo esos objetos curiosos,pintados a mano,cargados de símbolos de los pueblos originarios,con formas ricas que jugaban con la imaginación.Tannat o Dai,como le gustaba más,me siguió sin quejarse por ese laberinto de cosas que él, parecía estudiar con la mirada para almacenar los datos recopilados en algún lugar de su amplia memoria. Otro interés no tenía,yo en cambio quería comprar alguna chuchería de esas. Algo pequeño,no muy grande; discreto y el cojín con funda hecha en telar era perfecto,pero no tenía suficiente.
-¿por qué le interesa este en particular?-me pregunto Dai.
-porque tiene "la cruz con brazos iguales" es un símbolo textil que representa la lluvia,el cielo y la vida,en la cultura mapuche-le respondí.
-entiendo-me dijo con cierta curiosidad-tengo que admitir que no soy muy estudioso de las cultura de los pueblos originarios y si soy honesto,me sorprende que usted lo sea. No es común.
-conocer la música ancestral también hace parte de mi trabajo-le respondí.
-claro-murmuro sonriendo y viendo el cojín por el cual después pago para luego obsequiarmelo.
No me espere eso. No es que lo considerara un tacaño,pero ese tipo de gestos no me parecían de acuerdo a su forma de ser. Dude un momento en si debía aceptarlo o no,pero él insisto de tal forma,que negarme me hubiera hecho sentir una casi como una desalmada.
Aquel gesto nos permitió abrir un diálogo alejado de la literatura, la cultura y cosas académicas para pasar a gustos superficiales, como la comida. Le agradaban las cosas dulces,mas no empalagosas,tambien me contó que gustaba coleccionar cosas como estampillas o monedas antiguas y tenía una gran afición por la taxidermia,a lo que respondí que prefería los animales vivos y rio divertido. Era un tipo así agradable,un tanto estirado y ataraxio que me llamaba a la mesura casi como si del canto de una sirena se tratase,pero mis aprensiones se manifestaban. Con sutileza,pero ahí estaban haciendome guardar distancia. Fue algo incómodo que nuestras manos se tocarán al darme él,la bolsa de papel con el cojín.
Salimos de la exposición para caminar hacia la estación del metro,pero debido a las manifestaciones,estudiantiles y de opositores al gobierno,
estaba cerrada.El transporte público fue desviado varías calles.Desde donde estábamos podían oír el tumulto de las sirenas de la policía,ambulancias,gritos con consignas a favor del pueblo y todas esas cosas. El viento llevaba el gas lacrimógeno hacia nuestra ubicación,lo que comenzó a causarme varias molestias,pero no sólo a mí, varias personas tenían dificultades para respirar. Tannat me sugirió volver a la exposición y desde allí llamar un taxi para que nos sacará de ahí. Veinte minutos después nos alejabamos del centro de la ciudad,mas nos encontramos con otras calles cerradas,pues la manifestación avanzaba cerrando la arteria principal de la ciudad. Tannat no tenía problemas,los desvíos lo llevaban a su casa, sólo que por un camino más largo. En cuanto a mi,no podía llegar al terminal de buses y por tanto volver a mi hogar no era posible. No pronto.
-son las seis-me dijo mirando el reloj en su muñeca-en unas horas el tránsito se habrá restablecido,
puede esperar en mi casa si quiere.Está cerca,unos cinco minutos nada más.Estaba lejos de sentirme a salvo con él,pero tampoco me sentía inquieta en su presencia. Eso era bueno,sin embargo,ir hasta su casa me parecía algo un tanto atrevido o insensato.
Las relaciones adultas son bastante complicadas. En ocasiones por nada terminas entregando todo y por todo entregas nada,en otras situaciones no hay algo que dar o recibir,a veces sólo se juega sin consecuencias. Recuerdo que en la adolescencia los amores son profundos y parecen que durarán para siempre,quieres estar junto a esa persona casi todo el tiempo,mas cuando la vida te lleva hacia la adultez,las cosas dejan de ser tan blanco y negro,los para siempre desaparecen,los todo el tiempo se hacen horas robadas a las jornadas laborales. Los romances se vuelven inversiones de recursos para proyectos y todo ese tono "rosa pastel",de la época irresponsable, toma matices sombríos y luminosos que se agitan al compás de las rutinas, las necesidades y los miedos;
entre tantas otras cosas.Por otra parte,en la adultez, te llega una soledad extraña,que nada tiene que ver con tener o no amigos, menos con la familia. Es el abrazo del aislamiento del proceso de construir nuestras vidas,separandonos de los demás seres humanos,casi sin darnos cuenta,y haciendonos víctima de un vacío en que habita la soledad que nos guiará a relaciones de todo tipo,muchas veces confundiendo el amor con no querer estar solo. Yo llevaba sola mucho tiempo y Tannat me atraía,he ahí el motivo por el que acepte ir con él,contra mi conducta habitual,hasta su casa. Por esas posibilidades esparcidas en las decisiones que ambos pudiéramos llegar a tomar.
Vivía él,en un condominio de casas estilo campestres,con amplios patios y un muro que aislada las residencias del resto de la ciudad. No me sorprendió aquello,me esperaba algo así de él. Su morada tenía un estilo ligeramente europeo y en la entrada habían dos jacarandas que hacían,con sus ramas,un túnel que debía ser hermoso en primavera. Tras la puerta, un vestíbulo muy pulcro decorado con un halcón disecado,mas allá una sala con un gran estante lleno de libros,sobre el que reposaba el cuerpo de un zorro. Tannat,me pidió mi abrigo para colgarlo en el perchero y luego me invitó a tomar asiento.
-¿quiere algo de comer? Debe tener hambre,no comimos nada en toda la tarde-me dijo justo antes de desaparecer tras una puerta,al costado del librero.
Eso me recordó algo y le pregunte por el baño. Llevo varios años dependiendo de eso y aún así,a veces,lo olvidó. El glucómetro marco 90, estaba bien si comía algo o podía descender más,lo que puede ser muy peligroso. Al salir me quedé viendo las fotografías en la pared.
-son mis hijos-me dijo Tannat, desde la cocina.
-¿todos ellos?-le pregunte bastante sorprendida,pues eran uno,dos,tres,cuatro...
-sí-rio y se asomó a la puerta con las mangas de la camisa subida hasta los codos,pues estaba preparando algo de lo que no me enteré hasta después-tengo hijos mayores que usted,aunque uno de los menores bordea su edad. Se llama Merus,debe estar por llegar.
-¿vive con usted?
-no exactamente-me dijo-una cosa Belén,podria dejar de tratarme de usted. Ya le dije que pude llamarme Dai o Tannat, como prefiera.
-bueno...uste...tú también me tratas de usted-le señale.
-es un hábito muy arraigado en mí,me disculpo por eso-dijo mientras yo caminaba hacia el sofá-lamento no tener televisión, pero es que no me gusta su contenido,pero tengo un ordenador en mi estudio por si quieres distraerte. Ahora si prefieres puedes tomar alguno de mis libros. "La cadena de la fé"
puede parecerte interesante.Acepte su sugerencia y busque aquel libro. Al retirarlo encontre su fotografía en contratapa,el libro era de su autoría. No era muy extenso,sólo tenía 148 páginas,pero se veía con base contenido. Me senté en el sillón para leer un poco,mas no llevaba ni dos páginas cuando un joven entró en la sala y se me quedó viendo con extrañeza.
-buenas tardes-me dijo educadamente y yo me levanté para responder.
En ese momento Tannat salió de la cocina y nos presentó.