Me le quede viendo sin saber que decir a eso. Él,en cambio,estaba inmutable. No respondí,no sabía que responder y me quedé pensando en a que podía ir esa declaración tan... particular. Después de medio minuto soltó una pequeña risa que sonó clara y jovial,se inclinó un poco hacia delante y con una expresión astuta me dijo:-me alegra que no haya respondido "si"-se sonrió y volvió atrás para levantar su taza y beber un poco-disculpeme por eso,pero es que la mayoría de jóvenes sólo quiere escribir para ser famoso y eso es tan desagradable. Me ha tocado corregir libros de estos muchachos de YouTube y bueno, no sólo su prosa es miserable.
No hice cometarios y me quedé con una impresión de él,que me llevo al recelo.
-bueno está pregunta si quiero que me la responda,pero puede tomarse todo el tiempo que necesite para ello-me dijo y comenzó a ordenar su portafolio- dígame ¿por qué quiere ser escritor?
Después de plantear esa pregunta se fue dejando el dinero para la cuenta.
¿Para que quería ser escritor? Una pregunta sencilla,pero a la que no encontré una respuesta rápida,como imaginé lo haría. Me quedé pensando en ello y mientras leía las anotaciones,en las páginas impresas de mi libro, después de horas llegue a una conclusión que dije en voz alta:
-no soy escritor.
¿como podía serlo con tantos errores a cuestas? Una vez escuche, o leí,por ahí que escritor es todo el que escribe. En ese momento lance a la basura lo que de esa frase entendí. Escribir no te hace un escritor,no uno bueno.
¿qué te hace un buen escritor entonces? Ni siquiera había respondido la pregunta de Tannat y ya tenia otra en la misma situación. Mi cabeza se llenó de dudas en ese momento y esto me llevo a un vacío de ideas. Me tendí sobre la cama,junto a esas páginas que contemple en silencio hasta que acabe por dormirme.Abrí los ojos lentamente,era de noche. Las estrellas podían verse atraves de las nubes y me quedé viendo ese paisaje mientras recordaba,la última imagen de mi sueño;unas manos que me sostenían sobre el abismo. Vería esa imagen muchas veces en las siguientes semanas y siempre me dejarían la misma sensación.
Los días pasaban y mi rutina era más o menos la misma. Estudiaba en las mañanas,
prontamente haría mi práctica profesional así que por un tiempo me olvidé de los libros, el concurso y el corrector de libros hasta que,una tarde,me tropecé con él. Yo iba camino a la escuela donde haría mi práctica,tome un autobús para llegar allí y él estaba abordo,sentado junto a la ventana en los primeros asientos. Me miro y sonrió gentil,hice lo mismo,mas no me senté junto a él. Términamos bajando en la misma parada,siguiendo la misma dirección,entrando al mismo edificio y esperando a la misma persona en una sala con muros rosa pastel con dos sofás amarillo suave,que me hicieron pensar en una guardería.-¿como ha estado?-me pregunto Tannat después de un rato.
-bien y ¿usted?
-muy bien-respondío con esa sonrisa que era natural en su persona o bien una mueca casi tatuada,yo ya no estaba segura.
Durante las dos cuadras que caminamos,se mantuvo a unos pasos delante de mi,callado y relajado,ahora me hablaba como si yo acabará de llegar. Era un hombre muy extraño ¿qué edad tendría? Era bastante mayor,sin duda,pero mi apreciación de unos cuarenta y tantos se me hacía difícil de sostener.
-yo vengo a ocupar el puesto de profesor de literatura-me dice subitamente-¿y usted?
-a hacer mi práctica profesional-le respondo apenas.
El director y el jefe de UTP me llamaron a mi primero. La entrevista duro unos 40 min, luego de eso entró el maestro de música del lugar y estuve ahí otros 20 min. Todo quedó claro y organizado. Comenzaba el lunes en horario de mañana,420 horas en ese colegio por el que me dieron un rápido recorrido.
Cuendo todo terminó me despedí del maestro de música y note que Tannat o Dai,como oí que prefería lo llamarán,estaba parado en la puerta del establecimiento. No imaginé que me esperara a mí así que seguí mi senda,mas al pasar por su lado me llamó y voltee a verlo.
-¿qué tal le fue?-me pregunto.
-bien.inicio el lunes.
-yo también. Una agradable coincidencia ¿No lo cree?
-sí-respondio,pero no más por cortesía.
-¿le gustaría acompañarme a tomar un café? No para hablar de libros está vez-me dijo.
Un escalofrío bajo por mi espalda.
-no gracias-le dije con prisa -usted disculpe,tengo cosas que hacer.
Hice parar un taxi y me subí a el, ignorando que alguien más estaba antes. Esa mirada,ese tono de voz;me incomodaron un poco, pero no sería la primera y menos la última vez que me tocaría enfrentarlos.