veinte y uno

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Lo que pasó con Héctor,lo vieron muchas personas y eso hizo involucrarse al rector que me llamó a su oficina,para que explicara la situación. Dejando al margen a Tannat,todo lo que dije fue la verdad. Apareció entonces el discurso de que ellos estaban en contra de cualquier tipo de violencia,en especial la de género que esto,lo otro y lo de más allá. Al fin me aconsejaron hacer una denuncia y para tal cosa me daban la mañana libre,que para mí era como el día completo. No replique en contra de esto,menos después de la intervención de Tannat,quien se ofreció a acompañarme ya que él, fue uno de los testigos. Vaya que usaba bien las palabras y término por convencer a todos de que lo dejaran ir conmigo. Pero él tenía más de una razón para insistir en el asunto.  

Me subió a su auto.Estaba molesto,pero aún así sujeto mi mano un momento. No me habló en todo el camino y cuando llegamos al lugar para hacer la denuncia,me pidió que contará todo porque él sabía muy bien, que fue Héctor el que atacó a su hijo Merus y tenía razón. No me hizo preguntas al respecto en ese momento,se limitó a dar su testimonio y a esperarme,pues a mi me llevaron a constatar lesiones. Mi brazo tenía algunos hematomas producto del agarre de Héctor,una vez terminado ese asunto que me fue algo engorroso,Tannat me ofreció llevarme a casa.

-¿por qué no vamos a un lugar donde podamos hablar?-le pregunte con el máximo de tacto del que disponía.

-podemos hablar durante el viaje-me respondió sin apartar la vista de la carretera.

-por favor-le pedí y es que sentirlo así de molesto me tenía algo nerviosa.

-vamos a mi casa-me dijo y luego me miro-tranquila,no estoy molesto contigo. Aunque hay algunas preguntas que quiero hacerte.

Yo imaginaba muy bien cuáles eran esas preguntas y me cruce de brazos,para mirar por la ventana.

Que fría se volvió aquella sala,al entrar allí su propietario,en esa actitud distante y solemne, que lograba minimizar a cualquiera. Sabía cómo ejercer poder y autoridad,incluso sin pronunciar una palabra. Sentarme en ese sillón amplio y oscuro,en el que por mi atuendo me destacaba como una pequeña mariposa en una tela de araña,con él a tres metros de distancia y de pie,pudiendo así,ver cada uno de mis movimientos como cualquier gesto que pudiera hacer,me dejaban en una clara posición de desventaja.

-te escucho-me dijo.

Le conté de mi encuentro con Merus y Hector,aquel día. Aquel evento fue el causante de la confusión de mí ex novio. Hector pensó que mi pareja actual era Merus,lo hizo investigar y luego lo emboscó cobardemente porque llevo a otros cuatro tipos con él. Aún así,según supe después,el hijo menor de Tannat no se las puso fácil y logró darle unos buenos golpes a dos de ellos. También le conté de la vez que salimos a comer juntos y de lo gentil que fue conmigo. Aquello pareció cautivar su interés.

-¿aun te llama?-pregunto con calma,pero con cierta prisa.

-no.

-bien-murmuro y miro por la ventana-no creo que debas preocuparte más por este... Individuo. Posiblemente lo arresten pronto. Tengo unos conocidos que pueden agilizar las cosas. Dos delitos de agresión y uno de ellos agravados no son algo para ignorar.

-la última vez sólo logré una orden de restricción-comente en voz baja.

-esta vez no serán tan indulgentes,te lo garantizo-me dijo mientras caminaba hacia mi- pero en el caso de que Hector, vuelva a quedar en libertad y cometa el atrevimiento de aproximarse a ti o a mi hijo otra vez,no seré tan diplomático.

Se sentó a mi lado y puso sus dedos sobre las marcas en mi antebrazo.

-me considero una persona muy tranquila y tolerante,pero es ingenuo creer que por estas razones no se defenderme-me dijo.

Me contó que sabía artes marciales y que el mismo,les enseñó a sus hijos. Cuando comenté si acaso entrenaba un escuadrón de combate,se sonrió divertido y luego bajó la mirada, como recordando algo muy remoto.

-¿crees que debería ir a ver a Merus?-le presente y me miro con intriga.

-creo que le debo una disculpa-le dije viendo mis zapatos.

-no tienes que disculparte. No fue tu culpa lo que pasó. El responsable es ese hombre y estoy seguro que Merus,lo entiende así-me dijo para luego cruzar las piernas y descansar las manos,entrelazadas,en su regazo.

-¿estuviste con él?-le pregunte después de un rato,en que quede flotando entre mis pensamientos.

-si,anoche. Me llamaron en la madrugada-respondió.

Antes de llegar a su casa,no,antes de hacer la denuncia,Tannat estaba muy molesto. En ese momento estaba distante,pero lo que no lograba sentir era la preocupación por Merus. Según me dijo no era tan grave y lo dejaron en observaciones,sólo por precaución,ya que el golpe en la cabeza que le dieron,fue bastante fuerte. El escáner no mostró ninguna lesión,pero era mejor estar seguro. Cuando me contó esto último,tuve la sensación de que fue él,el responsable de esas horas en el hospital de Merus,mas seguía sin dar indicios directos de inquietud por su hijo,aunque era bastante obvio que había dormido nada.

-hoy no tengo que ir a la universidad-le dije-duerme un poco y yo haré el almuerzo.

Me miro un poco desconectado.

-anda,sólo unas horas-le dije antes de que abriera la boca.

-sólo unas horas-murmuro y se peino el cabello con la mano-si, estaré en mi habitación,pero ¿no vas a necesitar ayuda?

Sólo buscaba excusas para no ir a dormir y vaya que me costó que lo hiciera. Cuando al fin subió la escalera yo me metí a la cocina. Desgraciadamente para él,yo no sé preparar cosas muy elaboradas. Aunque las comidas caseras no se me daban mal y me tomé todo el tiempo necesario para hacer una sopa,una ensalada y un plato de pasta.

Tannat no hizo comentarios,pero en su hábil interrogatorio,saco en limpio un par de cosas que no le gustaron. Una de ellas era que hubiera salido con Merus,mas como pasó antes de iniciar mi relación con él,considero que no estaba bien hacer una acotación a eso y dos,también estaba seguro que yo no tenía interés en su hijo,pero algo le quedo punzando y no imaginé que era exactamente. Además en ese momento,estaba más inmerso en algo que tenía que ver con él nada más.   

Cuando termine de cocinar,le subí la comida. Le hubiera molestado que no lo despertara después de un par de horas,así que no tuve ningún reparo en hacerlo. Tenía el sueño ligero así que con una llamada para que abriera los ojos. A penas me vio, estiro la mano a la mesa de noche y de uno de los gabinetes, tomo un pañuelo para limpiarse el hilo de saliva, que le escurrió por el costado de la boca.

-juro que está bueno-le dije cuando se quedó mirando la comida.

-estoy seguro que si,es sólo que me has hecho evocar tiempo más modestos-me dijo.

-llamaron del hospital. Merus estará de alta en un par de horas-le informé.

Habían llamado poco antes de que yo subiera con  la comida. Dude un poco en sí debía responder o no,pero supuse que podía ser importante.

-me alegra saberlo-dijo y metió la cuchara en la sopa.

Sonó bastante indiferente.

-¿por qué no vas por él y lo traes aquí un par de días?

-Merus no aceptaría algo así. Se queda aquí cuando tiene mucho que estudiar,pues vive algo lejos de la ciudad y así ahorra tiempo cuando tiene que rendir algún examen-me explico sin quitar su atención de la comida.

-aun así,deberías ir. A mi me gustaría que mi padre me esperara a la salida del hospital-le dije y me miro callado-llame un taxi,algo urgente surgió en casa-le explique cuando el vehículo tocó la bocina fuera de la casa.

Le di un beso en la mejilla antes de dejar la habitación. Mentí,no había nada urgente que atender en mi casa,pero sentí que si me quedaba me usaría de excusa para no hacer eso que tantas dudas les causaba.

Supe,después,que Merus no acepto quedarse con él,unos día. Pero si acepto que lo llevará a su casa. 

El corrector de libros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora