diez

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Verlo en la intimidad de su hogar era agradable.Se quitaba la chaqueta,la corbata y se movía con ligereza por el lugar,
mientras me hablaba cualquier cosa,siempre encontraba un tema para charlar. Aquella tarde encendió un reproductor de música moderno,pero de aspecto antiguo,como la alacena color celeste que,posiblemente,compro en una tienda de antigüedades. Parecían gustarle ese tipo de objetos,habían algunas en su sala,donde yo estaba. La música que seleccionó era muy suave,
casi siempre (como lo corroboraria después), instrumental o con vocalistas con voces realmente privilegiadas de países del viejo continente. Definitivamente cada aspecto de su vida,incluso los más amenos,
respondían a una estructura de  muy bien definida y que difícilmente llegaba a modificar.

Me ofreció una copa de vino,pero yo suelo abstenerme de eso,asi que me trajo un té con limón,
muy aromático. Dejo su ordenador portátil en la mesa, junto a una botella de licor y una copa con el borde plateado.

-¿te gusta el cine?-me pregunto.

-la verdad he visto pocas películas o series-le dije mientras lo veía seleccionar una de tantas que tenía guardadas en una carpeta llamada "Zen".

-eso pensé apostaría a que de niña no viste muchas características tampoco-me dijo mientras ponía la cantidad justa de licor en esa copa y se sentaba a mi lado.

-¿por qué supones eso?-le pregunté con curiosidad.

-por la forma en que escribes, además me comentaste que eres capaz de llevar varias historias a la vez sin confundirte. Eso quiere decir que tu imaginación está muy bien entranada y eso es posible sólo sin la intervención de los medios saturados de ideas comestibles,clichés y copias,de copias de copias-me dijo y luego apartó de mi sus ojos para ver la pantalla del ordenador-esta película,en cambio,es tan real que da escalofríos. Muy alejada de la narrativa convencional.

-¿de qué se trata?-le pregunte después de hacer una breve reflexión de sus palabras,que no compartí con él.

-de la vida de un hombre,de un hombre cualquiera. Estoy seguro te gustará-me respondío.

Se veía muy entusiasmado con el asunto,asi que preste atención a la película que estaba subtítulada,pues era de un país pequeño del otro lado del mar. Me gusto y bastante,tal como dijo Tannat,era una ventana a la vida misma. La historia era movida por sus personajes con una maestría increíble,el manejo de secundarios era buenísimo,por momentos no se necesitaba la presencia del protagonista. Me absorbió por completo,pero a la mitad de la película,hice un comentario que se ganó la atención de Tannat,quien callado había estado disfrutando de su vino.

-no terminarán juntos-dije pensando en la relación del personaje principal,con su enamorado.

-¿cual crees que es el principal conflicto para que logren sostener su relación?-me pregunto-¿sus sueños? ¿sus familias? ¿la diferencia de edad?

-que se están separando,
creyendo que el destino los volverá a unir y no pensando en que hacer para volverse a encontrar. Están resignados,de ante mano,a no volverse a ver-le respondí.

-tienes razón-me dijo y dejo la copa a medio vaciar en la mesa, junto al ordenador-todo lo demás no era un impedimento.

Me le quede mirando un instante, si de algo estaba segura era que él, todo lo hacía con un propósito y esa película más esa pregunta; no eran al azar.

-mi madre era quince años menor que mi padre-le dije ganandome su atención-a mi edad mi madre ya tenía un hijo de cinco años y para mi padre era el tercero-hice una pausa-mi abuela materna era once años mayor que mi abuelo y mi tía es 26 años menor que su esposo. En mi familia no hay prejuicios respecto a la edad.

El corrector de libros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora