veinte

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Nos quedamos ahí hasta el domingo por la tarde. Si bien no había televisión y la señal de celular era escasa,no sentí el aburrimiento ni siquiera insinuarse. Con Tannat siempre había algo que hacer o de que hablar. No pudimos salir a causa de la lluvia por lo que pasamos gran parte del tiempo en ese estudio.

-es un lugar muy hermoso-comento mientras tomaba la taza de té,que deje en el escritorio- a veces creo que nunca debí dejar esta casa.

-¿y por qué no vuelves?-le pregunté mientras me sentaba en el escritorio.

No habían más sillas en el estudio,por eso ocupe ese lugar de la forma más educada posible.

-cuando vivía aquí,la casa siempre estaba llena de ruido. Los niños corrían de un lado a otro,pero ahora el silencio que mora entre estas paredes es tan feroz,que muerde-me dijo mientras miraba a través del pasillo-no volvería aquí,no solo- agregó.

-crei que la soledad no te disgustaba.

-la soledad auto impuesta no. La que me sirve para dedicarme a mi trabajo y placeres,la disfruto muchísimo; pero la soledad que llega con los años,puede ser algo agobiante.

-aun no eres un anciano-le dije con una sonrisa.

-no,pero me encamino hacia allá. Ya pronto seré abuelo-señalo y devolvío la taza a la mesa.

-¿crees que le agrade a tus hijos?-le pregunte,como si se me hubiera escapado un pensamiento.

Me miro como revisando sus ideas y luego se levantó de la silla para pararse frente a mí.

-no-dijo con una seguridad que me hizo temblar-tienes edad para ser mi hija. Seguramente creerán que estoy pasando por una crisis,que necesito salir más y hasta alguna de mis hijas querría mudarse conmigo ¿te asusté?-me pregunto al hacerme una caricia en el rostro.

-un poco-le respondí honestamente.

Sus dedos se quedaron debajo de mi barbilla y no volvimos a hablar porque me calló a besos. Creo que le gustó que yo contemplará la posibilidad de conocer a su familia,aunque no mentí cuando le dije que me asustaba hacerlo. Seguramente yo no estaba a la altura de sus expectativas. Nunca una pareja es lo suficientemente buena para los hijos,pero tampoco lo son para los padres y a pesar de que Tannat,me contó que como padre cometió muchos errores,eso no restaba que siguiera siendo una figura de poder y de cariño de esa familia.

En la ciudad también había llovido,pero donde yo vivía (en la provincia) la tormenta no llegó. Tannat me dejó en la puerta de mi casa,no me iba a dejar caminar sola a esa hora. Yo no proteste. Parte de mi mente se quedó en esa casa,en la que me hubiera gustado quedarme. Nos despedimos y baje del automóvil, pero cuando me giré hacia mi hogar,di un grito agudo. Mi hermano estaba parado ahí, mirandome con una ceja alzada y los brazos cruzados. Esa actitud de juez,jurado y verdugo que toma cuando he hecho algo malo.

-hermano-exclame nerviosa-yo...

-¿donde estabas?-me pregunto.

-bueno...

-buenas tardes -lo escuche decir a mi costado.

Tannat bajo del vehículo,se dio la vuelta para ir a pararse a mi lado y,haciendo uso de su diplomacia, saludar a mi hermano estirando su mano y diciendo:

-encantado de conocerlo,mi nombre es Tannat...

-Max-contesto secamente,mi hermano-¿y usted...por qué trae a mi hermana a casa?

Bueno ese momento tenía que llegar tarde o temprano. Mire a Tannat y me lo dijo con una sola mirada. La noticia  tomo por sorpresa,a mi hermano,pero no tanta y dada las circunstancias lo invitó a pasar. Lo que vendría no sería muy cómodo,pero la verdad es que mi hermano no suele inmiscuirse demasiado en mis asuntos o decisiones,salvo que sepa que estoy metiendo la pata.

Sentados en la sala,parecieron olvidarse de mí. Después de las preguntas de rigor entre las que estuvo "¿cuantos años tienes?", El diálogo se volvió escueto y los comentarios aleatorios. Pasado unos veinte minutos,mi hermano dijo tener cosas que hacer y Tannat anuncio su partida. Nos despedimos fríamente,poco antes de cerrar la puerta, discretamente,me hizo un gesto para que lo llamara y yo le sonreí en afirmación. Al volver los ojos a la sala,mi hermano me miraba con una gravedad muy peculiar.

-¿no es muy mayor para tí?-me pregunto.

-no lo creo-le respondí.

-es mayor que yo incluso-me dijo apoyando los codos sobre sus rodillas-bueno tú sabrás lo que haces-añadio y encendió la televisión con el control remoto para ver su partido de fútbol.

"Tú sabrás lo que haces" eso es señal de aprobación viniendo de mi hermano. Subí a mi habitación sintiéndome aliviada y feliz,pero al abrir la cortina para que entrara algo de luz,vi un sujeto parado del otro lado de la calle. Como llevaba una capucha,no pude verle el rostro, mas noto que yo lo veia y se fue a paso rápido por la acera. Aquello me dejó una sensación incómoda y desagradable,pero pase de ello por esa tarde.

Al día siguiente tenía clases y salí temprano a la escuela,donde hacia mi práctica. Apenas cerré la casa,note algo en la puerta del jardín. Había,allí, un ramo de flores colgado con una cinta roja que me helaron la sangre. Sólo había una persona que me obsequiaba rosas rojas,Hector. De inmediato lo asocie al tipo que ví la tarde anterior y eso me dió un escalofrío. Pero eso no me iba a impedir salir a mi trabajo, aunque admito debí tomar alguna precaución.

Poco antes de llegar al establecimiento,Héctor apareció. Lo mire y continúe mi camino en el que inevitablemente,me encontraría con él. Había bastante gente en la zona. Padres dejando a sus hijos en la escuela, maestros llegando;no iba a actuar ahí,de eso estaba segura así que continúe a paso firme y sin bajar la cabeza,aunque mi respiración se volvió pesada y el corazón se aceleró un poco. Mi hombro casi colisionó con su brazo,al pasar por su costado y entonces dijo:

-¿visitaste a tu novio,en el hospital?

Ese susurro me causó un escalofrío. Por poco deje caer los libros que llevaba entre mis manos. De inmediato supuse que había seguido a Tannat,despues de que este dejara mi casa,pero yo lo había llamado cerca de las diez y me respondió,aunque esa mañana no me envió el mensaje de costumbre.

-es un chico fuerte,pero no fue rival para nosotros. Después de nuestra visita,ten por seguro que no volverá a acercarse a tí-me dijo.

"Chico" Tannat lucía jóven,pero no para que lo llamaran así. Me giré a él,no asustada sino confundida,pero antes de poder decir algo me tomo por el brazo e intentó hacerme caminar hacia la calle,cosa a la que opuse resistencia. Héctor era más alto que yo y obviamente más fuerte, logro empujarme por lo que por poco termino de cara al piso. Por mirarme a mí,fue que Héctor no vio el automóvil que freno a su costado y contra el que se estrelló.

No me sorprendió que Tannat apareciera en ese momento,pues era la hora en la que acostumbraba a llegar. Al bajar del automóvil se vio cansado, como si no hubiera dormido y su semblante estaba desprovisto de cualquier gentileza. Nunca lo había visto tan frío.

-le importaría soltar a la señorita-le dijo y sono como una advertencia.

Héctor no le hizo caso y trato de continuar,pero entonces Tannat me sujeto por la cintura y poniendo su otra mano sobre el brazo de Héctor,logro que este no sólo me soltara sino también que ese hombre diera un quejido de agudo dolor.

-le suplico que se retire sin hacer un escándalo o me veré obligado a denunciarlo-le dijo-un colegio no es lugar para este tipo de exhibiciones.

-esto no es asunto tuyo y si me voy,mi novia viene conmigo.

-¿novia?-repitio Tannat y me miró arqueando una ceja-la señorita es mi pareja,joven.

Esa declaración desencajo a Héctor. Concluir que el chico que vio conmigo,aquel día,era hijo del hombre que me acompañaba hubiera sido fácil para cualquiera. Pero la extraña actitud que tomo Tannat no lograba entenderla. Fue como si al darse cuenta, Héctor quien era ese joven,Tannat hubiera comprendido algo también.

-dejalo-le pedí al notar que estaba aplicando más fuerza sobre el brazo de Héctor.

Tannat lo soltó y el cobarde huyó mientras esos ojos violeta se posaban en mi intrigados,duros. Si no reaccione fue porque estaba asustada y al irse Héctor me abracé a Tannat,sin importarme el lugar donde estábamos. Él me correspondió, pero me dijo algo que me llenó de angustia:

-Merus está en el hospital...


El corrector de libros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora